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coronavirus | pandemia |

Amaszonas Uruguay: única compañía aérea que siguió operando en el país

En estos meses de emergencia sanitaria la conectividad aérea de Uruguay se redujo casi a cero. Desde el 24 de marzo, día en que se cerraron las fronteras, la única compañía comercial que siguió operando fue Amaszonas, que se ha encargado del último tramo de los vuelos humanitarios de uruguayos varados.

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Entrevistado en el programa En Perspectiva de Radiomundo, Sergio León, gerente general de Amaszonas Uruguay y vicepresidente legal del grupo Amaszonas, contó que Amaszonas nació en el año 2000 en Bolivia con aviones pequeños dedicados especialmente al turismo. Con el paso de los años fue renovando la flota y añadiendo destinos, hasta que en 2015 compró los permisos de viaje de la empresa BQB y se instaló en Uruguay.

Antes de la pandemia conectaba al Aeropuerto de Carrasco con Buenos Aires, Asunción y Santa Cruz. Amaszonas quedó con sus aviones «en tierra» cuando se decretó el cierre de fronteras, sin embargo, en esos primeros días apareció un pedido de 74 uruguayos que estaban varados en Cusco y solicitaban ayuda del gobierno para ser rescatados.

«Nos acercamos a Cancillería y les dijimos que podíamos hacer ese vuelo para repatriarlos. Ellos tomaron muy bien la propuesta y junto al Aeropuerto de Carrasco bancamos el vuelo. El gobierno subvenciona el 100% del combustible y los otros costos fuimos a medias con el aeropuerto. Esas personas no pagaron boleto», explicó León. Luego de eso, con la concreción del operativo «Todos en casa» la Cancillería le propuso a la aerolínea que sean los «ejecutores del plan».

«Aceptamos en abril viajar una o dos veces por semana a San Pablo para traer a los uruguayos de todo el mundo que llegaban ahí y sacar a los extranjeros para que puedan tomar sus conexiones en San Pablo», contó el abogado.

Cancillería cubría el 100% del combustible, el aeropuerto exoneraba algunas tasas como la de embarque y el resto de los costos iban por parte de Amaszonas que cobraba una «tarifa solidaria» de US$ 199. Más adelante los costos fueron cambiando. En mayo, según explicó el jerarca de la aerolínea, el gobierno pasó a aportar el 50% del combustible y el aeropuerto pasó a exonerar menos tasas. La tarifa que cobra Amaszonas desde ese momento es de US$ 299 para los que vienen de San Pablo y de US$ 480 dólares para los que van al país norteño.

León explicó que pese a la tarifa, en mayo la empresa tuvo pérdida. Sin embargo, rescata cosas positivas: «nos permitió tener un flujo de caja, seguir trabajando y tener a los empleados activos. En la balanza la operación termina siendo positiva y nos permite poner un granito de arena en la pandemia».

Además, agregó que permitió conocer el mercado del aeropuerto de San Pablo y que dio a conocer a la empresa a la población uruguaya, por lo que fue un «buen marketing». «Que el uruguayo vea que tiene una línea aérea que puede responder a sus necesidades», señaló.

El gerente general de Amaszonas explicó que ya se encuentran en preparativos para la «primera etapa» de volver a volar. Este será una conexión con Asunción, «porque Paraguay junto a Uruguay son los países que mejor han manejado la pandemia en la región y además existe un vínculo importante de negocios e inversiones entre los dos puntos».

Además, planean seguir operando con San Pablo y evalúan vuelos a Rosario, Argentina, y Santiago de Chile. «Queremos ser la aerolínea que garantice la conectividad de Uruguay. Cuando pase la pandemia queremos tener tres frecuencias a Aeroparque (Buenos Aires), dos diarias a San Pablo y una diaria a Asunción y a Santa Cruz de la Sierra». Además, dijo que planean llegar a Lima y tener un vuelo que conecte Montevideo con algún punto del Caribe y otro con México.

León fue consultado sobre su perspectiva para el futuro de los viajes en avión, y aseguró que «habrá nuevas regulaciones». Por un lado, señaló que no es necesario que se reduzca la capacidad de las aeronaves porque cuentan con un sistema de filtros Hepa que renuevan el aire cada tres minutos, por lo que «el 99,95% de ese aire está libre de virus».

Sin embargo, sí dijo que los protocolos en los aeropuertos serán más largos, tanto para el ascenso como para el descenso de los aviones. «Los embarques y desembarques van a necesitar más tiempo por el distanciamiento y habrá que reducir la cantidad de itinerarios, por lo que la actividad obviamente se va a encarecer», finalizó.

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