La central sindical de trabajadores Pit-Cnt convocó a conferencia de prensa ante la grave agresión sufrida por un trabajador de la estancia Flor del Ceibo, propiedad de Ernesto Estévez. El dirigente Óscar Andrade dijo que, a raíz de este episodio, la central estaba en contacto permanente con los trabajadores rurales nucleados en la Unatra. Si bien no pudo asegurar si se dieron otros hechos con estas características medievales, sí conoce que en el medio rural muchas veces «transitan en condiciones de trabajo extremadamente precarias, no sólo por las condiciones salariales más complejas, sino los más altos niveles de siniestralidad, de informalidad, pero esto ya no es sólo un tema laboral. Que un trabajador, por intentar que se cumpla su horario de trabajo, termine en una situación casi de tortura, azotado, con las costillas rotas, amenazado con un cuchillo y que nos hayamos enterado porque varios días después va al médico». Andrade informó que el ataque fue el 18 de setiembre y recién el 23 va al médico «porque no soportaba el dolor de las costillas rotas». La situación se agrava, contó Andrade, teniendo en cuenta que los trabajadores de la Unatra informaron que el trabajador golpeado sigue estando amenazado para que se retire la denuncia judicial: «Eso habla de una impunidad brutal, que merece el rechazo más absoluto. Nosotros resolvimos poner al servicio del trabajador y su familia, el asesoramiento jurídico pleno a cargo del Pit-Cnt, tanto en lo laboral y civil como penal. Esto se trata de un delito. Nos extraña que todavía no estén detenidos, pero esperemos que en breve los autores, tanto de la golpiza como de la amenaza al trabajador, tengan que dar cuenta ante la Justicia», indicó. Si bien denuncias de esta gravedad no son de todos los días, Andrade recordó que «este año tuvimos el incendio que nunca se aclaró frente a un arrozal. También hemos tenido circunstancias de trabajadoras sobre todo, en el citrus y en la forestación, que denuncian circunstancias de acoso, de estar en un clima de violencia permanente, muchas veces aprovechando la situación de falta de trabajo, de ser la única fuente laboral y por ser mujeres jefas de familia. Por eso a nosotros nos genera mucha indignación que hace unas semanas escucháramos como un gran problema del medio rural la rigidez laboral, cuando todos sabemos que lo que existe muchas veces son los derechos más elementales violentados». Y sentenció: «Claramente, tenemos normas que todavía están para cumplirse», en relación a las 8 horas del trabajador rural y a otras situaciones: «Si uno mira el reclamo de los trabajadores del arroz, en algunos casos es ‘no nos fumiguen porque nos agarramos cáncer de piel’ o ‘queremos tomar agua potable’, o sea, algunos reclamos son de 120 años atrás». Para Andrade, el problema no pasa sólo por la falta de controles, sino también de organización: «Por ejemplo, si va un inspector a Tranqueras, a la forestación, el trabajador le va a decir que trabajó 8 horas, aunque trabaje 14, porque sino es echado». Otro ejemplo que puso el dirigente, es el de los trabajadores de arándanos, que realizan su tarea cuarenta días al año: «En el interior profundo es mucho más complicado levantar la bandera de la organización. Nos interpela como movimiento sindical. Hay que hacer mayor esfuerzo por organizar a los sectores más débiles, que es donde hay mayor evasión de aportes». También informó que en estos momentos, Uruguay transita por el mejor dato histórico de formalización de los puestos laborales, con un récord de aportantes al BPS, pero a pesar de eso, «uno de cada cuatro personas trabajan en negro», lo que implica que «todavía falta mucho para avanzar en materia de derechos laborales». «Hace más de cien años se aprobaron las 8 horas y no sucedió así en el medio rural porque hubo un trancazo muy fuerte de grupos de poder muy importantes que acuñaron la lógica de que ahí no se necesitan. En el año 1943 se instalaron los consejos de salario y no lo hicieron en el medio rural por los mismos motivos», indicó. Consultado sobre si es verdad que al trabajador le fue ofrecido dinero para que retirara la denuncia, Andrade afirmó: «Lo que nosotros sabemos es que ha recibido amenazas para retirar la denuncia». Andrade reiteró que hay un delito y que «las imágenes son de la Edad Media. Ver a un trabajador con la espalda como quedó este compañero es una situación que tiene que indignar al país. Una patria digna no merece que esas cosas pasen». En relación a que aún no haya gente detenida, Andrade dijo: «No quiero sugerir nada al respecto. Sí sé que en muchos casos son gente muy influyente y a veces cuesta más avanzar contra ellos. En este caso vamos a hacer lo imposible para que cosas de estas no queden impunes, porque sería una señal trágica acá y hacia adelante». El Pit-Cnt se comprometió a respaldar las acciones que realice la Unatra, concluyó.
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