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Habló el pueblo de Venezuela acompañando la Constituyente

Por Gerardo Núñez, desde Caracas (*).

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Este domingo se vivió una jornada histórica en Venezuela. Histórica porque el pueblo se volcó en millones a participar de la elección, construyendo un nuevo camino de paz, de diálogo y encuentro entre los venezolanos. Según cifras preliminares, algo más de 8 millones de personas se acercaron a las mesas de recepción de votos instaladas a lo largo y ancho del país. Fue histórica, además, porque con alegría, esperanza y vida, la elección de constituyentes se impuso sobre la violencia de los últimos meses, que solo puede explicarse por el odio irracional de un sector de la oposición que obtiene réditos de sembrar el miedo y la incertidumbre.

La elección del domingo se desarrolló con normalidad, salvo algunos focos puntuales de violencia que los grandes medios de comunicación intentan mostrar como la generalidad. Una elección transparente y con garantías en cuanto a sus resultados. El sistema electoral de Venezuela es uno de los más sofisticados del mundo, con niveles tecnológicos muy importantes que echan por tierra cualquier posibilidad de fraude y manipulación de resultados. Tiene además un respaldo que le permite auditar cualquier mesa de votación y demostrar con claridad la cantidad de electores que participaron de la elección. Pero además contó con observadores internacionales, mas de 43 en total, provenientes de 23 países. Entre los observadores se destaca el organismo internacional electoral, CEELA (Consejo de Expertos Electorales de Latinoamérica), que tuvo una activa participación en el proceso electoral. Es pertinente agregar, que la ONU e incluso el ex Presidente de España Rodríguez Zapatero reconocieron e hicieron un llamado público para respetar el derecho de los venezolanos a votar en estas elecciones. La Constituyente no fue un invento caprichoso e ilegitimo, fue una alternativa constitucional, legal y legitima.

Más allá de estos aspectos, por demás significativos, la legitimidad del proceso electoral está dada por el amplísimo respaldo popular. La elección de la Asamblea Nacional Constituyente no era obligatoria, y se dio en un contexto muy adverso. Sin embargo más de 8 millones de venezolanos marcaron la cancha y le muestran al mundo su voluntad democrática y pacífica, como único camino posible para encontrar la felicidad del pueblo. Atrás quedaran las voces desacomodadas de los gobiernos de México, Colombia, Argentina o Brasil que quieren desconocer este maravilloso hecho democrático.

Curiosamente los gobiernos de estos países carecen de altura ética para acusar a Venezuela y al proceso constituyente de ilegal. El presidente de México, Peña Nieto tiene una reprobación del 93 % , Santos tiene una desaprobación de casi el 70 %, Temer además de ser un usurpador, tiene la desaprobación más alta en la historia de Brasil con un 94 % y en Argentina Macri aumenta día a día su desaprobación e impone reformas y recortes sociales a fuerza de represión. Pero además estos gobiernos y Almagro fueron derrotados hasta en la OEA, donde solo 13 de los 35 países con representación plena acompañaron una moción para rechazar la elección de la Asamblea Nacional Constituyente en Venezuela.

Se trata sin dudas de un triunfo de dimensiones muy significativas, y no solo para Venezuela, también para toda América Latina y el mundo. Se derrotó un plan de desestabilización encabezado por los EEUU, ejecutado por Almagro y algunos países de la OEA. Durante los días previos a la votación, recrudecieron las amenazas injerencistas de EEUU, sancionaron a más autoridades venezolanas, así como a diplomáticos e integrantes del tribunal supremo de justicia. La administración Trump y sus aliados se empeñaron en aislar a Venezuela a como diera lugar, incluso boicoteando la conectividad aérea, retirando aerolíneas y dejando a miles de pasajeros sin posibilidades de retornar a sus correspondientes países.

El gobierno de EEUU amenazó a México de no firmar un nuevo TLC sino incrementaba su presión sobre Venezuela. Al mismo tiempo, imponían sanciones a Nicaragua por ser un defensor del proceso Bolivariano. Y además, los sectores golpistas de la oposición venezolana, dirigida por EEUU y Almagro, quisieron generar un baño de sangre, asesinaron personas inocentes e hicieron actos de terrorismo para atemorizar a los venezolanos y así impedir la votación. A todo esto se enfrentó el pueblo venezolano y los derrotó en paz, ejerciendo sus derechos, mostrándole al mundo que es posible avanzar en salidas colectivas e integradoras frente a la dificultades por la que atraviesa en muchos frentes. El pueblo venezolano habló, jugó su papel y lo seguirá haciendo. La paz y la democracia volvieron a triunfar en América Latina. Ahora hay que respetar este acto democrático y dejar que los venezolanos sigan construyendo su futuro sin injerencias de ningún tipo.

*Observador Internacional acreditado por el CNE. Diputado por el Frente Amplio.

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