Por Meri Ann Parrado Desde hace muchos años, un gran porcentaje de la juventud es duramente estigmatizado y se le adjudica la mayoría de los problemas de la sociedad. Muchas veces los jóvenes son señalados como peligrosos o relacionados con prácticas inmorales. Molesta cómo hablan, cómo piensan, cómo visten, y son cuestionados por sus hábitos. “La juventud perdió los valores” es una frase que se volvió cotidiana, nos cuenta Federico Barreto, director del Instituto Nacional de la Juventud (INJU). Barreto tiene 29 años y asumió el cargo de director hace un año, transformándose en el jerarca más joven en nuestro país. De acuerdo a su opinión, su designación fue una demostración de que el gobierno nacional está avanzando en la credibilidad hacia los jóvenes, pero cree que se debe profundizar mucho más. En los últimos años se observó una transición generacional, pero no es profunda. Me voy a conformar el día que los jóvenes ocupen cargos de representación en el Poder Legislativo. Conozco gurises de 18 años que estarían capacitados para hacerlo, pero hay un impedimento constitucional por la edad que no está justificado”, cuestionó. El jerarca declaró que desde el INJU se está trabajando en erradicar esa mirada negativa sobre los jóvenes y nos contó que el Mes de las Juventudes se desarrolló bajo la consigna “836.027 tenemos los valores contados” como contraposición al argumento de la carencia de valores de la juventud. “La idea de la consigna fue referir a la cantidad exacta de jóvenes que hay en Uruguay entre 14 y 29 años. Queríamos plantear lo contrario a lo que se suele decir en el mundo adulto, que los jóvenes son el gran problema de la sociedad y que tienen los valores perdidos. Para nosotros, cada joven es un valor en sí mismo”. Barreto contó que esta consigna los llevó a reflexionar sobre el valor de cada vida, sobre las vidas que se pierden por la violencia delictiva y también por otros motivos que, según el jerarca, suelen ser invisibilizados, como el suicidio adolescente o las muertes por accidentes de tránsito, que son las principales causas de muerte de los jóvenes en nuestro país. El director señaló también que no sólo tienen interés en preservar determinados valores, sino también en descartar todos aquellos viejos códigos instalados en la sociedad. “Los jóvenes no necesariamente compartimos todos los valores, aquellos como el machismo, privilegios y tabúes en determinados temas; son valores que queremos dejar atrás porque entendemos que no tienen lugar en la sociedad que queremos construir. Hay valores contra los que estamos luchando y creo que es un gran aporte, como jóvenes, identificar qué cosas no van más”. Con respecto a otro de los mitos populares recurrentes, el que sostiene que los jóvenes no se comprometen con la sociedad, Barreto reconoció el importante rol que tuvo el Frente Amplio (FA) para canalizar las demandas sociales y transformarlas en ley, pero manifestó que muchas de las últimas legislaciones importantes fueron posibles debido a la participación juvenil, como la ley del matrimonio igualitario, la legalización de la marihuana o la ley de interrupción del embarazo. “Estos logros demuestran que los jóvenes están a la altura del momento y que son ellos los que ponen el cuerpo en la calle. En los libros de historia quedan las fotos de legisladores añosos levantando la mano, pero sabemos que esas transformaciones no hubieran sido posibles si no hubiera existido esa organización social de los jóvenes”, aseguró. Sobre este punto, agregó que uno de los compromisos de la institución, además de multiplicar las oportunidades para los jóvenes, es visibilizar lo que ellos ya están haciendo en materia de proyectos, ideas y compromisos. “Hace falta mirar la participación juvenil en las últimas marchas, como la del 8 de marzo o la de los mártires estudiantiles, para descartar esa idea de que los jóvenes son apáticos, vagos o que no se comprometen. Tenemos un montón de jóvenes organizándose para lograr profundas transformaciones sociales y que tienen muchas cosas para decirle a la sociedad. Si se valora lo que hacen y dejan de lado el miedo o la resistencia, los jóvenes van a tener más capacidad de seguir transformando la sociedad”. El director del INJU explicó que la institución desarrolla su labor en torno a tres ejes de acción. El más conocido es el de promoción de la participación y protagonismo juvenil. Un segundo eje tiene que ver con una línea más conceptual, en la que se comenzó a trabajar a partir del año 2005, que orientó su acción a construir un paradigma de juventudes que plantea la imposibilidad de entender a la juventud desde una mirada homogénea. “No hay dos jóvenes iguales, la juventud es diversa y tenemos que saber aprovechar esa riqueza. Hay jóvenes urbanos, rurales, con diferentes intereses, y es imposible generar políticas homogéneas; de esta manera entendimos que debíamos diversificar los programas y comprometer acciones de las distintas instituciones y ministerios para construir las políticas de juventud de forma conjunta”, expresó. La tercera línea de acción es, según Barreto, el gran diferencial de este gobierno y tiene que ver con el trabajo con los jóvenes en situación de exclusión social, que eran aquellos que se encontraban más postergados. Para ello, se diseñaron dos programas específicos -como “Jóvenes en red”- que están orientados a aquellos que no estudian ni trabajan y que se encuentran totalmente excluidos y en vulneración de derechos. “Cuando llegamos a algunos barrios, sentimos en piel propia los procesos de exclusión que sufren estos gurises, incluso por parte de las propias instituciones públicas vinculadas a educación o a la salud”, denunció. El otro programa que se lleva a cabo de forma conjunta con el Instituto del Niño y el Adolescente del Uruguay (INAU) y el Instituto Nacional de Inclusión Social Adolescente (Incisa) está dirigido a los jóvenes que egresan de la privación de libertad con el objetivo de acompañar estos primeros momentos de reinserción. “Muchos jóvenes, cuando salen, tienen comprometidos sus vínculos familiares, comunitarios y no pueden volver a los barrios donde vivían porque están amenazados. La idea es pensar en cómo ellos pueden reconstruir un plan de vida que los aleje de la trayectoria delictiva y los acerque más a su comunidad”. El jerarca expresó que uno de los desafíos que la institución tiene para los próximos años es profundizar el trabajo con los jóvenes excluidos y lograr generar canales de encuentros entre ellos y los jóvenes que ya están integrados. La idea es que estos dos tipos de jóvenes construyan proyectos juntos sin que sea necesaria una institución pública intermediaria. Queremos poner énfasis en fortalecer y potenciar estos vínculos porque entendemos que si no incentivamos estos espacios, difícilmente estos jóvenes se encuentren alguna vez en su vida”. Consultado sobre el debate público que cuestiona la posibilidad de recuperación de los jóvenes infractores, manifestó que es un error pensar que estos jóvenes son irrecuperables y dijo que hacer esa afirmación es simplificar el problema. “Cuestionar que no se haya logrado que los jóvenes se recuperen es pensar en términos de fotografía y no de película. Esos jóvenes vienen de generaciones de exclusión y, sin duda alguna, el esfuerzo social, material y simbólico que requiere ese trabajo es muy profundo y muchas veces las instituciones que trabajamos con ellos carecemos de las herramientas necesarias para realizar intervenciones óptimas. Las necesidades que tienen van más allá de generar cupos en el sistema educativo o plazas laborales. Se necesita acompañarlos en determinadas etapas de la vida”. Barreto reafirmó la estigmatizan que estos jóvenes padecen a todo nivel y aseguró que existen diversos ejemplos cotidianos que confirman esta teoría. “A nivel de mercado laboral, todavía hay gurises que tienen que mentir respecto a la dirección en la que viven para que no los asocien con determinados barrios y los tengan en cuenta a la hora de contratarlos. Eso no tiene otra lectura que la de exclusión por parte de la sociedad en su conjunto”, concluyó.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Agosto: Mes de las Juventudes


El 12 de agosto se conmemora el Día Internacional de las Juventudes y se celebra durante todo el mes a nivel del Ministerio de Desarrollo Social y con la participación de algunos ministerios y gobiernos departamentales. El INJU, por su parte, aprovecha esta instancia para darles visibilidad a las acciones que desarrollan durante todo el año. Una de las actividades enmarcadas en este mes dedicado a la juventud es una nueva edición del Consejo Uruguayo de Juventudes, que reúne a todas las mesas departamentales de jóvenes de todo el país en una plataforma de organización y participación. El lunes 27 de agosto se celebra el Día del Joven Rural, con el apoyo del Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca Por otro lado, se inauguró “Espacio Germina”, que es un programa interinstitucional orientado al fomento y apoyo al emprendimiento juvenil. Brinda un espacio colaborativo para que jóvenes de 18 a 29 años desarrollen sus emprendimientos. Las inscripciones para este programa estarán habilitadas hasta el 9 de setiembre. A su vez, en el marco de la Ley de Empleo Juvenil, se lanzó otra edición del programa “Yo estudio y trabajo” para promover el trabajo de los jóvenes.
5k INJU
El 15 de setiembre se llevará a cabo una nueva edición de la Correcaminata 5k INJU, que este año va a tener 23 ediciones en todo el país, en simultáneo. Esta actividad es para personas mayores de 13 años de todo el país y podrán inscribirse en el sitio web del INJU hasta el 31 de agosto.