La Cámara de Diputados de Brasil le salvó la cabeza al presidente Michel Temer al no dar los votos para suspenderlo en su cargo. La causa buscaba suspender al presidente brasileño para iniciar la investigación en su contra, que lo vincula a una trama de corrupción ligada al frigorífico JBS.
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Señala el diario El País de España desde Brasilia que Temer y sus aliados “desplegaron hasta el último momento todas las armas para frenar posibles deserciones y garantizar la continuidad del gobierno. Pocos como Temer conocen las mañas para captar voluntades en la política brasileña. Por algo presidió la Cámara en tres ocasiones y ha ejercido como uno de los hombres fuertes del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), especialista en pactar con Dios y luego con el diablo, capaz de ejercer durante años de muleta del PT y convertirse en su verdugo de repente”.
Agrega que se sucedieron cosas como el ceses de sus cargos “provisionalmente” de diez ministros para que pudiesen recuperar sus escaños en la Cámara y participar en la votación. “Y en el aire nunca dejó de flotar la situación de decenas de diputados, que viven con la amenaza de acabar algún día en la cárcel también por prácticas corruptas”, señala.
Temer afirma la acusación haber recibido un soborno de 500.000 reales (U$S 150.000) pagados por el gigante de la alimentación JBS a cambio de beneficios para la empresa, es una «ficción» construida para perjudicarlo y que amenaza la reconstrucción del país.