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RECUERDAN A MATÍAS EN EL CLUB SOCIAL DE EMPALME OLMOS

Asesinen al payaso

Matías ‘Ziatriko’ Galíndez fue asesinado en Ji Paraná, Brasil; era un muchacho como tantos, cuya pasión era el espectáculo circense y se ganaba la vida haciendo malabares. Este miércoles lo recordarán en el Club Social de Empalme Olmos.

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Por José López Mercao

Es una noticia intrascendente. Tan intrascendente como puede ser un muchacho uruguayo que decidió probar suerte en otros horizontes. Matías ‘Ziatriko’ Galíndez tenía 29 años y como tantos jóvenes compatriotas, dejó su pago, su familia, sus rutinas y se adentró en el enorme territorio de Brasil. Era de Empalme Olmos, y como se sabe, allí hay pocos estímulos para los jóvenes. Ya hace tiempo que cerró  Rausa, que daba vida a la zona. Metzen y Sena sobrevive con trabajo cooperativo, lejos de su pasado esplendor. Un día, como tantos, Matías se cansó y se fue a Brasil, a trabajar como “artista de la rua”. Hay un montón de uruguayos dispersos en la enorme geografía del norte. Hacen malabares en los semáforos, con pelotitas, con fuego. Se visten de payasos usando esas enormes narizotas que se adquieren por una monedita. Los más afortunados consiguen también unos enormes zapatones con los que el atuendo les pinta a la perfección. Y existen los que pueden conseguir un monociclo con el que demuestran su equilibrio deslizándose entre los coches que esperan el cambio de luces. Al cabo del día recogen algunos reales luego de derramar alegría en los cruces de caminos. Se reconocen como artistas y lo son. El sábado, Matías estaba trabajando en Ji-Paraná, en el Estado de Rondonia. Haciendo una pausa, conversaba con un amigo sobre la naturaleza del “artista de la rua”, que además de prodigioso malabarista suele ser filósofo. Un policía intervino y los calificó de “vagabundos”. No era un policía común. Tenía 19 años, era “filho” de dos importantes autoridades locales y ya había cometido otros asesinatos. No se dieron muchos detalles, pero se sabe que Matías defendió el arte al que debía su sustento y sus pequeñas alegrías. El policía le espetó: “Gringo aquí nâo tem vez”, algo así como que “Aquí no hay lugar para gringos”, tras lo cual le descerrajó diez disparos y se dio a la fuga. Puede que no sea noticia, salvo para el Megáfono de Pando, que está llamando a colaborar en una cuenta abierta en Abitab para repatriar su cuerpo. Sus vecinos y amigos de Empalme Olmos lo despedirán el miércoles 12 de abril en el Club Social. Según dicen habrá música, malabaristas, payasos y también, cuentan algunos, andarán rondando las sombras de todos los “artistas de la rua” que un día se marcharon en busca de un futuro mejor. Llevarán en la boca la pintura grotesca del payaso y un poco de tristeza en el corazón. Adiós, Matías.

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