El pasado 6 de junio se celebró el Día Mundial del Control de Plagas, instaurado a propuesta de la Asociación China de Control de Plagas y que fue apoyada por otras asociaciones como la Confederación Europea de Empresas de Control de Plagas (CEPA), la Asociación de Control de Plagas Asia-Pacífico (Faopma) y la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas de Estados Unidos (NPMA).
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De acuerdo a estas instituciones, las enfermedades mencionadas representan más del 17% de todas las enfermedades infecciosas y provocan cada año más de 700.000 muertes.
Según varios organismos internacionales, la actividad económica del control de plagas, de acuerdo a varios estudios realizados por distintas instituciones, ha experimentado en los últimos años un gran crecimiento. Precisamente ese aumento de actividad de plagas se debe a una serie de factores que están agravando los problemas asociados a la presencia de este tipo de organismos nocivos, como el turismo y transporte de mercancías y el cambio climático que está alargando los veranos, época ideal para la expansión de plagas.
Por otro lado, un mayor nivel de conciencia de las sociedades ante las enfermedades transmitidas por las plagas y el incremento del control por parte de los organismos de salud públicos y privados del cumplimiento de la legislación pertinente en los diferentes países del mundo favorecen también el mayor desarrollo del sector.
Agregan que el aumento de la actividad económica en el mundo viene acompañado de una serie de retos a los que se enfrenta dicho sector económico, como son la existencia de un mercado muy competitivo con tasas muy importantes de intrusismo y muy presionado por la fijación de precios, la demanda de soluciones y productos menos tóxicos para el medioambiente y la salud humana, mayores exigencias legales para el desarrollo de la actividad, un aumento de la demanda en sectores como la hostelería y de la salud y las exigencias de una mayor capacitación de los trabajadores.
Para algunos expertos se podría considerar que las empresas del sector se están sometiendo a un proceso de mayor profesionalización, lo que permitirá que sea una actividad económica más valorada por la sociedad, en la que sus trabajadores dispongan de una amplia formación para desarrollar soluciones más eficaces, seguras y respetuosas tanto para los usuarios como para el medioambiente.
Tanto en Uruguay como en el resto del mundo, las empresas de control de plagas trabajan para evitar estas enfermedades, razón por la cual son consideradas agentes de salud.
A consecuencia de que las empresas, comercios e industrias están expuestos a la presencia de plagas, las empresas del sector se convierten en los encargados de cuidar el prestigio de su marca y la calidad de sus productos.