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HORA DE CAMBIO

ANCAP y el liderazgo de Vázquez

Tabaré Vázquez removió el directorio de Ancap y la medida causó sorpresa. Algunos piensan que debería haberlo hecho antes. Otros, que no lo tendría que haber hecho nunca. El momento parece clave para marcar su liderazgo.

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Por IP Fernández

Es extremadamente dificultoso predecir qué efectos tendrán en el futuro los hechos vinculados a la gestión deficitaria de Ancap. Y esto en buena medida es por factores ajenos al ente. El primero, la crisis global, que ya está teniendo repercusiones en la economía uruguaya. El segundo, la crisis petrolera, que en Uruguay operará de manera contradictoria, en la medida que al tiempo que los precios internacionales caen de manera abrupta, en Uruguay operan al alza, con el consiguiente malestar entre los consumidores (particularmente los vinculados al aparato productivo). El tercero, porque por primera vez en el curso de las tres administraciones progresistas, se desnuda una fuerte cesura a la interna de la coalición y a este respecto resulta interesante observar quiénes exacerban los disensos y quiénes pretenden aquietar las aguas. Aún es prematuro extraer conclusiones de la decisión del presidente Tabaré Vázquez de destituir al directorio de Ancap en pleno. Sin embargo, en lo que al mandatario se refiere, refuerza su posición de manera global, tanto ante la oposición como en las filas de su fuerza política. Dicho en otras palabras: Vázquez aparece ante la opinión pública como supremo árbitro de un tema que ya ha tomado una dimensión problemática para su mandato. Lo hace exponiendo a la lista 711 y particularmente a su líder Raúl Sendic, cuya proyección a una candidatura presidencial en el futuro queda fuertemente cuestionada, no sólo en la medida que las críticas a la gestión del ente hacen puntería en su persona, sino porque en el período anterior, la gestión de Ancap estuvo fuertemente vinculada -en su integración y en su direccionalidad- a la emergente fuerza orientada por el actual vicepresidente de la República. Al mismo tiempo, Vázquez se niega a nombrar como presidente de Ancap al presidente del Banco Central (BCU), Mario Bergara, lo que de alguna manera lo alinearía con el Frente Líber Seregni (FLS), que con diferentes tonos y matices impugna la gestión del ente. En cuanto al Espacio 609, la situación es más contradictoria, ya que su máximo líder, José Mujica, fue virando de un fuerte apoyo a Sendic y a su gestión al frente del ente, a una actitud más prudente, soltando la mano de modo paulatino al que se presuponía que sería su delfín. Sin embargo, entre filas, podría percibirse un suspiro de alivio, ya que la gestión de Ancap es poco defendible (particularmente cuando quiénes defienden la misma distan mucho de formar un frente monolítico), y no sería sensato hundirse aferrado a la popa del Titanic. No obstante, sería un inaceptable reduccionismo referir la coyuntura generada en torno a Ancap a la correlación de fuerzas en el seno del oficialismo. No sólo los políticos operan ahí, ni sólo las corporaciones, sino también los medios de prensa y los publicistas, cuya rentabilidad y a veces su propia existencia, dependen de la publicidad que distribuyen los entes, lo que es particularmente evidente en la escala reducida en la que se opera en el mercado uruguayo. En resumidas cuentas, la decisión presidencial revitaliza su liderazgo, su equidistancia de los sectores políticos del FA, atenúa los cuestionamientos de la oposición y quita presión al tema de Ancap, preservando a Presidencia de las eventuales consecuencias que podría tener el pasaje del tema a la órbita de la Justicia. En relación con esto, si nos manejamos con la masiva -y en algunos casos minuciosa- información difundida acerca de la gestión de Ancap, parecería que las irregularidades -que en algunos casos efectivamente existen- no revestirían la calidad de delitos y si existieran no estarían inscriptos en un esquema de corrupción comparable al investigado en Brasil en relación con Petrobras. Presumiblemente aquí lo que se están laudando son otras cuentas. Finalmente, es preciso destacar el componente de incertidumbre que ronda en este tema. Recientemente fue noticia a nivel mundial, que en el caucus de Iowa, la victoria de la precandidata demócrata Hillary Clinton ante su contendiente Bernie Sanders, arrojó un empate que en seis distritos se definió por el azar de una moneda lanzada al aire. Increíblemente, en todos los casos, la suerte estuvo del lado de Clinton, lo que definió la elección a su favor. Respecto a Ancap, también el futuro está vinculado al albur de la existencia o no de crudo en el subsuelo uruguayo, sobre cuya conveniencia se han manifestado -a favor y en contra- integrantes de todas las tiendas. En otras palabras, el tiempo dirá a quién favorecerá la suerte, lo que no habla precisamente de las certidumbres que reserva el futuro.

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