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6 características de las personas sinceras

¿Qué configura el carácter de una persona sincera? ¿Cuáles son las motivaciones de la honestidad? En este artículo responderemos a estas y otras interesantes preguntas.

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Todos valoramos la sinceridad, y nos gusta relacionarnos con personas sinceras que expresen realmente lo que piensan, siente y son. Este valor es tan importante como necesario es las relaciones interpersonales. Una duradera y enriquecedora se basa, en gran medida, en la honestidad.

Ser sincero tiene que ver más con la honestidad que con la verdad. Al mismo tiempo, suele demandar valentía y generosidad. En este artículo, describiremos las principales características de las personas que se enfrentan a los obstáculos con esta actitud vital.

¿Cómo es una persona sincera?

Una persona sincera tendrá que evitar la tentación de la mentira, pues en muchas ocasiones, salirnos de manera consciente del relato de la realidad puede darnos una buena cosecha de benéficos a corto plazo.

Por otro lado, hablamos de una persona “mayoritariamente sincera”, ya que sería una tarea utópica intentar encontrar a alguien que nunca, ya sea por un motivo u otro, haya contado una mentira.

Al mismo tiempo, la sinceridad como patrón suele dar lugar a una actitud abierta ante la experiencia. La persona sincera no solo es honesta con los otros, también lo es consigo misma. Por eso, su manera de ver y vivir la vida la lleva a contemplar cada situación de una manera más ajustada.

 Las características de las personas sinceras

A continuación, te presentamos las principales características de las personas sinceras.

1. Son honestas

Las personas sinceras son poco sensibles a las circunstancias a la hora de elegir entre verdad o mentira. Decir la verdad para ellas es algo central. Entienden que la honestidad difícilmente se puede negociar. Por ello, los demás las ven como personas en las que pueden confiar.

2. Son asertivas y empáticas

Buena parte de la honestidad, o de su ausencia, se basa en la comunicación. Por eso, precisamente son tan importantes las habilidades sociales; toda una caja de herramientas cognitivas que favorecen comportamientos que dignifican a los demás.

Una de estas habilidades es la asertividad, mediante la cual la persona sincera expresa lo que piensa, por encima de que el viento sople o no a favor.

En ocasiones, las personas dicen la verdad sin tener en cuenta cómo se sentirá la otra persona, sin “ponerse en su lugar” (empatía). Así no se trata ser sincero, sino de buscar la manera de que esa verdad cause el menor daño posible. La cuestión no es de contenido, es de forma, y lo que le da forma precisamente a nuestra forma de actuar en entornos sociales son las habilidades sociales.

3. Son inteligentes emocionalmente

La inteligencia emocional es clave en la vida de toda persona sincera, pues mediante ella es capaz de identificar, regular y expresar, asertivamente, sus emociones. De igual forma, esta le permite reconocer las emociones ajenas.

4. Aceptan lo que les sucede

Las personas sinceras aceptan lo que la vida les ofrece, tanto lo bueno como lo malo. Cuando hablamos de aceptación nos referimos a la capacidad de reconocer lo que sucede sin resistirse. Es permitir que cada cosa sea como es, como aparece.

Esto no quiere decir que los sinceros sean pasivo o personas resignadas. Eso no es aceptación. La aceptación es ver las cosas como son y actuar de manera activa sobre ellas para cambiarlas, en caso de ser posible.

Las personas sinceras aceptan la vida porque de no hacerlo estarían negando la realidad de lo que está sucediendo. Sería un autoengaño pretender vivir de acuerdo con lo que no es. Así, las personas sinceras salen al encuentro de la vida y en medio del dolor o del gozo, reconocen lo que sienten y lo que piensan. En otras palabras, son honestas con ellas mismas y con la vida.

5. Son congruentes

Uno de los grandes atractivos de la sinceridad es la disonancia cognitiva -o, mejor dicho, su ausencia-. Las personas solemos contar menos mentiras de las que podríamos para, entre otros alicientes, evitar el malestar que nos produce vernos como personas poco honestas.

Así, en ocasiones, podemos preferir pagar el precio que pueda derivarse de la verdad antes que penalizar a nuestro autoconcepto.

6. No se reprimen

La represión  es un mecanismo de defensa que se utiliza para inhibir la experiencia o la expresión de sentimientos negativos o pensamientos desagradables. Las personas sinceras no suelen encapsular e ignorar su estado emocional. Son más partidarias de reconocer, expresar y aceptar lo que sienten.

Para terminar, ser una persona sincera no es nada fácil, requiere entrega, persistencia y un cambio en la manera de ser y estar en el mundo. La sinceridad es un compromiso con la verdad, con los demás y con uno mismo. Todos queremos relacionarnos con esta clase de personas, pero ¿nosotros somos sinceros con los demás?

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