Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME

Un siglo y medio de la publicación de El Capital

Hace 134 años Marx dejó de pensar

El próximo martes 14 de marzo se cumplen 134 años del fallecimiento de Karl Marx. Este año se conmemora también el 150º aniversario de la publicación de su obra máxima, El Capital.
Este año, probablemente, podamos ver la película El joven Karl Marx, que fue presentada en el Festival de Berlín en febrero pasado.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Por Víctor Carrato

Raoul Peck, fue su director. Nacido en Haití, este activista político estudió en Estados Unidos, Francia y Berlín, donde cursó la carrera de Economía. También trabajó como periodista, fotógrafo y taxista en Nueva York. El film cuenta la historia del encuentro entre Karl Marx y Friedrich Engels, la unión de sus fuerzas y la creación de una visión de la sociedad cuyas repercusiones llegan hasta nuestros días.

“El 14 de marzo, a las tres menos cuarto de la tarde, dejó de pensar el más grande pensador de nuestros días. Apenas lo dejamos dos minutos solo, y cuando volvimos, lo encontramos dormido suavemente en su sillón, pero para siempre.

Es de todo punto imposible calcular lo que el proletariado militante de Europa y América y la ciencia histórica han perdido con este hombre. Harto pronto se dejará sentir el vacío que ha abierto la muerte de esta figura gigantesca”, así dijo Engels ante la tumba de su amigo.

Para hacer política, ciencia, arte, religión, etc., el hombre necesita, en primer lugar, comer, beber, tener un techo y vestirse.

Engels recordaba que “Marx descubrió también la ley específica que mueve el actual modo de producción capitalista y la sociedad burguesa creada por él. El descubrimiento de la plusvalía iluminó de pronto estos problemas, mientras que todas las investigaciones anteriores, tanto las de los economistas burgueses como las de los críticos socialistas, habían vagado en las tinieblas”.

Marx fue fue enterrado en el cementerio de Highgate de Londres el 17 de marzo de 1883. Sólo hubo entre nueve y once personas en su funeral.

El epitafio en la lápida de Marx dice: “¡Proletarios de todos los países, uníos!”, presente en la última línea del Manifiesto Comunista y la frase de la Tesis XI sobre Feuerbach (editada por Engels): “Los filósofos sólo han interpretado el mundo de distintos modos, pero de lo que se trata es de transformarlo”.

Un judío apátrida

El 5 de mayo de 1818, en Tréveris, por entonces Reino de Prusia, nació Karl Heinrich Marx Pressburg. Fue el tercero de siete hijos de una familia judía de clase media, descendiente de una larga línea de rabinos. Él no fue rabino, pero tuvo una larga influencia sobre millones de personas y Estados en el mundo. Pocos leyeron por completo su obra más trascendente, El Capital, pero muchos fueron los que estudiaron su Manifiesto del Partido Comunista, publicado en alemán en 1848.

A los 25 años, pierde su empleo de redactor en la Gazeta Renana después de haber sido expulsado por el gobierno prusiano. Desde entonces, el joven Karl pasó a ser perseguido y, antes de exiliarse en París, se casa con Jenny Von Westphalen.

Un año antes, en 1842, Engels, que era hijo de un importante industrial alemán, fue enviado por sus padres a Manchester, donde dirigió la nueva industria de hilatura de algodón de su padre con nuevos socios holandeses. Allí pudo apreciar de cerca las precarias condiciones del proletariado, lo que le incentiva a investigar tal realidad y más tarde a publicar la obra La situación de la clase trabajadora en Inglaterra en 1845.

En 1844, Engels decide volver a Alemania, pero a pedido de Marx se encuentran en París, pues para ese entonces apenas habían intercambiado correspondencia. En el auge de la Revolución Industrial, Marx promete hacer un abordaje fiel de los acontecimientos que iniciaran la gran amistad de los dos revolucionarios, la cual resultó en grandes obras, siendo quizás las más importantes, El Capital y El Manifiesto Comunista. Engels también colaboró con Marx en el desenvolvimiento del método de análisis de la sociedad llamado Materialismo histórico dialéctico.

El Club de la Taberna

Karl Marx estudió Derecho en la Universidad de Bonn, pero lo dejó para estudiar Filosofía en Berlín. Evitó el servicio militar cuando cumplió los 18 años porque sufría de “debilidad de pecho”. Era aficionado a las bebidas alcohólicas, lo que le afectó el hígado. Se unió al Club de la Taberna de Tréveris, una asociación de bebedores de la cual llegó a ser su copresidente. Marx no tenía interés en estudiar Derecho, y debido a sus malas notas su padre lo obligó a cambiarse a la Universidad de Berlín.

Marx tenía 26 años cuando conoció a Engels, no sin prejuicios, en el Café de la Régence, en París.

En Manchester, Engels conoció a Mary Burns, una joven mujer radical, con quien inició una relación que duró hasta su muerte en 1862. Jamás se casaron, ya que ambos estaban en contra de la institución del matrimonio. Engels se dedicó además a estudiar.

El peso político de los artículos periodísticos de Marx le hizo ganar fama de revolucionario, lo que provocó su expulsión de Francia. En su período en París, adonde se va en en 1843, funda la revista Anales franco-alemanes, de la que fue director, aunque durante poco tiempo, ya que el gobierno francés la cierra por presión del gobierno prusiano. Marx siguió viviendo en la Rue Vaneau, y comenzó a escribir para lo que entonces era el único periódico alemán radical sin censura en Europa, el Vorwärts! Con sede en París, el periódico había sido establecido y llevado adelante por muchos activistas conectados a la Liga de los Justos, una organización revolucionaria socialista que en unos pocos años llegaría a ser más conocida como la Liga de los Comunistas.

Expulsado de París, Marx se establece en Bruselas, en 1845, donde funda la Liga de los Comunistas, tras lo cual se declara apátrida, ateo y revolucionario.

A partir de 1845, Marx se embarca en lo que será su obra más importante, El Capital, con la teoría del valor, la explotación como apropiación de plusvalía, y la teoría explicativa sobre las crisis capitalistas, que quedó inconclusa.

Tras el período revolucionario de 1848 y la publicación del Manifiesto del Partido Comunista, en coautoría con Engels, Europa vive una serie de rebeliones, en algunos casos violentas, denominadas las revoluciones de 1848. En Francia, una revolución llevó a la caída de la monarquía y al establecimiento de la Segunda República Francesa. Marx respaldó el levantamiento. Se traslada a Colonia, en 1848, donde organiza un nuevo diario, Nueva Gaceta Renana. Su nueva publicación alcanza un éxito inmediato, en el contexto de una época de fuerte sentimiento social y compromiso revolucionario. En consecuencia, es prohibido por el gobierno renano. Entonces se marcha a Londres, en 1849, donde elabora El Capital en las salas de lectura del Museo Británico. El primer volumen de El Capital no verá la luz hasta 1867, tras 18 años de trabajo.

En 1859, Marx publicó la Contribución a la crítica de la economía política, su primera obra económica seria. En la década de 1860 trabajó en la composición de tres grandes volúmenes, comenzando con las Teorías de la plusvalía, donde examinó a los teóricos de la economía política, especialmente a Adam Smith y David Ricardo. Este trabajo es visto a menudo como el cuarto tomo de El Capital y constituye uno de los primeros tratados completos sobre la historia del pensamiento económico. En 1867, tras una estancia en casa de su amigo Kugelmann en Hannover, en la que corrigió las primeras pruebas, se publicó el primer volumen de El Capital, una obra que analiza el proceso de producción capitalista. Marx elaboró su teoría del valor-trabajo, su concepción de la plusvalía y de la explotación que, según él, en última instancia llevaría a una tasa de ganancia decreciente y al colapso del capitalismo industrial. Los volúmenes II y III se mantuvieron como manuscritos en los que Marx siguió trabajando por el resto de su vida y fueron publicados en forma póstuma por Engels.

En tanto, su familia era sustentada por Engels. Además, Marx participó en la fundación y organización de la Primera Internacional (28 de setiembre de 1864), conocida como la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), participando activamente en las discusiones. A él se le encarga la redacción del Llamamiento inaugural de la Internacional y participa en la elaboración de su estatuto y otros documentos. Entonces surgen los debates entre Marx y Bakunin, que terminarán con la expulsión de este último en el Congreso de La Haya de 1872 y la salida de la Internacional de las secciones bakunistas (anarquistas). Estos últimos, reunidos en el Congreso de Saint-Imier (Suiza), no reconocerían los acuerdos de La Haya y refundarían la Internacional. Tras la derrota de la Comuna de París en 1871, que significó un duro golpe para la Internacional, Marx se retiró de la lucha política y se dedicó a la escritura de su pensamiento.

El Capital

Esta obra no sólo es un tratado de economía política, sino también una obra de filosofía y un tratado político sobre las relaciones de dominación entre las clases, de un lado los proletarios y de otro, los burgueses.

El primer libro es una exposición general del modo de producción capitalista, sus elementos básicos y su articulación vistos de manera general.

El primer capítulo es bastante difícil de digerir “de confuso carácter místico” y poco atrayente para continuar. En él se resumen las ideas sobre la mercancía y el dinero. De ahí pasa a investigar cómo el dinero se convierte en capital. En el proceso de circulación de mercancías se cambian valores iguales. Sin embargo hay una mercancía especial que engendra nuevo valor: el trabajo humano. Pero ese valor que se les paga a los obreros por su fuerza de trabajo, en forma de salario, es muy inferior al que el empresario puede extraer de esta. El trabajo que el obrero rinde de más, después de haber trabajado el tiempo necesario para cubrir el jornal, constituye la fuente de la plusvalía, de donde toma constante incremento el capital. El trabajo no retribuido del obrero entra en los bolsillos de todos los miembros ociosos de la sociedad, y en él descansa todo el orden social bajo el que vivimos.

Para convertir dinero en capital, el poseedor del dinero necesita encontrar en el mercado obreros libres.

El libro segundo, publicado en 1885, trata sobre el proceso de circulación del capital. Fue editado por Friedrich Engels a partir de las notas dejadas por Marx. En él se estudian los principales fenómenos detrás del mercado, las relaciones entre los diferentes sectores de la producción y entre la producción y el consumo y cómo se realizan el valor y la plusvalía. Es clave para para la comprensión de la construcción teórica de toda la argumentación de Marx y su visión del capitalismo como sistema.

El libro tercero fue publicada en 1894 y encara el proceso de producción capitalista en su conjunto.

A medida que crecen la acumulación y la competencia capitalista, las ganancias tienden a crecer con menor rapidez que el capital invertido y, por tanto, el rendimiento de las inversiones tiende a hacerse menor. Según Marx, ello se debe a que el avance tecnológico hace que el empresario invierta proporcionalmente más en máquinas y materias primas que en salarios. La tasa de ganancia desciende, aunque la suma total de las ganancias aumente, porque el valor nuevo creado tiende a crecer menos que el valor invertido. Varias causas contrarrestan esta tendencia, pero finalmente se impone. Al disminuir la tasa de ganancia se reducen las inversiones y luego el empleo y el consumo, multiplicándose el efecto hasta que se producen quiebras. Los precios bajan, pero de todos modos no hay quien compre las mercancías baratas debido al desempleo y al cierre de empresas; de esta forma se llega a una recesión. La caída de la tasa de ganancia se revierte por medio de la competencia desgarradora que inutiliza grandes masas de capitales y sobre las ruinas resurge la acumulación de capital, pues para los competidores victoriosos el aumento de la ganancia vuelve a ser más rápido que el incremento de la inversión. La paralización de la economía prepara su ampliación posterior, de la misma forma que el crecimiento prepara la crisis.

Como dijo Engels, Marx era el hombre más odiado y más calumniado de su tiempo. Sin embargo, el conocido economista turco Nouriel Roubini escribió, en agosto de 2011, en una columna distribuida a cuatro centenares de diarios de 150 países: “Parece que Marx tenía razón parcialmente al afirmar que la globalización, la desaforada intermediación financiera y la redistribución del ingreso y la riqueza del trabajo al capital pueden llevar al capitalismo a su autodestrucción”.

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO