El multimillonario francés Bernard Arnault anunció el martes que él y su grupo LVMH, especializado en productos de lujo, donarán 200 millones de euros (226 millones de dólares) para la reconstrucción de Notre Dame.
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La oferta llegó después de que Kering, el grupo de moda fundado por otro multimillonario francés, Francois Pinault, ofreciera cien millones de euros para «reconstruir completamente Notre Dame».
Pinault preside el conglomerado de empresas Artemis y el grupo Kering y es dueño de marcas de lujo como Saint Laurent, Gucci o Alexander McQueen.
Por su parte la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, dijo el martes que la ciudad financiaría la reconstrucción con 50 millones de euros y propuso una conferencia internacional para coordinar las donaciones y restaurar el edificio.
La Fundación para el Patrimonio, un organismo francés financiado con fondos privados, hizo un llamado a las donaciones en su web. También hubo llamados similares a través de la web de micromecenazgo Leetchi.
La región de Isla de Francia, que incluye París y sus alrededores, prometió diez millones de euros.
Para reconstruir el templo, que cada año acoge a 13 millones de visitantes –una media de 35.000 personas al día– se necesitarán artesanos especializados y maderas raras.
El responsable del grupo Charlois, el mayor proveedor de madera de roble de Francia, prometió ofrecer los mejores materiales para reconstruir la compleja armadura de madera, conocida como «el bosque» por el número de vigas que se emplearon para construirla.
«Las obras seguramente necesitarán años, quizás décadas, pero se necesitarán miles de metros cúbicos de madera. Habrá que encontrar las mejores piezas, de gran diámetro», explica Sylvain Charlois, en declaraciones a la radio France Info.
La UNESCO, con sede en París, prometió por su parte trabajar con Francia para restaurar la catedral de Notre Dame, inscrita desde 1991 en su lista de patrimonio mundial de la humanidad.
El edificio gótico estaba siendo renovado para reparar el efecto del tiempo y de la contaminación con un presupuesto de 11 millones de euros, financiado por el estado francés.