El uso de las redes sociales en la campaña electoral, en base a mentiras y agravios para deslegitimar a un rival, tuvo su bautismo en Uruguay con el caso de las fotografías de una de las hijas del precandidato presidencial del Frente Amplio (FA), Óscar Andrade.
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Durante el fin de semana circuló en las redes una foto de Mahia Andrade cuando era menor subida por ella misma. En ella aparecía con un fusil de juguete acompañada por una frase: «Cuando era chica ya estaba lista pa’ la revolución». La joven estaba vestida para un cumpleaños de disfraces. La foto se difundió sin contexto y con mensajes que aseguraban que portaba un AK-47 real, acompañada de la palabra «Asesinos».
La difusión de la fotografía y su viralización con comentarios tendientes a destruir la figura de Andrade como candidato recibieron el repudio de gran parte del sistema político. Aunque no de todos.
Se trató apenas de un ejemplo de lo que se puede hacer en las redes sociales en tiempos de elecciones. Una realidad que ya había sido advertida por diversos analistas de varias partes del mundo y que, como se esperaba, hace tiempo llegó a Uruguay. Desde las fotografías falsas a las fake news, pasando por la compra de paquetes de datos y la mentira pura y dura, todo eso ya usado en otras partes del mundo llegó a Uruguay.
Tiempo atrás el analista mexicano Ricardo Mansilla, experto en el uso de las redes e investigador, docente universitario, dijo a Caras y Caretas que se trata de una práctica que “llegó para quedarse”. En la ocasión recordó que la manipulación de datos de millones de personas en favor de Trump hizo que una campaña “desastrosa”, al decir de Mansilla, terminará triunfando. El uso de cuentas falsas conocidas como trolls o bots estuvieron en la base de ese triunfo.
Se trata del mismo caso de Brasil, donde se comprobó que el uso indiscriminado de noticias, manipulación de datos y cuentas falsas llevaron a la victoria de Jair Bolsonaro.
“La edad de la inocencia terminó en lo que atañe al uso de Internet en la mercadotecnia política. Medir el pulso de las grandes masas de votantes a través de las redes sociales y elaborar mensajes a la medida para lograr ciertos consensos es algo que ha llegado para quedarse en las campañas electorales. La pregunta no es si hay indicios, eso es obvio, sino cuáles son los indicios de manipulación de la opinión pública”, subrayó Mansilla.
Para el director del Grupo Radar, Alain Mizrahi, la campaña electoral de este año será efectivamente más sucia, ya sea por las manifestaciones espontáneas de los usuarios de redes sociales, que tienden a la descalificación, o -especialmente- por el trabajo de trolls contratados.
«Eso (el uso de trolls) está armado. No nos hagamos trampas al solitario. Basta con fijarse en las cuentas de Twitter de varios precandidatos, por ejemplo, para notar que han contratado decenas de trolls para actuar en las redes y jugar sucio», dijo Mizrahi a Montevideo Portal.
«No sé de qué nos extrañamos. Pasa hace años en otra partes del mundo; Trump ganó la elección abusando de esta estrategia, ¿por qué no pasaría en Uruguay? Se intenta tapar el sol con la mano», agregó.
Durante el diálogo con Caras y Caretas Mansilla recordó que Donald Trump estaba haciendo una campaña “desastrosa: decía estupideces, era xenófobo, era homofóbico. La mayoría de las personas decían: este hombre no puede ser mi presidente. Alguien que trata tan mal a las mujeres, alguien que tiene problemas con los inmigrantes, que tiene problemas con los gays, que tiene problemas con todos”. Algo similar podía decirse de Jair Bolsonaro, que fue electo presidente de Brasil pese a conocerse su discurso antihomofóbico, antiinmigrante, antitodo.
“Pero el hombre ganó”, resaltó Mansilla en alusión a Trump, algo que también podrá extenderse a Bolsonaro. “¿Cómo se hizo eso? Porque se hizo un marketing político muy personalizado, por mensajes que estaba mandando la firma que lo estaba asesorando, que se llama Cambridge Analytica. Estaban tratando de utilizar cosas muy íntimas del comportamiento psicológico de las personas para tratar de enviarle un mensaje. Usaban el nivel socioeconómico, si era demócrata o indeciso, o si no lo eran, si eran hombres o mujeres, qué edad tenían. Y si uno pone todas esas cosas y las mete en un paquete de características, se conocen las fibras más sensibles de una persona. Eso lo estaban haciendo con millones de personas, entonces ganó”.
El ataque contra la hija de Andrade, y por elevación contra su padre, forma parte de estas técnicas. La estrategia en este caso no tuvo la organización ni el refinamiento de las empleadas en otras latitudes, pero es un adelanto.
Ahora la Justicia y la Policía están investigando y habría algunos responsables identificados.