Los bolivianos acuden a las urnas este domingo, con barbijos y bajo fuertes medidas de bioseguridad, en comicios para eligen un nuevo gobierno democrático tras un año de dictadura y que están marcados por fuertes tensiones políticas y amenazas de violencia.
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“Debimos enfrentar numerosos desafíos, que configuraron la elección más compleja de la historia democrática del país”, dijo el presidente del Tribunal Electoral (TSE), Salvador Romero.
En la noche, tras nueve horas de votación, solo se conocerán datos de boca de urna y conteos rápidos que presentarán cadenas de televisión, porque el TSE decidió a última hora no utilizar su propio sistema de conteo rápido que había generado dudas entre candidatos y observadores.
La votación definirá si el Movimiento Al Socialismo (MAS) retorna al poder del que fue echado por un golpe hace un año y que ahora tiene como candidato presidencial al exministro de Economía Luis Arce, favorito en las encuestas de intención de voto.
Sus principales rivales son el expresidente neoliberal Carlos Mesa (2003-2005) y el ultraderechista exlíder cívico Luis Fernando Camacho, quienes tratan de forzar un balotaje como vía para que la derecha boliviana gane el gobierno por el voto popular después de 15 años.
La elección se definirá en una ronda si un candidato logra este domingo la mayoría absoluta de votos válidos o al menos 40% y 10 puntos de ventaja sobre el segundo.
Una eventual segunda vuelta se realizaría el 29 de noviembre y, en cualquier caso, el nuevo gobierno será instalado antes de fin de año, según programó el Tribunal Supremo Electoral (TSE).
Los centros de votación abrieron a partir de las 8:00 hora local, y siete millones de electores podrán sufragar durante al menos nueve horas en centros de votación con estrictos controles sanitarios y de distanciamiento social.
En varios países de Europa y América Latina centros de votación estaban abiertos con anticipación para los poco más de 300.000 migrantes bolivianos habilitados para sufragar.
Los resultados y proyecciones extraoficiales de la votación serán divulgados en la noche del domingo, pero el cómputo oficial demoraría unos tres días.
Observadores internacionales
Organismos internacionales, países y organizaciones políticas y de derechos humanos enviaron unos 200 observadores a la votación. Entre ellos se encuentra el diputado uruguayo Daniel Caggiani (Frene Amplio-MPP).
Unos 40.000 efectivos de la policía y las Fuerzas Armadas son movilizados para garantizar el orden y, según el gobierno de Jeanine Áñez, enfrentar eventuales brotes de violencia y acciones de fraude electoral atribuidos por las autoridades a supuestos grupos del MAS.
Este partido ha denunciando ante observadores que un eventual fraude o acciones de violencia solo serían obras del Gobierno o de un partido de derecha.
En estos comicios serán elegidos los nuevos presidente y vicepresidente para un período de cinco años, además de 166 miembros de la Asamblea Legislativa Plurinacional y nueve representantes nacionales ante parlamentos regionales.