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Yemen

Yemen sufre la peor epidemia de cólera del mundo debido a la guerra apoyada por EEUU

A la crisis humanitaria desatada por los ataques de la coalición árabe, liderada por Arabia Saudí con el apoyo de EEUU, se ha sumado una epidemia de cólera que en dos meses ha afectado a 200 mil personas.

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La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó del endurecimiento de la situación que atraviesa Yemen, atacado desde 2015 por la coalición árabe liderada por Arabia Saudita y apoyada por Estados Unidos. La guerra ha profundizado la hambruna y la miseria en el que antes de la guerra ya estaba considerado como el país más pobre del mundo árabe. Ahora se ha desatado una epidemia de cólera que ha afectado a 200.000 personas en dos meses y por la que se registran 5.000 nuevos enfermos cada día. La mitad de los infectados son menores de edad. Actualmente se han registrado casos en las 23 provincias en las que se divide el país, causando alrededor de 1.300 muertes. Uno de cada cuatro fallecidos es un niño. Según la ONG Save the children, los niños son especialmente vulnerables a esta epidemia debido a la desnutrición generaliza en la que se encuentra la población. El país se encuentra al borde de la hambruna debido al bloqueo económico ejercido por Riad en asociación con EEUU, así como a los ataques que llevan a cabo en zonas pobladas por civiles. Según Unicef, esta epidemia puede recrudecerse debido a las lluvias llegando a los 300.000 afectados a finales de agosto. La guerra Yemen vive un conflicto entre las fuerzas hutíes, que se unieron a las revueltas populares de 2011 protagonizadas por los partidos Socialista y Baaz (laicos) y el conservador Partido por la reforma islámica. Estas revueltas sacaron del gobierno al histórico dictador yemení, aunque su régimen fue continuado por el actual gobierno de Hadi. Según el sociólogo y analista norteamericano, James Petras, estos ataques obedecen al temor de la monarquía saudita a que el triunfo de los rebeldes hutíes sobre su gobierno títere yemení se expanda por su territorio. Así, la monarquía saudí logró armar una coalición de apoyo junto al resto de dictaduras del Golfo, como Qatar o los Emiratos Árabes, con el beneplácito de Israel y EEUU. Cuando esta coalición inició los ataques, Arabia Saudita cerró su extensa frontera con Yemen e impuso un bloqueo naval sobre sus costas cortando sus principales vías de acceso de alimentos, energía y medicamentos. Antes del inicio de la guerra, Yemen importaba nada menos que el 90% de los alimentos que consumía su ciudadanía, lo que ha derivado en una crisis humanitaria extrema para su población.

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