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Sociedad

117 años del Acuerdo Internacional para la Represión de la Trata

Un análisis de esta problemática mundial desde la perspectiva histórica y de género.

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A 117 años del Acuerdo Internacional para la Represión de la Trata todavía nos enfrentamos a esta problemática desde la desinformación, los prejuicios y la incapacidad de los Estados para responder.

Con el fin de concientizar sobre el tema la investigadora Liz Guyot, colaboradora de la Red Federal de Historia de las Relaciones Internacionales del Departamento de Historia de la UNLP, publicó en 2019 un análisis que mantiene gran vigencia.

El término trata ha sido interpretado históricamente de distintas maneras por organizaciones, gobiernos y la sociedad en general.

Este fenómeno, empleado para designar el comercio de mujeres, tiene su origen en las guerras y la esclavitud. Supone el no reconocimiento de la mujer como persona, sino como objeto sexual. La mayoría de las mujeres eran de origen africano e indígenas; eran desplazadas de su lugar de origen y comercializadas como mano de obra, servidumbre y/o como objetos sexuales.

En Latinoamérica esta actividad se ubica en la época de la conquista española, por lo que en cumplimiento de la ley de guerra, los españoles tomaban o entregaban el «botín de mujeres» al vencedor, lo que dio origen al comercio sexual, al punto de que se crearon establecimientos para este tipo de actividades. Con posterioridad, en la colonia, surgieron las primeras normas que sancionaban dicha actividad con penas que incluso llegaron hasta la muerte.

¿Por qué trata de blancas?

A fines del siglo XIX, especialmente a partir de 1900, persistió el fenómeno de la trata de mujeres que se afianzó y tuvo mayor movimiento después de cada guerra mundial. Empezaron a ser también víctimas las mujeres europeas, que, huyendo del hambre y de los horrores de la guerra, fueron presa fácil de los traficantes. Desde esa época la expresión trata de blancas (porque se reclutaba a mujeres blancas, europeas y americanas) se generalizó, aunque el fenómeno ya existía.

Las primeras referencias a la trata provienen de los instrumentos de las Naciones Unidas. En 1904 el primer convenio internacional referido al tema fue el Acuerdo Internacional sobre Represión de Trata de Blancas que se centraba solo en la protección de las víctimas y resultó ineficaz. La trata era conceptualizada como movilización de mujeres asociada a la esclavitud pero ligada estrechamente a fines “inmorales” (prostitución) y requería el cruce de fronteras nacionales.

Combate a la trata

El acuerdo internacional actual entiende por «trata de personas» a la captación, el transporte, el traslado, la acogida o la recepción de personas, recurriendo a la amenaza o al uso de la fuerza u otras formas de coacción, al rapto, al fraude, al engaño, al abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad o a la concesión o recepción de pagos o beneficios para obtener el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación.

Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), cada año unos 2 millones de personas son víctimas de la trata, de las cuales el 80% son mujeres y niñas y 50% personas menores de edad. A esta cifra debe
sumarse un número indeterminado de personas que son víctimas de la trata dentro de sus propios países, sin cruzar las fronteras internacionales y son sometidas a diversas formas de explotación.

 

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