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La economía de Uruguay en pleno avance

Al finalizar el tercer año del actual gobierno, Uruguay proyecta un crecimiento mayor que 3,5% del PIB, la mayor inversión de su historia (10% del PIB, con alto componente en infraestructura), contiene el déficit fiscal y la inflación y aumenta sus exportaciones, mientras explora nuevas formas de inserción comercial. El economista Carlos Steneri, de recordada trayectoria, no concuerda, lo cual confirma que el rumbo es correcto.

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Nuestro país entrará pronto en su 15º año de crecimiento ininterrumpido del Producto Interno Bruto (PIB), con una tasa esperada para 2017 de 3,5%, que podría elevarse significativamente en 2018 y 2019 debido a los avances en la instalación de la tercera planta de celulosa, UPM II, proyecto que va acompañado de un ambicioso conjunto de medidas (como la inversión en el ferrocarril) que modificarán sustancialmente el perfil productivo y social de Uruguay. Esto ocurre mientras la media de crecimiento en América Latina se estima en 0,8% y la situación de Argentina y Brasil, nuestros influyentes vecinos, sigue siendo extremadamente negativa. La media de crecimiento del PIB en Uruguay se sitúa en 4,8% anual y el período de crecimiento está cercano a ser el mayor de la historia económica del país. Por su parte, el déficit fiscal (la confesa principal preocupación del equipo económico) descendió a 3,5 % del PIB a octubre, según informó el jueves 30 de noviembre el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF). El comunicado señala que el resultado fiscal del sector público consolidado se situó en US$ 1.996,6 millones, cifra equivalente a 3,5% del PIB en los 12 meses cerrados a octubre, con una reducción de 0,1% respecto al dato anterior; en tanto que el déficit primario (o sea el resultado de las cuentas públicas previo al pago de intereses de la deuda) fue US$ 171,1 millones, 0,3% del PIB. El 21 de noviembre, el ministro de Economía y Finanzas, Danilo Astori, inauguró las VII Jornadas Académicas de la Facultad de CCEE y Administración de la Udelar y reiteró que “las finanzas públicas están en tensión” y que “su reducción es el desafío más importante”, recalcando su meta de bajar el déficit fiscal a 3,3% del PIB a fin de 2017 y culminar el período de gobierno llevándolo a 2,5%. El MEF también informó que “los ingresos del Sector Público No Financiero se ubicaron en 29,9% del PIB, registrando un aumento de 0,1% del PIB respecto al mes anterior por la mayor recaudación de DGI”, del que surge que la recaudación por concepto de impuestos aumentó 6% en términos reales, descontada la inflación, entre enero y octubre de 2017, frente al mismo período de 2016. Con respecto a la inflación, un comunicado del Instituto Nacional de Estadística (INE) del 5 de diciembre, relativo al Índice de Precios al Consumo, señala que “para el mes de noviembre de 2017 el valor del índice se fijó en 173,39, lo que representa una suba de 0,34% en relación al mes anterior. La variación acumulada en el año es de 6,88% y en los últimos 12 meses es de 6,30%”.   Habló el ministro Astori En la mencionadas Jornadas Académicas, Astori, cuya conferencia se denominó “La economía uruguaya hoy: diferenciación, solidez financiera y nuevos desafíos”, se refirió el proceso de desaceleración de la inflación, señalando que “tras muchos años volvió al rango meta” de 3%-7%, elegido por el equipo económico, y enfatizó que la caída de la inflación subyacente “es un indicio muy fuerte de la estabilidad en el descenso del valor de los productos”. El ministro señaló que “Uruguay en los últimos años se ha diferenciado del vecindario” y que “el país ha experimentado un enorme desacople con respecto al comportamiento de la región”, situación que se mantiene a pesar de una economía argentina que consolida su recuperación y un Brasil que empieza a experimentar mejoras. El ministro señaló “la robustez del crecimiento” que lo hace “ser el país con el PIB per cápita más alto de la región y superar en 16 puntos el aumento de la actividad de Brasil y Argentina en el período 2011-2017”. Remarcó que “esa diferencia se ha mantenido este año, lo que es importante por los impactos que tiene su comportamiento en la conducta” de Uruguay. Destacó que el país “amplió sus destinos comerciales en los últimos 15 años y varió el foco principal de las exportaciones desde el Mercosur hacia China”, enfatizando que “la diversificación comercial es una de las bases de la diferenciación regional en la que insistimos”. Elogió el comportamiento y los ingresos generados por el sector servicios, particularmente el turismo y las tecnologías de la información. Astori también se refirió a la gestión de la deuda pública que ha llevado adelante nuestro país, “orientada a reducir los riesgos de refinanciamiento y la exposición a moneda extranjera”, que “permite tener hoy día liquidez y créditos contingentes por más de US$ 5.500 millones, cuando el próximo año deben pagarse vencimientos por algo más de US$ 3.000 millones”. Señaló que “la solidez financiera del país constituye una base para practicar el orden macroeconómico, una característica fundamental para alcanzar niveles más altos de desarrollo social”. Destacó, en ese sentido, que “las reservas internacionales del país superan los US$ 17.000 millones y su evolución muestra a Uruguay con más de 25 puntos del PIB de reservas, lo que nos ubica en uno de los primeros lugares de la región latinoamericana, superado únicamente por Perú”. “Estas condiciones permitieron incrementar la llegada de capitales extranjeros”, destacó Astori, y señaló que “no hay ninguna región importante del mundo de donde no hayan partido inversiones hacia Uruguay”. Como “desafíos a futuro”, el ministro se refirió al “ambicioso plan de infraestructura que suma US$ 12.000 millones y va avanzando a su ritmo”. Al respecto, se refirió detalladamente a los avances que traerá la nueva planta de UPM, que “transformaría a Uruguay en el quinto exportador mundial de celulosa, generaría ingresos anuales para el Estado de US$ 120 millones por tributos y permitiría la dinamización de una zona muy deprimida” del interior del país.   El sector externo: exportaciones crecen 10,2% Otro sector que ha experimentado una considerable mejoría es el relacionamiento comercial con el resto del mundo. Según el Informe mensual de comercio exterior/Noviembre 2017 del Instituto de Inversiones y Exportaciones Uruguay XXI, “las solicitudes de exportación de Uruguay totalizaron US$ 787 millones en noviembre, incluyendo zonas francas, lo que representa un crecimiento de 15,1% respecto a noviembre de 2016. La celulosa fue el producto de mayor incidencia positiva en las exportaciones del mes, seguido por los productos lácteos, la madera y la carne bovina. Por su parte, la soja presentó incidencia negativa en las exportaciones de noviembre. En los primeros 11 meses del año, las exportaciones uruguayas registraron un crecimiento de 10,2%, totalizando US$ 8.379 millones […] Los productos con mayor incidencia positiva en las exportaciones acumuladas son la soja, la madera y la carne bovina”, seguida por los productos lácteos, la madera y subproductos, el arroz y los vehículos. En relación a los destinos de exportación, China fue el principal, con US$ 1.622 millones (26% del total), seguida de Brasil (17%), la Unión Europea, Estados Unidos y Argentina. El informe analiza en forma particular la relación comercial entre Uruguay y México, país que fue en 2016 el séptimo destino de nuestras exportaciones, y con el que se espera una mayor dinamización del comercio, a raíz de la reciente visita oficial, especialmente en los sectores cárnicos y lácteos. En 2016, según el correspondiente informe anual de Uruguay XXI, “las exportaciones uruguayas de bienes -incluyendo las zonas francas- totalizaron US$ 8.301 millones, marcando una reducción anual de 7,3% respecto a 2015”. “En 2015 las exportaciones -incluyendo las realizadas desde zonas francas- totalizaron US$ 8.967 millones, lo que implicó una reducción de 11,6% con respecto a 2014”. Es decir que el bienvenido crecimiento acumulado de 10,2% de nuestra ventas de bienes al resto del mundo viene a paliar una caída acumulada de 19,75%, casi la quinta parte, sufrida en dos años.   El recurrente Sr. Steneri Pese a todas estas evidencias positivas, el 4 de diciembre el economista Carlos Steneri publicó un artículo titulado ‘Balance a mitad de camino’, en el que afirma: “Hace tres años, en vísperas de la contienda electoral, señalábamos los temas básicos que el gobierno electo debería resolver sin demora. Estos eran la reducción del déficit fiscal, la profundización de la inserción internacional y la mejora de la infraestructura”, y agrega, con gran suficiencia: “Su elección se fundaba en la necesidad de eliminar carencias que ponían en juego la propia consistencia macroeconómica, el fortalecimiento del crecimiento económico y la consolidación de las políticas sociales. Hoy, ya transcurrida más de la mitad de la gestión del actual gobierno y entrando ya en el año preelectoral que limita los márgenes de maniobra, la resolución de esos temas sigue pendiente”. Carlos Steneri, funcionario de particular confianza de los gobiernos de Sanguinetti, Lacalle, Batlle y director de la Unidad de Gestión de Deuda en el primer ministerio de Danilo Astori (2005-2010, fecha en que fue despedido por el gobierno de José Mujica), debería explicarle a su exjefe por qué considera que este no cumplió sus metas, sobre todo cuando viene de dar una detallada explicación al respecto en la Facultad de Ciencias Económicas. A continuación, Steneri señala que en relación al déficit fiscal “el propósito era rumbear el desbalance de las cuentas públicas de 3,5% a una meta de 2,5% del PIB. Hoy seguimos girando alrededor de la misma noria de 3,5%, y en fase creciente […] su causa fundamental es el crecimiento de las transferencias, entre ellas a la seguridad social”. A partir de lo expuesto debemos suponer que Steneri propone la disminución de los aportes al BPS, con sus lógicas consecuencias en el pago de la deuda contraída con los jubilados. Seguidamente se refiere al supuesto fracaso en “la negociación de acuerdos comerciales fructíferos”, hecho desmentido por numerosas circunstancias, como el reciente viaje del presidente Tabaré Vázquez a México, la consecución de las negociaciones del Acuerdo Mercosur-Unión Europea, del avance hacia la Alianza del Pacífico y, sobre todo, de los resultados en materia de exportaciones y de inversión extranjera, que están a la vista. Finalmente se refiere a que “el shock de infraestructura prometido no ha pasado de lo declarativo”, lo cual ya hemos visto que no es cierto. Lo remarcable es la comodidad con la que Steneri integró en forma destacada gobiernos que se dedicaron a eliminar el ferrocarril en Uruguay (cuando en las potencias desarrolladas, y particularmente en Europa, es el medio de transporte principal) y ahora integra empresas que aceptan gigantescas exoneraciones fiscales. Sería aconsejable que Steneri se dirija directamente a Astori, el hombre que lo rescató del vacío en que iba a sumirlo el flamante gobierno frenteamplista en 2005 por su trayectoria blanquicolorada y la desastrosa recepción que brindó a Tabaré Vázquez y al propio Astori cuando viajaron a Washington en 2003.

Perfil del economista Carlos Steneri
Nacido en Montevideo, es licenciado en Economía por la Universidad de la República y Master of Arts (Economics) por la Universidad de Chicago, la usina ideológica dirigista de derecha que orientó Milton Friedman. Fue asesor económico de diversas empresas hasta que en 1985 es nombrado por Julio María Sanguinetti como “representante financiero de Uruguay en Estados Unidos y Canadá”, posición que ocupó entre 1985 y 2004, y cuyos gastos fueron siempre observados por el Tribunal de Cuentas y “reiterados” por el Poder Ejecutivo. En lo más agudo de la crisis de 2002, el entonces presidente Jorge Batlle, en su peor hora, le ofreció al economista Ernesto Talvi el Ministerio de Economía y a Steneri la presidencia del Banco Central. Ambos declinaron por diversos motivos. Además de la terrible situación económica que se vivía, eran los tiempos en los que se estaba desarrollando el intento de golpe de Estado que el libro Jorge Batlle/El profeta liberal, de Bernardo Wolloch, atribuye a Ramón Díaz y otros economistas. En 2005 fue nombrado por el ministro Danilo Astori como director de la entonces flamante Unidad de Gestión de Deuda del MEF. Actualmente es consultor del estudio Posadas, Posadas y Vecino, consultor internacional en temas financieros de Southern Cone Group (sociedad de inversiones, manejo de activos) y asesor de diversos organismos.

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