Una verdadera tormenta política desató en Argentina la declaración del juez Alejo Ramos Padilla sobre una red de espionaje que involucra a Uruguay.
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Ramos Padilla, que imputó al fiscal federal Carlos Stornelli por presuntas maniobras de extorsión y espionaje ilegal, aseguró ante la Comisión de Libertad de Expresión de la Cámara de Diputados que los descubrimientos del caso pueden perjudicar las relaciones de Argentina con EEUU, Israel, Uruguay y Venezuela.
«Lo cierto es que el caso que puede involucrar a un fiscal, periodista y juez es ínfimo, lo que estamos viendo puede afectar las relaciones con EEUU, Venezuela, Israel y Uruguay», afirmó el magistrado.
El magistrado denunció una red de espionaje ilegal que involucra varias instancias del Estado y en los que participan algunos medios de comunicación.
Falso abogado
Así se desprende del material incautado al falso abogado Marcelo D’Alessio en un allanamiento realizado el pasado 13 de febrero a su vivienda en el barrio cerrado Saint Thomas, en la localidad de Canning de la provincia de Buenos Aires.
En aquel procedimiento, que motivó el procesamiento y detención preventiva de D’Alessio, 47 bolsas con una placa de la agencia Antidrogas de EEUU (DEA por sus siglas en inglés), de la que el acusado decía ser agente; prendas del FBI, chalecos antibalas y equipos tecnológico de espionaje.
Lo cierto es que el caso que puede involucrar a un fiscal, periodista y juez es ínfimo, lo que estamos viendo puede afectar las relaciones con EEUU, Venezuela, Israel y Uruguay»
Según Página /12, dejan al descubierto otra operación contra una supuesta compañía iraní en Uruguay, que comerciaba a través de empresas rusas y que quería evitar que realizara negocios con el gobierno argentino. Y que complicó a dirigentes del Frente Amplio uruguayo. Tarea por la que D’Alessio decía reportar a “Maine”, el estado vecino a Canadá donde está la sede de NCS, el departamento de Seguridad Nacional de EEUU.
El chacarero extorsionado, Pedro Etchebest, también aportó al expediente material fílmico y grabaciones que daban cuenta de los chantajes a los que fue sometido. «El falso abogado tenía una actividad muy intensa dentro del ámbito de la prensa, y es precisamente la condición de abogado y de vínculo con la prensa la que le permitía que sus operaciones de acción psicológica sean mucho más intensas y profundas», indicó el juez ante la Comisión de Libertad.
El magistrado observó que cómo «primero tenía que ir a determinados medios de prensa y luego a la justicia sobre una persona que había sido ablandado o puesta en pánico», señala el magistrado.
Estado oculto
Antes de advertir que su juzgado, en la localidad bonaerense de Dolores, «está trabajando en soledad», Ramos Padilla dio por cierto «un elevado grado de confianza entre Stornelli y D’Alessio»
Stornelli es uno de los fiscales más poderosos de Argentina a cuyo cargo se encuentra la denominada causa «de los cuadernos» en la que está procesada la expresidenta y senadora Cristina Fernández de Kirchner (2007-2015) como supuesta jefa de una asociación ilícita que mantenía una red de sobornos entre el Estado y empresarios que después recibían concesiones de obra pública.
El funcionario público ya estaba imputado por su supuesta participación en maniobras de extorsión e espionaje ilegal realizadas por el falso abogado Marcelo D´Alessio.
Contra Venezuela
Por medio de D’Alessio, un exgerente de la petrolera estatal venezolana PDVSA, Gonzalo Brusa Dovat, fue entrevistado por el periodista argentino Daniel Santoro, referente del diario Clarín, y después declaró en el despacho del fiscal Stornelli.
Además de estar infiltrado en la empresa pública de energía argentina Enarsa un año y medio, D’Alessio se presentó ante PDVSA como agente de la DEA.
Primero tenía que ir a determinados medios de prensa y luego a la justicia sobre una persona que había sido ablandado o puesta en pánico»
Entre sus actividades, D’Alessio «ofreció un plan de entrenamiento del consejo de asesores de Estados Unidos», añadió el juez, al recordar que en el allanamiento de la vivienda se hallaron «informes de inteligencia que tienen el sello de la embajada de EEUU», aunque admitió que se desconocía si éste era auténtico.
En resumen, el magistrado afirmó que investiga «una red de espionaje político y judicial de magnitudes», y alertó como juez estaba en la «obligación de poner en conocimiento a la ciudadanía del contenido de una investigación de estas características».
(En base a Sputnik y Página/ 12)