El asesinato de las Muchachas de Abril, Laura Raggio, Silvia Reyes y Diana Maidanic, es recordado como uno de los más crudos de la dictadura militar sucedido en el marco del Plan Condor. Se trata de tres luchadoras sociales y políticas que tenían entre 19 y 22 años cuando el terrorismo de Estado acabó con sus sueños de «un mundo mejor».
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Las asesinaron en la madrugada del 21 de abril de 1974 durante un operativo de fuerzas militares de la dictadura, armados a guerra. Las sorprenden mientras duermen, en la casa de Mariano Soler 3098 bis, de Brazo Oriental.
La Comisión Memoria Muchachas de Abril difundió parte del relato de los sucesos de aquella madrugada.»Buscando a un militante del MLN, Washington Barrios Fernández, un comando de las Fuerzas Conjuntas ingresa violentamente a un apartamento habitado por el padre, la madre, una hermana de 10 años y un hermano de 16 del joven requerido. El padre comunica la ausencia de su hijo, advierte que tampoco se encuentra en el apartamento donde vive con la esposa, Silvia Reyes. La madre informa a su vez que su nuera está embarazada. Los militares ingresan igualmente al apartamento con desmedida violencia ametrallando a las tres jóvenes. Más de 140 balas acabaron con sus vidas y la del bebé en camino».
Se manejan dos versiones de este hecho: las familias y vecinos por un lado y, por otro lado, los militares y la prensa de la época quienes presentaron la ejecución como un enfrentamiento armado de ambas partes. Esta versión es negada por familiares y vecinos que fueron testigos de los hechos.
Actualmente el caso se encuentra parado y los culpables de este crimen atroz no han sido juzgados. Según la información difundida por la comisión, la primera denuncia presentada por los familiares de las víctimas fue el 20 de mayo de 1985, al finalizar la dictadura militar.
«En 1989, al comenzar a regir la Ley de Caducidad de la Pretensión Punitiva del Estado que inhabilita la investigación y acceso a la justicia, el expediente de las “muchachas de abril”, entre tantos otros, se archiva. 20 años después de la primera denuncia, en el año 2005, los familiares de Diana, Laura y Silvia vuelven a los tribunales solicitando la reapertura del caso.La base jurídica y ética en que se apoyan es la determinación de derechos humanos imprescriptibles y no plebiscitables, enfrentándose nuevamente a la inoperancia del proceso judicial», relata el documento.
Ante esta situación, deciden recurrir al Derecho Internacional Ielsur (Instituto de Estudios Legales y Sociales del Uruguay) y se presenta un pedido de admisibilidad ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Los abogados alegan que a pesar de que el Estado, en los últimos años, impulsa la posibilidad de investigación, continúa incumpliendo los acuerdos con el Derecho Internacional ante los delitos de lesa humanidad. La Comisión Interamericana de DDHH aprueba, en 2013,la petición de admisibilidad presentada por los abogados de los familiares y se estudia el fondo del asunto para pasarlo a la Corte Interamericana de DDHH, lo cual implica exigir el cumplimiento al acceso a la justicia penal.
Sin embargo, a nivel interno, el 22 de marzo de 2013, la Suprema Corte de Justicia del Uruguay declara inconstucionales los artículos 2 y 3 de una nueva ley que permite a la Justicia juzgar los delitos y crímenes de la dictadura habilitando la prescripción de graves delitos de derechos humanos e impidiendo la posibilidad de sanción penal a los responsables.
A nivel internacional, el caso de Silvia, Laura y Diana ha sido ya elevado a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
A nivel nacional, la Fiscalía reabrió la investigación. En tanto, los abogados se plantean la ampliación de pruebas.
«Estas violaciones a los Derechos Humanos las realizó el propio Estado que es quien debe garantizar la vida y la seguridad de sus ciudadanos. Por eso se llaman Crímenes de Lesa Humanidad y no prescriben en el Derecho Internacional», explica el informe citado anteriormente.
El primero de marzo pasado, falleció Stella Reyes, hermana de Silvia, y madre de tres hijos quien el 21 de abril, una hora después del asesinato de su hermana, en otro violento operativo, en la calle Jacinto Vera, en el Buceo, Stella fue detenida junto a tres compañeros más, que salvan sus vidas huyendo por el fondo del terreno. Participaron de este operativo los mismos militares que venían del operativo de Brazo Oriental: “integrantes de OCOA, Artillería 1(La Paloma) y 2 (Trinidad).” Stella, víctima de torturas y presa durante ocho años, fue una de las personas que con su testimonio y su accionar, mantuvo vivo el relato de lo ocurrido en la casa de Mariano Soler. Sus hijos, compañeras, y amigos, nos comprometemos a transmitir el desafío de memoria, verdad y justicia, de generación en generación.
Desde la comisión de Memoria informan que ,debido a la emergencia sanitaria, este año el homenaje a «Muchachas de Abril» se realizará solo a través de los medios de comunicación.