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Atención en contexto extremo

Acción del Mides en las inundaciones

Durante las últimas inundaciones el Mides ha desarrollado diferentes operativos destinados a brindar asistencia a las familias afectadas sin descuidar la atención a los colectivos en situaciones más vulnerables.

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Caras y Caretas Diario

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Por Manuel González Ayestarán

  La situación en el norte del país pasó su momento más extremo. Actualmente el río Uruguay continúa descendiendo y se encuentra por debajo de la cota de seguridad en todos los departamentos afectados por las inundaciones. Esto ha permitido el inicio de los operativos de retorno de las personas que fueron desplazadas en varios departamentos, las cuales rondaron los 7.000 casos en el peor momento de la crisis. Sin embargo, según informó el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) el pasado martes, aún hay 5.243 personas desplazadas. Paysandú es el departamento en el que el operativo de retorno está más avanzado; allí ya han regresado a su hogar 53 por ciento de afectados. En Bella Unión esta proporción desciende a 38 por ciento. El pasado miércoles se inició este operativo en Río Negro y el Sinae espera que el fin de semana comience en Salto, la localidad más afectada en esta etapa. El director Nacional de Gestión Territorial del Ministerio de Desarrollo Social (Mides), Mauricio Guarinoni, indicó en diálogo con Caras y Caretas que la frecuencia que en los últimos años están siguiendo este tipo de episodios, derivados del cambio climático, va a obligar al gobierno a desarrollar más ampliamente acciones preventivas. En este sentido, el gobierno anunció que próximamente procederá al realojo de 320 familias (100 en Paysandú, 180 en Salto y 40 en Bella Unión) en lugares que estén a salvo de las eventuales crecidas del río. Esto forma parte de un plan de cooperación entre los comités de emergencia locales, el Mides, el Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (Mvotma) y la intendencia departamental. El Mides ha realizado un relevamiento de cada una de las familias afectadas con nombres y apellidos y la situación social que atraviesan. Por otra parte, el Mvotma es quien dispone del presupuesto asignado por el gobierno para llevar a cabo los realojos, y la intendencia departamental tiene a cargo el conocimiento y la planificación de la ciudad para indicar dónde se encuentran los terrenos más apropiados para realojar a estas familias. “Ya tuvimos una reunión con los intendentes de Salto y Paysandú, y también han tenido lugar conversaciones entre el Mvotma y el intendente de Artigas”, señaló Guarinoni. A su vez, también se están diseñando estrategias de control para que las zonas donde estaban viviendo los afectados no vuelvan a ser habitadas. En este sentido, en el departamento de Paysandú se está creando un cuerpo de policía comunitaria para vigilar que no se establezcan nuevos asentamientos en estos lugares.   Gestión de emergencias impulsando el desarrollo local Durante este proceso de inundaciones el Mides ha impulsado un proyecto piloto vinculado al desarrollo local que estaba en proceso de estudio desde hace algunos meses. El Instituto Nacional de Alimentación (INDA), junto a la Dirección Nacional de Economía Social e Integración (Dinesil) y la Dirección de Gestión Territorial del Mides han organizado la compra de frutas y hortalizas a pequeños productores familiares de Salto con el fin garantizar la alimentación de las personas afectadas por las inundaciones, a la vez que se favorece el desarrollo local. En ocasiones pasadas, el INDA enviaba desde Montevideo canastas de alimentos secos a la población afectada, debido a que estos son más fáciles de transportar hasta los lugares de la catástrofe que los alimentos frescos. Sin embargo, la articulación de estos tres organismos dependientes del Mides ha permitido surtir a los desplazados por las inundaciones de alimentos de alta calidad, provenientes del cinturón hortícola localizado en las inmediaciones de la ciudad. “Nosotros veníamos explorando un trabajo a largo plazo, sustentable en el tiempo, que es fortalecer la agricultura familiar, es decir, hacer que los pequeños emprendimientos de agricultores familiares de las distintas localidades del país puedan ser proveedores en nuestros distintos programas para así ir fortaleciéndolos”, explicó a Caras y Caretas el director del Inda, Gerardo Lorbeer.   Hasta el momento se han repartido casi cuatro toneladas de frutas y verduras procedentes de 23 pequeños productores de la zona para abastecer a los desplazados de Salto. Entre el 13 y el 27 de junio cada central entregó 240 kilos de boniato, 300 kg de papa, 50 kg de perejil, 440 kg de cebolla, 900 kg de zapallo y 300 kg de zanahoria. En total, el Inda ha repartido alrededor de 20 toneladas de alimento. Esto ha sido posible gracias a la organización coordinada de las tres instituciones dependientes del Mides antes nombradas.   La Dirección Nacional de Gestión Territorial es fundamentalmente la descentralización administrativa y política del Mides. Sus equipos son los que están en el territorio y brindan todos los apoyos a nivel local para poder realizar este tipo de trabajo. Por otro lado, la Dinesil tiene el contacto directo con los pequeños productores, de los cuales muchos fueron empleados en el marco de la ley de cooperativas sociales. Y, por último, el INDA es el organismo encargado de gestionar la compra y el reparto de los alimentos. Toda esta actividad ha sido coordinada con el Sinae, que es quien aporta la información de la situación en la que se encuentran los afectados y las necesidades alimentarias que se deben cubrir. Para Mauricio Guarinoni esta iniciativa supone una dinámica de “ganar-ganar” para todas las partes, ya que por un lado, el INDA compra el producto a los agricultores por un precio 10 por ciento más alto del que ellos fijan en el mercado modelo. Esto se hace así para garantizar que el Estado reparta los productos de mayor categoría que tienen estos productores. “Porque para nosotros es importante dar ese alimento de calidad a las personas que están atravesando una situación extrema”, señaló el jerarca. Por otro lado, el Estado logra evitar toda la logística que conlleva enviar alimentos desde Montevideo hasta estos territorios. Hasta ahora, desde Montevideo se compraban alimentos procedentes del interior para enviarlos posteriormente a las localidades afectadas. Con el nuevo sistema se corta la intermediación y se compra directamente a los productores locales. Por ello, para Guarinoni todo esto supone un beneficio para las tres partes: los afectados reciben los mejores productos de su entorno, el Estado ahorra en logística e intermediarios y los pequeños productores protagonizan la revitalización del mercado interno local. La evaluación positiva de esta iniciativa impulsa al Mides a ampliar este proceso en el resto del país. “Estamos pensando en dar el salto de este plan piloto a un plan pensado a largo plazo y a nivel regional, teniendo en cuenta otros territorios así como la producción de frutas, verduras y hortalizas de cada uno”, explicó el director nacional de Gestión Territorial. “Salto y la situación de las inundaciones demostró que podemos y tenemos que seguir pensando en otros departamentos, quizás en clave de  región, buscando complementariedad entre lo que producen los territorios y la estacionalidad de determinados productos. Eso seguramente va a ser objeto de nuestras charlas en los próximos meses y marcará el diseño de una política pública futura”, añadió.   Otras acciones del Mides Asimismo, cuando tienen lugar estas situaciones de emergencia, el Mides despliega una serie de programas de asistencia que abarcan varias áreas, desde atención a personas discapacitadas y niños al apoyo a familias y a personas en situación de vulnerabilidad. En primer lugar, el área Uruguay Crece Contigo brinda kits de emergencia a las familias en las que hay bebés menores de seis meses, que consisten en una caja cuna de emergencia que contiene ropa de abrigo, pañales, etc. Además, Pronadis entrega elementos técnicos de ayuda (bastones, muletas, sillas de ruedas, etc.) a quienes lo precisen. Por otro lado, el Mides también lleva a cabo una ampliación del monto de la tarjeta Uruguay Social, en acuerdo con el Sinae y el Ministerio de Economía. “Una vez que constatamos mediante una visita social que una persona ha sido desplazada por una inundación y que esta partía de una situación de vulnerabilidad social, duplicamos el monto de su tarjeta por un período de tres meses para que la personas pueda acceder a alimentos y a productos de limpieza en mayor cantidad”, indicó Guarinoni. En lo referente a la niñez y juventud, el programa Uruguay Crece Contigo, en coordinación con el Ministerio de Salud Pública, lleva a cabo visitas a las familias desplazadas, a las que se proporciona cuidados de emergencia como reparto de cunas para niños de entre cero y seis meses de edad, y entrega de mantas, pañales, dispensadores de alcohol y gel. Por su parte, el Instituto Nacional de la Juventud (INJU), a través del programa Impulsa desarrolla propuestas lúdicas, recreativas, en los diferentes refugios. “Esto puede parecer secundario, pero cuando uno está viviendo en un gimnasio con otras cuantas familias durante 10 o 20 días es absolutamente necesario crear un equipo que gestione la convivencia en esos espacios”, explicó Guarinoni. En este ámbito es especialmente importante el desarrollo de actividades lúdicas, musicales y recreativas. También se diseñó una agenda de actividades para los fines de semana, y se solicitó apoyo al programa de voluntariado de la Dirección Nacional de Políticas Sociales. Desde ahí se coordinó el aporte de materiales didácticos como crayolas, plasticina, lápices, pinturas, hojas, y se generan actividades en grupo con los voluntarios. Por último, mediante el programa del Inju Jóvenes en Red, varios equipos de técnicos realizan recorridos en la zona de carpas con los objetivos de mantener una presencia cercana y de generar vínculos de confianza para trabajar problemáticas detectadas. Estas incluyen cuestiones como el consumo de drogas o alcohol, salidas de menores en la noche, etcétera. Este programa también permite renovar la información del ministerio en torno a las familias desplazadas, como actualizar la edad de los núcleos familiares y la situación en la que se encuentran los jóvenes. En este ámbito actúa también el programa Cercanías, tratando las vulnerabilidades de las diferentes familias, entendiendo la familia desde una perspectiva integral.

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