La playa Ramírez debe su nombre a José Ramírez Pérez, quien instaló un saladero en la cuadrícula que marcan las actuales calles Tacuarembó, San Salvador, Minas e Isla de Flores en el siglo XIX. Era la histórica playa de la Estanzuela, pretendidamente más amplia, que iba hasta el arroyo de la Estanzuela, que muchos años después se convertiría en el lago del Parque Rodó. Allí, en tiempos coloniales, las lavanderas iban a lavar fuera de las murallas de la ciudad. A fines del siglo XIX ya era una zona de baños de los montevideanos y en 1871 llegó el Tranvía del Este. Llegaban los vecinos a la playa, poco a poco se poblaba y se convertía en una verdadera atracción. El parque que conocemos como Rodó -y que en aquellos años se bautizó como Urbano- ya comenzaba a crecer en atracciones. A principios del siglo XX, ante el crecimiento desmedido, aparece el aquel Parque Hotel. El hotel A pocas horas del fin del año 1907, expectantes ante un nuevo año, los uruguayos vieron maravillados la inauguración de un paradigmático hotel. El Hotel-teatro-casino del Parque Urbano. Por aquellos años de cierta bonanza en la economía uruguaya, a orillas de la playa Ramírez, en terrenos del viejo saladero del asturiano José Ramírez Pérez, la firma Crodara y Cía. pidió al municipio la autorización para construir el majestuoso hotel. Corría el año 1906: los planos estaban listos por parte del arquitecto francés Pierre Lorenzi y la dirección del proyecto era responsabilidad del arquitecto Guillermo West. Una excepcional edificación comenzó a levantarse en la rambla, en la que se alzaba poco a poco un barrio alrededor del Parque Urbano, el que en 1917 pasó a denominarse Parque Rodó, en homenaje al excepcional intelectual uruguayo José Enrique Rodó. Todo estaba previsto para recibir a la navidad de aquel año con la inauguración del hotel, pero algunos inconvenientes con algunos insumos que debían llegar desde Alemania generaron la postergación de la inauguración hasta el 30 de ese mes. Pero igualmente al momento de la inauguración, todavía no se contaba con las calderas de la calefacción prontas para funcionar, tampoco los ascensores estaban listos ni las cocinas (uno de los inconvenientes de los días anteriores) estaban en funcionamiento. El barrio crecía al influjo del maravilloso parque, con juegos, espacios verdes, un castillo, levantado casi en la misma época, una carpa del circo Sarrasani que hacía las maravillas de los vecinos, que poco a poco se apilaban en los alrededores. Francisco Piria había sido el emprendedor que loteó parte del barrio a partir de 1896. Finalmente, el 1º de diciembre de 1915, la Intendencia de Montevideo, en aquel momento con Santiago Rivas a la cabeza, compró el local en 1.100.000 pesos. De esta forma el Parque Hotel se transformó en centro neurálgico de gran parte de las festividades de aquellos años. Las fiestas, los carnavales, relucieron al son de las mejores orquestas de aquellos años. En 1997, el edificio se convirtió en sede del Mercosur.
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