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Algunas cuestiones

Por Eduardo Platero.

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Caras y Caretas Diario

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Hemos tenido unos días terribles, truculentos, repletos de noticias dolorosas, de morbo y opiniones nacidas del dolor, la ira o del deseo de vivir nuestro cuarto de hora de destaque. Espero que la conmovedora carta de la mamá de Brissa haya servido para llamarnos a la realidad. ¡Es tan fácil enceguecerse en casos así! Es muy comprensible que la indignación y el dolor nos suelten la lengua y la imaginación reclamando “justicia” sin especificar demasiado qué justicia queremos. O si queremos la muerte de los culpables, sea luego de un juicio, sea por linchamiento. Lo temible es que, en situaciones especiales, en medio de un tumulto, todos corremos el riesgo de perder los puntos de referencia, el respeto por la vida y terminemos contribuyendo a una ejecución realizada en el anonimato que da la multitud. Hace bien poco en Santa Rosa, ciudad que conocí y que no está habitada por salvajes, casi linchan a un árbitro. Estoy seguro de que nadie pensó realmente en asesinarlo, pero, cada cual con su ira, casi lo ejecutan. Nosotros, los humanos, que nos sentimos diferentes y superiores a los animales, también somos de jauría y en determinadas circunstancias actuamos como tales. ¿Recuerdan la terrible matanza a machetazos que los hutus realizaron contra los tutsi, sus vecinos? Espero que cuando esto vea la luz todos hayamos reflexionado acerca de esa faceta oculta que llevamos dentro y que debemos controlar so pena de actuar y volvernos bestias. Es sabido que el supremo responsable de la ejecución de millones de judíos, gitanos, prisioneros soviéticos, homosexuales y “otras rarezas”, Himmler, entraba a su casa de puntillas cuando llegaba tarde para no despertar al canarito que tenía como mascota. El estar conduciendo el mayor genocidio de la historia no parecía tener nada que ver con el amor y la consideración que tenía por el pajarito. Es muy discutible el concepto de la “banalidad del mal” y no creo que sea este artículo lugar para dirimir sus alcances, pero, en cambio, sí creo que debemos medir esas profundidades que llevamos dentro. O las dominamos o nos dominan. Y debemos luchar todos los días por ser humanos. Seres que han logrado dominar la animalidad y crear normas y usos que contienen y ordenan esa parte salvaje que llevamos dentro. No quisiera caer en la trampa de una  polémica falseada, desnaturalizada por la pasión, pero no soy yo quien dirige y orienta la opinión pública. Hay personas que responden por la orientación de los medios masivos de información. Están también quienes ahora reclaman penas más severas sin aclarar que cualquier modificación a la ley penal regiría para el futuro y no alcanzaría a quienes consideramos monstruos. ¡Vaya, “castración química”! Es un tanto complicado; en el caso, yo optaría por la castración a cuchillo, pura y simple. Total… El viernes pasado, en La Diaria, ante una encuesta hecha por un científico acerca de si eliminamos las especies invasoras para preservar a las autóctonas, hubo mayoría por la opción de eliminar; por ejemplo, a la rana toro. Pero muchos retrocedían ante la ejecución manual y proponían que se las sumergiese en una solución que lo hiciese de manera indolora. ¿Se imaginan recorriendo charcos y bañados en procura de cazarlas para luego sumergirlas en esa solución letal? Con el balde piadoso en una mano y la otra para cazarla. La muerte es muerte; la castración es castración y no importa mucho si es indolora. Por lo demás, no creo que haya ninguna indolora. También estaban los que se horrorizaban ante el que te hundiesen la cabeza en agua con excrementos, vómitos y otras porquerías. ¡No, compañeros, no! Lo horrible era que te estaban matando, no en qué lo hacían. En la espectacularidad y el horror de lo sucedido, dejaron oculta otras cuestiones importantes. En lo que tiene que ver con el hecho en sí y en lo que tiene que ver con el futuro. Entre los días 16 y 18 de noviembre, aquí en Montevideo, se llevó adelante el segundo Encuentro continental por la democracia y contra el neoliberalismo. Su inicio fue marcado por un paro parcial del Pit-Cnt, que realizó un acto con ese motivo. Sin embargo, la concurrencia de más de 2.600 delegados que representaban organizaciones y centrales sindicales y toda una gama de movimientos sociales no se vio reflejada en los medios. La única noticia que dieron fue que Lula no concurrió al acto en el cual estaba invitado a hacer uso de la palabra. Me hubiera gustado que estuviese, pero no era Lula el centro del asunto. Lo importante es que sindicatos y movimientos sociales diversos estamos luchando, a escala continental, para consolidar un bloque social que nos defienda contra la agresión neoliberal que estamos sufriendo en toda América. El capitalismo ha ganado impulso con las innovaciones tecnológicas, se ha concentrado en el sector financiero y apunta a incrementar su tasa de ganancia rebajando el nivel de vida del pueblo. Reduciendo el salario de los trabajadores, robándoles el control de los organismos de previsión social, y como el hambre viene comiendo, de paso, arrasar con todo el progreso social logrado en años de lucha,  capturando como herramienta a los gobiernos que han perdido o nunca tuvieron impulsos progresistas y que están cada vez más comprometidos por el incremento de su deuda. Pendientes de la calificación que les adjudican las calificadoras que manejan los mismos que nos prestan. Fomentando la discriminación contra afrodescendientes, poblaciones originales y también contra los latinos y los inmigrantes en general. Retrocediendo en derechos de la mujer, de las diferentes opciones sexuales y las comunidades. ¡Todos estamos amenazados! Todos somos una molestia a reducir y eliminar para el capital financiero en cuanto estorbamos sus planes luchando por un espacio. Y más que nada, la amenaza pende sobre el medioambiente, sobre el mundo en el cual vivimos y queremos que sigan viviendo nuestros descendientes. La resolución final del encuentro es demasiado extensa como para que siquiera intente resumirla; ya se publicará. Veremos cómo, ya que ningún medio comercial lo ha hecho. Pero toca todos los puntos en donde somos agredidos por esta segunda revolución conservadora y, lo que es más importante, establece un cronograma de acciones conjuntas para el año próximo. No se trata únicamente de denunciar, hay que empezar a acostumbrarse a las acciones continentales. Si el agresor es el mismo, si la agresión es contra todos, debemos luchar coordinadamente. Y esto no puede quedar en encuentros de dirigentes y activistas,  tiene que hacer carne en las masas. Tiene que transformar el malestar en comprensión y en voluntad de luchar. Así como pasamos de las organizaciones por empresa a una única central, tenemos que encontrar un nivel organizativo que nos permita coordinar a escala continental las luchas sindicales y los reclamos sociales y culturales. No es fácil, pero hemos dado un paso importante. Y debemos seguir por este camino. No tenemos alternativa: si no luchamos, nos dominarán. A nosotros y al medioambiente. No se crean que no les importa. Les preocupa el deterioro, pero sus alternativas son diferentes a las nuestras. En todo caso, ellos, los superricos, los amos del mundo, están buscando hacia qué planeta emigrar cuando este sea inhabitable. Destaco algunas fechas de la coordinación a  tener en cuenta. Ya, en diciembre de este año, tendrá lugar en Buenos Aires la Cumbre Ministerial de la OMC y se planificaron acciones de rechazo. Celebraremos el 1º Mayo con un contenido común. En junio marcaremos nuestro repudio a la Cumbre de las Américas a realizarse en Lima y que está pensada para atacar a Venezuela. Durante el segundo semestre del año que viene tendrá lugar en Buenos Aires la cumbre del G20, de los que pretenden gobernar el mundo sin atender a los pueblos y, finalmente, entre el 19 y el 25 de noviembre realizaremos acciones que marquen la unidad lograda en este encuentro y nos permitan avanzar en la construcción del bloque continental de lucha y resistencia popular. Destaco que no estamos pensando únicamente en luchar y resistir; toda lucha que no se plantee la construcción de un mundo mejor se agota en sí misma. De lo que se trata es de luchar, resistir y construir una alternativa popular, verdaderamente democrática y sustentable a este mundo que nos propone el neoliberalismo como única alternativa. Ganaremos o no, el futuro es incierto, pero de algo sí estamos seguros: lucharemos para vencer. Una última cuestión, que no es menor: en la Intendencia de Montevideo, por circular, se están tomando medidas previendo la aprobación de la “ley de los cincuentones” y que ella provoque un alud de jubilaciones. Los comprendidos en esa ley son cargos de mediana y alta jerarquía y es bueno prepararse para un recambio masivo de ellos. ¿O no creen que se aprobará la ley?  ¿Piensan que seguiremos con ese despojo?

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