Alfredo Silva, exdirector de ASSE en representación de los trabajadores, fue condenado a pagar más $ 2 millones por conjunción del interés personal y público en el caso de la contratación de la Asociación Civil Buena Estrella (ACBE) para hacerse cargo de la limpieza en varios centros hospitalarios. Esta situación fue denunciada largamente por Caras y Caretas. El delito se configura en que Silva era asesor de la cooperativa Buena Estrella, a la que contrataba por compra directa. Vea una de las notas de Caras y Caretas que explica el mecanismo de funcionamiento.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
En una sentencia firmada el 11 de mayo por la jueza de Crimen Organizado, Beatriz Larrieu, se estampa que esa vinculación quedó demostrada y que, por lo tanto, se configuró el delito de la conjunción de intereses, ratificando así la sentencia del juez Nestor Valetti en el año 2014, quien ya había procesado a Silva, así como a otras nueve personas vinculadas con la cooperativa. Uno de ellos, Hebert Texeira -conocido como Toshiba- fue procesado con prisión por un delito continuado de cohecho simple en reiteración real con un delito continuado de conjunción del interés personal y público. Ahora Larrieu le agregó tráfico de influencias. Alfredo Silva llevó a Caras y Caretas a la Justicia, ofendido porque la revista investigó y denunció sus actos en varias oportunidades, considerando que se le estaba difamando y, por ende, dañando en su moral.