El asesor de la OEA Luis Porto afirmó en la entrevista que esta institución ha buscado siempre canales para hacer recomendaciones que le permitan «desarrollar la democracia» en los países miembros.
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Habla de una inestabilidad regional producto de la disociación de los nuevos gobiernos con sus sociedades, lo que junto a la desaceleración de la economía regional de los últimos años, que ha generado incertidumbre en una capa media ampliada por el avance económico de la última década (que corresponde a los gobiernos progresistas, aunque no lo menciona), consolidan un panorama volátil en la región.
Porto plantea que la estabilidad del Uruguay es sólo comparable con la de los Estados Unidos y Canadá, con quienes comparte ese lugar según los parámetros de medición establecidos por la OEA; así mismo reconoce que están monitoreando constantemente las redes sociales para tener una lectura crítica de la región para saber cuándo el descontento virtual se puede trasladar a la calle y cuándo ello puede desencadenar en hechos violentos.
Respecto a esto, afirma con toda seguridad que el papel de la OEA no es el de influir en la política interna de un país, pues es una organización que profesa el más profundo respeto por las dinámicas soberanas en América. Ante lo que no cabe cosa diferente a preguntarse si la OEA en que trabaja Porto es la misma en la que su secretario general, Luis Almagro va a por el mundo pidiendo derrocamientos armados de gobiernos elegidos por medio del voto.