Según el Pentágono, la bomba GBU-43, la mayor no nuclear del arsenal estadounidense, impactó contra un sistema de cuevas del Estado Islámico en Afganistán. Las imágenes aéreas que publicó este viernes muestran el momento en que la bomba, que nunca antes había sido utilizada, impacta en la ladera de una montaña en el distrito de Achin, provincia de Nangarhar.
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A #MOAB bomb strikes #ISIS cave & tunnel systems in eastern #Afghanistan. The strike was designed to minimize risk to Afghan and U.S. Forces pic.twitter.com/7pfBYQzk5F
— U.S. Dept of Defense (@DeptofDefense) 14 de abril de 2017
Desde el Ministerio de Defensa afgano se dijo que hasta 36 presuntos militantes de la organización terrorista murieron en la explosión y que no hubo víctimas civiles. Sin embargo, esa información aún no ha podido ser comprobada de forma independiente. El lanzamiento de la que es considerada como «la madre de todas las bombas» ocurrió en el momento en que el presidente Donald Trump envió su primera delegación de alto nivel a Kabul. En ese país asiático aún permanecen cerca de 9 mil soldados estadounidenses. Las muertes no se han verificado de forma independiente, pero el portavoz del ministerio Dawlat Waziri dijo que ningún civil sufrió daños por la gran explosión que apuntó a una red de cuevas y túneles del grupo yihadista. La GBU-43, con una potencia equivalente a 11 toneladas de TNT, solo había sido utilizada en pruebas y fue diseñada para destruir búnkers y túneles y desmoralizar a las tropas enemigas debido a su gran poder destructivo. Fabricar cada una cuesta 16 millones de dólares y, hasta la actualidad, Estados Unidos solo ha fabricado 17. De acuerdo con el general John Nicholson, jefe del contingente estadounidense en Afganistán, «era el arma correcta contra el objetivo correcto».