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Análisis y contexto del crimen

Homicidios: en busca de los culpables

Un informe de la Unidad de Análisis y Contexto (UAC) de la Fiscalía General de la Nación intenta echar luz sobre el fenómeno de los homicidios en Montevideo. El 51% de los asesinatos no aclarados se concentra en siete barrios. En algunos casos es difícil desentrañar las causas; en otros surge nítido el conflicto entre bandas criminales.

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La tasa de homicidios (homicidios cada 100.000 habitantes) de un país y una ciudad es un indicador de la situación de seguridad. Históricamente, Uruguay tuvo una tasa de homicidios del orden del 6,0. Pero a partir de 2012, esa cifra comenzó a aumentar. Según datos del Observatorio Nacional de Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior, en 2015 la tasa de homicidios fue de 8,5 en Uruguay y de 12,5 en Montevideo. En 2016, existió un leve descenso: 7,6 en Uruguay y 10,6 en Montevideo. Pero estas cifras no revelan la complejidad del problema. “Estamos observando en materia de homicidios que hay una altísima concentración en lo territorial […] Una parte de Montevideo tiene niveles [de homicidio] europeos y otra parte tiene niveles de Medellín”, afirmó el fiscal de Corte, Jorge Díaz, durante una entrevista con Telemundo. En este marco, un informe de la Unidad de Análisis y Contexto (UAC) de la Fiscalía General de la Nación (FGN) sobre los homicidios en Montevideo -no incluye casos vinculados con situaciones de violencia doméstica- confirma la dispar distribución de este delito en el territorio. Así se establece que en un período de 16 meses -todo el año 2016 y el primer cuatrimestre de 2017- en Montevideo se registraron 202 homicidios, de los cuales 82% tuvo lugar en la periferia, bajo jurisdicción de las Zonas Operacionales Nº 3 y Nº 4. Y aporta otros insumos para entender este fenómeno criminal que preocupa a las autoridades. El 50% de estos delitos no fueron aclarados, en particular los cometidos en la periferia de la ciudad. Se trata de delitos que difieren según la zona, pero que tienen algunos sesgos marcados en relación a las víctimas: hombres jóvenes muertos por disparo de arma de fuego. También, en algunos barrios, de los victimarios: dos hombres en moto, que llegan de improviso y disparan a quemarropa. El contexto “El análisis de contexto pretende salir de la investigación ‘caso a caso’ o investigación ‘táctica’ para ingresar a una investigación estratégica, ya no del caso individual, sino del fenómeno criminal, y tratar de vincular el análisis criminal con las políticas de desarrollo institucional”. El informe de la UAC -unidad creada en febrero de 2016, dirigida por el fiscal Fernando Romano- sobre homicidios no aclarados en Montevideo se explica por la priorización que requiere la persecución de este delito en virtud “del alto impacto del mismo en la sociedad”. La entrada en vigencia del futuro Código del Proceso Penal (CPP), el próximo 1º de noviembre, supondrá un cambio en la estructura de la investigación penal. La consagración de un sistema acusatorio, oral y público, otorgará a los fiscales el rol de dirigir la investigación. En este marco, la Fiscalía definió una estructura con áreas temáticas para concentrar la información sobre los ilícitos, desarrollar investigaciones de contexto y establecer una estrategia común de combate al delito. Una de esas áreas será la de homicidios. Este informe -al que accedió Caras y Caretas – se elaboró con base en los datos del Sistema de Gestión de Seguridad Pública y busca proporcionar insumos a la Fiscalía Penal de Homicidios de Montevideo -que estará a cargo del fiscal Juan Gómez- para que, al momento de la entrada en vigencia del CPP, cuente con toda la información sobre los homicidios consumados no aclarados judicialmente. “El criterio de selección de casos para el análisis cualitativo respondió a la constatación de la recurrencia de algunos modus operandi, la vinculación de partes policiales y la búsqueda de regularidad de patrones -o ausencia de ella- en barrios con una alta concentración de este tipo de delitos”. Para esto se realizó una revisión de partes policiales, las ramificaciones que de estos surgían y su concomitante derivación a otros. “De esta forma, se logró establecer vinculaciones entre casos, modus operandi, víctimas y agresores”, señala el informe. En este sentido, el fiscal Gómez afirmó que la especialización permitirá “que el director de la investigación pueda estar más cerca del curso de las investigaciones” y poder entablar los vínculos entre homicidios que a primera vista parecerían no tener nada en común. Este informe “será de gran utilidad para encarar el fenómeno criminal y tratar de vincular ese análisis con la política de represión del delito”, dijo Gómez a Caras y Caretas. Los datos Entre enero de 2016 y abril de 2017, se registraron en Montevideo un total de 202 muertes por homicidio (146 en 2016 y 56 en el primer cuatrimestre de 2017). De estos, poco más de 50% (102) está sin aclarar judicialmente. O sea, nadie fue procesado por el crimen. En 2016, los homicidios sin aclarar fueron 66 (45,2%); en el primer cuatrimestre de 2017, fueron 36 (64,3%). Pero un aspecto significativo refiere a la distribución territorial de los asesinatos. El informe revela que la Zona Nº 3 de Montevideo “concentra la mayor cantidad de homicidios consumados y de homicidios consumados sin aclarar”. En efecto, de las 202 muertes por homicidio del período, 107 ocurrieron en esta jurisdicción -barrios Casavalle, Flor de Maroñas, Marconi y Peñarol, entre otros-, al tiempo que “más de la mitad del total de los homicidios sin aclarar pertenecen a esta zona (65 de un total de 102 en Montevideo)”, señala el informe. Es decir, 61% de los homicidios cometidos en la Zona Nº 3 permanecen impunes. Esta cifra está especialmente influenciada por los crímenes cometidos en el primer cuatrimestre de 2017, ya que de los 27 homicidios, sólo cuatro pudieron aclararse. En tanto, de los 80 asesinatos cometidos en esta jurisdicción en 2016, el52,5% (42) están sin aclarar. En la Zona Nº 4 se registraron 59 homicidios, de los cuales 28 están sin aclarar. En esta zona, el foco de este delito se produce en el Cerro y adyacencias, bajo jurisdicción de la Seccional 24 (26 homicidios, 12 de ellos sin aclarar). Los registros de la Zona Nº 2  y la Zona Nº 1 son menores, tanto en homicidios consumados como en crímenes no aclarados. En la Zona Nº 2 -Parque Batlle, Pocitos y el resto de los barrios costeros- se produjeron 21 homicidios, seis de ellos aún sin aclarar (29%); en la Zona Nº 1 –Ciudad Vieja, Centro, La Aguada y Reducto, entre otros- ocurrieron 15 homicidio, de las cuáles solo tres están impunes (20%). Un análisis más focalizado determina que el barrio con mayor cantidad de homicidios sin aclarar es Casavalle, con 18, seguido por Peñarol-Lavalleja con la mitad de su predecesor (9) y en tercer lugar Flor de Maroñas con seis homicidios sin aclarar. La zona del Cerro, La Paloma-Tomkinson y Casabó, en conjunto, suma 14 casos. “Siete barrios concentran la mitad de los homicidios no aclarados relevados en el período. Estos barrios son Casavalle, Peñarol-Lavalleja, Flor de Maroñas, Cerro, Ituzaingó, La Paloma-Tomkinson y Casabó-Pajas Blancas. Entre ellos concentran el 50,98% de los homicidios sin aclarar”. Análisis y contexto Tras la presentación de los datos globales, el informe analiza los homicidios que se cometieron en algunos barrios. Por ejemplo, en Casavalle. En este caso, la elección “no es azarosa ni arbitraria”, sino que obedece a que este barrio presenta “la mayor proporción de homicidios no aclarados, a una distancia del doble del que lo secunda”. Además, porque al profundizar en la dimensión cualitativa de estos ilícitos “el barrio Casavalle presenta patrones delictivos singulares y distintos de los que se contenían dentro de otros límites administrativos de Montevideo”, señala el informe. En cita del antropólogo Eduardo Álvarez Pedrosian, el informe señala que la zona conocida como Casavalle no representa una realidad homogénea y unívoca, sino que por el contrario alberga “una diversidad de realidades múltiples, concretas y divergentes”, que configuran un “caleidoscopio de identidades locales”, aunque existen factores estructurales que homogeneizan las condiciones de vida de esta zona. “La pobreza, la exclusión, la presencia de asentamientos y la privación de oportunidades transversalizan y condicionan las existencias, las identidades múltiples y el habitar de las personas que viven en esta extensión territorial”, dice el informe. “La heterogeneidad en los motivos aparentes y los modus operandi de los homicidios no aclarados en ese particular contexto no nos permiten establecer regularidades sólidas que avalen la hipótesis de la presencia de grandes organizaciones criminales que manejen en el repertorio de su accionar delictivo, el homicidio”, expresa el informe. “Los 18 casos de homicidios no aclarados recolectados y analizados por esta unidad, no están vinculados entre sí. Por otra parte, tampoco se pudo vincular a ninguna de las víctimas, testigos e indagados involucrados en tales ilícitos, con homicidios ocurridos en otras zonas de Montevideo (con excepción de uno que se vincula con hechos ocurridos en el Barrio Peñarol-Lavalleja)”. “Esta constatación resulta de gran relevancia en el sentido que nos permite avanzar con nuestra hipótesis de que los homicidios no aclarados que se cometen en el barrio Casavalle responden más a situaciones de violencia y conflictividad diversa, heterogéneas y desvinculadas entre sí que a prácticas delictivas organizadas de manera sistemática”. Sin embargo, no se descarta la hipótesis de que algunos casos respondan a lógicas típicas de los conflictos criminales, señala el trabajo. Distinto es el caso de los homicidios perpetrados en otras zonas de Montevideo, como pueden ser los casos de los barrios Peñarol-Lavalleja y Cerro (incluidos los barrios La Paloma-Tomkinson y Casabó). Estas dos jurisdicciones se ubican como segunda y tercera en cuanto a homicidios sin aclarar. Pero el interés principal refiere al modus operandi del delito. “Notamos que la descripción policial del patrón delictivo, ‘dos NN en moto’, constituía un hecho que merecía particular atención”. Siguiendo la estela de ese modus operandi, se comenzaron a vincular partes policiales, incluyendo casos por fuera del límite temporal del estudio (por ejemplo, homicidios cometidos en 2015), así como relevar y vincular algunos homicidios no aclarados, con otros que sí estaban aclarados. Y se observó que, en el barrio Peñarol, “el radio de comisión de estos hechos violentos es no mayor a cinco cuadras, señalándose como puntos de referencia: avenida Batlle y Ordóñez, camino Santos, camino Edison y calles Behering y Pedro Fuentes (zona conocida como el barrio 40 Semanas)”. “Otra de las características relevantes encontradas en los eventos que terminaron con muerte y personas lesionadas es la no formulación de denuncia por las lesiones sufridas, como tampoco el hecho de que eventuales testigos (propios familiares de las víctimas) no aportan de manera deliberada datos que colaboren con la investigación. Estas características podrían constituir indicios de la existencia de conflicto criminal previo como causa de la agresión”. Ese fue el caso del conflicto entre dos organizaciones, que derivó en la muerte de una quincena de personas integrantes de ambos grupos, incluido el líder de una de ellas. En tanto, en el Cerro «se observó la presencia de hechos interrelacionados entre sí, correspondiendo varios de ellos a represalias por hechos anteriores, pero no pudo identificarse de manera tan precisa la presencia de bandas enfrentadas como en el barrio Peñarol-Lavalleja», expresa el informe.

Víctimas y victimarios
El informe de la Unidad de Análisis y Contexto (UAC) presenta algunos datos sobre las víctimas de los 102 homicidios sin aclarar que se produjeron en Montevideo. En este sentido, se puede observar que la mayoría de las víctimas (93%) son hombres. También que en 45% de los homicidios sin aclarar la víctima tenía entre 18 y 29 años y 32% tenía entre 30 y 49 años. Los menores de 18 años representaron 6% y los mayores de 50 años, 16% de los homicidios sin aclarar en la capital. Al distribuirse por áreas, se constata que 49% de los homicidios sin aclarar de la Zona Nº 3 tuvieron como víctima a un joven de entre 18 y 29 años. En tanto, el 86,3% de los homicidios sin aclarar se cometieron con arma de fuego.

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