La muerte de un niño de 12 años conmueve a la sociedad argentina que lo ha visto como un nuevo caso de gatillo fácil. Facundo Ferreira murió por un disparo en la cabeza cuando se trasladaba en un motocicleta en el barrio El Bajo de la ciudad de Tucumán. Recuerda el portal eldestapeweb.com que el muchacho iba junto a un amigo, de 14 años. Este declaró que el disparo lo hicieron los efectivos de la policía de Tucumán desde larga distancia.
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“Íbamos doblando cuando pasaron tres en motos tipo Honda CG 150 y dos policías en moto con armas en la mano y empezaron hacerse tiros a la distancia que íbamos nosotros. Doblamos y nos agachamos. Cuando yo aceleré mi amiguito cayó al piso. Le disparó la Policía. En total Fueron como 20 tiros”, afirmó al diario La Gaceta el menor que acompañaba al niño asesinado.
La familia de Facundo Ferreira realizó una marcha reclamando justicia. Indica Página/12 que la familia se reunió por primera vez con la fiscal del caso, Adriana Giannoni, a quien le presentaron otras muestras de la brutalidad policial: el cuerpo del chico tenía múltiples heridas de disparos de posta de goma en la espalda y un golpe en el rostro que, según les dijo un testigo, fue producto de una patada que le dio un agente. Por estas marcas, adelantaron, pedirán la exhumación del cuerpo.
La fiscal confirmó a la familia y los abogados que la carátula de la causa es «Homicidio» y además les confirmó lo que hasta ahora se escribía en potencial: el estudio «dermotest parcial dio positivo en la mano derecha» del niño. Es decir, que se le hallaron rastros de pólvora, según el informe policial. Inicialmente, Mercedes Ferreira, la abuela del niño, aseguró que la fiscal le había dicho lo contrario. De todos modos, “este resultado que nos dieron hoy no es concluyente porque hay que analizar la ropa y, además, fue tomada tres horas después de que le dispararon y no sabemos qué pudo haber pasado en ese tiempo”, explicó la abogada Florencia Vallino.
Este dato no solo abona la versión policial de que la muerte de Facundo fue producto de un “enfrentamiento” entre él, que viajaba en moto junto con un amigo de 14 años, y los efectivos de la Motorizada 911. Sino que también decora las suspicacias de los defensores del gatillo fácil, que minimizan el asesinato por la espalda de un menor de edad.
“Lo han acribillado a balazos. No sabemos la cantidad pero la misma fiscal nos dijo que son múltiples”, remarcó Vallino, integrante de la organización Abogados del Noroeste en Derechos Humanos (Andhes), que representará a los Ferreira. La otra parte de la querella es la de los representantes legales de Juan, el conductor de la moto.
La versión policial indica que policías motorizados divisaron a tres motocicletas que “circulaban de forma sospechosa”. Cuando los agentes “iniciaron la persecución”, los jóvenes habrían comenzado a “hacer disparos con armas de fuego” y eso fue “lo que obligó al personal policial a repeler la agresión”. Esto consta en el único comunicado oficial publicado hasta ahora.