Un nuevo inicio de clases lleva a replantearse algunos temas que el verano dejó en el olvido, y que tiene que ver con problemas históricos del sistema educativo desde los años 60 hasta nuestros días. La infraestructura y la organización del sistema han sido en gran medida los talones de Aquiles de la educación, más precisamente de Secundaria. Edificios viejos y poco preparados para la nueva realidad educativa y procesos eternos de designaciones de horas para el personal docente y no docente. Esta realidad parece haber sido combatida lenta pero sostenidamente por varias administraciones en los últimos 10 años. El resultado es sensiblemente desparejo pero ataca al problema en sí y da algunas soluciones. Las elecciones de horas han mutado de maratónicas, extenuantes y estresantes jornadas a trámites más o menos cortos y bien organizados, que además se dilucidan en diciembre (en el caso de los docentes efectivos). Este es un dato que la misma gremial de profesores de educación secundaria (FENAPES) ha manifestado como un avance positivo. Este tipo de cosas profesionaliza la labor docente y genera una estabilidad laboral relativa, aunque el desafío son los docentes cargo, que todavía sigue en carpeta tanto de las autoridades como de FENAPES. Otra realidad la supone la infraestructura edilicia, su mantenimiento y su relación con el propósito que debe cumplir. Las construcciones de liceos y escuelas deben cumplir determinados requisitos de tipo didáctico y deben estar preparadas para albergar miles de niños y adolescentes en un ambiente pedagógico. Allí ha habido muchos avances, los números así lo indican, pero la base de la que se parte es de relativo abandono. Igualmente los números de secundaria parecen indicar que no peligra el inicio de clases, a pesar de algunas amenazas de algunos liceos en pésimas condiciones. Este año, ante el inminente inicio del año lectivo los números parecen halagüeños, por lo menos para la directora de Secundaria Celsa Puente. Según datos oficiales se alcanzó el 95% de cobertura de horas de clase en todo el país. Con respecto a las horas de docencia indirecta, aseguró que se cubrieron ya casi un 100% de las mismas. El ideal para las autoridades serían clases que no superaran los 30 alumnos, a este respecto Puente declaró, “en los casos en que constatemos que hay un número superior a 30 o 32 alumnos, que es el número razonable que consideramos debe tener un grupo, estaremos viendo otras posibilidades”. Las alternativas (que ya han sido utilizadas) mencionó ampliaciones de infraestructura, implementación de aulas móviles o redisposición de espacios no utilizados como aula. Además el parque edilicio se encuentra en condiciones y no habrá superpoblación en los liceos. Según la directora no peligra el inicio de clases en ningún liceo del país. Puente declaró a Presidencia que “Estamos con una buena perspectiva” y agregó que “es un hecho histórico, producto de un trabajo sostenido, preciso, claro, transparente”. Las estimaciones oficiales sostienen que de los 301 liceos públicos distribuidos en el territorio nacional, todos cumplen con las condiciones mínimas para comenzar a funcionar el próximo lunes 6, producto del diseño de un plan de obras que supone la sustitución de los edificios que estaban en peores condiciones. El cronograma edilicio se está cumpliendo en tiempo razonable, aseguró Puente.
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