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Brasil bloquea productos uruguayos: La penosa vía láctea

Presionado por dar respuestas a sus productores lecheros, que responsabilizan al gobierno de la crisis, Brasil suspende el ingreso de lácteos uruguayos con una acusación poco viable y lo comunica mediante un tuit. Uruguay tiene una conducta espejo y bloquea camiones que llegan del país norteño. Las negociaciones están abiertas; la voluntad, tal vez no tanto.

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A menos de un mes de que el puente que une las ciudades fronterizas de Río Branco (Uruguay) con Yaguarón (Brasil) fuera bloqueado por productores lecheros brasileños, el ministro de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento de Brasil, Blairo Maggi, anunció que su país suspende la compra de productos lácteos a Uruguay. Es difícil desglosar si la parte más insólita de esa medida es el motivo (Brasil se quiere cerciorar de que la leche y sus derivados que procedan de Uruguay sean 100% de origen) o la forma (el gobierno se enteró por un tuit); lo que es seguro es que la veracidad de su contenido es tan escasa que a Brasilia no le dio el coraje para comunicarse con Montevideo. Es más, fue Uruguay que, leído el tuit, llamó a todo el que pudo: “Llamé a nuestro embajador [Gustavo Vanerio]; al canciller de Brasil [Aloysio Nunes], quien estaba en una reunión en Marruecos. Hablamos por teléfono con mucha dificultad, pero después me envió un mensaje en el que me aseguraba que iba a trabajar para mantener las excelentes relaciones que hay entre Brasil y Uruguay, y él no quería que se afectaran. Hemos hablado con el ministro de Industria y Comercio [Marcos Pereira]. Hay poca gente disponible en estos momentos”, dijo el canciller Rodolfo Nin Novoa.   Dar la cara Apenas se difundió la decisión de Brasil, los periodistas quisimos tener la opinión de las autoridades y fue entonces que desde el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) se dijo que se hablaría de este tema. El canciller Nin Novoa también se hizo presente. Ambos secretarios de Estado se mostraron sorprendidos por la suspensión de los productos lácteos en suelo brasileño; aseguraron que carecían de comunicación oficial al respecto y que, de no revocarse la medida, llevarían la contienda a los órganos competentes, no sólo del Mercosur, sino también de la Organización Mundial de Comercio (OMC). Quedó claro que los lácteos son el principal rubro de la canasta exportadora de Uruguay a Brasil; que Brasil importa sólo 1% de la leche que consume y que el 99% restante es producto del autoabastecimiento; que más de la mitad de ese 1% lo importa desde Uruguay y buena parte del resto de Argentina; que el año pasado hubo un déficit comercial a favor de Brasil de US$ 200.000.000 -US$ 1.400 millones exportó Brasil contra US$ 1.200 millones que exportó Uruguay-; que más de 30% de lo que vendió Uruguay fueron productos lácteos; y que es obvia la asimetría económica entre Uruguay y Brasil. Aguerre explicó que Uruguay se niega a la cuotificación, a poner un tope en las ventas de lácteos a Brasil -como lo hizo Argentina- porque no hay posibilidades de poner cuotas entre gobiernos; sí puede haber acuerdo entre privados, que será o no ratificado por el gobierno, “y no es el caso, porque el sector lechero uruguayo se opuso siempre, entre otras cosas, porque en la lógica del Mercosur el sector lácteo es una de las oportunidades que el bloque tiene para nosotros”. Aguerre aseguró que los precios en Brasil bajaron por la propia competencia interna y, por eso, Uruguay trata de encontrar otros mercados. Informó que convocaron al gabinete de competitividad (todos los ministerios que participan en comercio exterior) “porque esta situación amerita el análisis de la venta de leche y toda la agenda comercial que tenemos con Brasil”, indicó, aclarando que se refería a productos agropecuarios y no agropecuarios. También habló de la medida espejo que tomó Uruguay (ver recuadro). El canciller Nin Novoa dijo que “si uno analiza las cifras que en materia de comercio hay entre Uruguay y Brasil, es absolutamente insostenible que se pueda decir que Uruguay triangula leche para vender a Brasil. Uruguay le vende 100.000 toneladas de leche entera y descremada por año e importa [Uruguay] 300 toneladas de otros países del mundo, sobre todo para la fabricación de helados y para la industria dulcera”, sostuvo. Con esas cifras, Nin aseguró que entre lo que Uruguay vende y lo que compra, “es absolutamente improbable que estemos triangulando materia prima para vender a Brasil”. Según indicó, desde el punto de vista de la legislación comercial mundial, lo que hizo Brasil es violatorio de las normas de la OMC en materia de plazos y licencias de exportaciones/importaciones, por lo que “estamos con absoluta tranquilidad. No queremos tomar medidas espejo, pero esto lo consideramos una hostilidad de las políticas comerciales de Brasil que no se justifica desde ningún punto de vista”, se excusó. Recordó que “es absolutamente inconveniente en un momento en el que estamos negociando con la Unión Europea para ver si podemos tener acceso a mejores mercados”, por lo que para el canciller “esto nos deja en una posición muy inconsistente, con un flanco muy grande en el futuro de las negociaciones”. Consultado Aguerre sobre qué puede haber detrás de todo esto, contestó que no corresponde a Uruguay hacer conjeturas, pero sí exigir que estos temas se diriman en los ámbitos correspondientes: “Bastantes dificultades tenemos para poder vender y competir sin ningún tipo de subsidios en más de 50 mercados vendiendo la leche que nosotros producimos, como para que quisiéramos complicarnos la vida importando leche, pero además eso se puede demostrar claramente. Se manejó por ahí el argumento de que en el año 2016 se habían exportado más productos lácteos que la leche que se había remitido a la industria. Hay que tener en cuenta que el año 2015 fue muy malo en términos de precios internacionales. Recordemos que se cayó el mercado de Venezuela y cómo inició Conaprole 2016. En el primer semestre de ese año había entre US$ 180 millones y US$ 250 millones en stock de productos que no se habían vendido, que hizo que en el ejercicio junio 2016-junio 2017 se vendiera más”.   Las respuestas a Caras y Caretas Ni Nin Novoa ni Aguerre ven relación entre el corte del puente fronterizo Barón de Mauá por parte de productores brasileños del sur y esta situación. O sea, aquellas quejas son independientes de la medida tomada por Brasilia, según los jerarcas. Con estas palabras contestó Nin Novoa las dudas que al respecto planteó Caras y Caretas: “En la oportunidad del corte del puente Mauá, la información que tenemos es que fueron productores que vinieron en ómnibus de la zona de Pelotas, porque sobre el Yaguarón no existe una cuenca lechera fuerte y nosotros hicimos las negociaciones o los contactos que eran necesarios en aquel momento. Se habló con cancillería [de Brasil], con las autoridades brasileñas y se dijo que era un movimiento aislado. En realidad, anticiparse al futuro es muy difícil cuando los pasos que se dan no son parte de una negociación, sino de medidas unilaterales. Todavía no hemos sido advertidos, notificados ni avisados de las decisiones que han tomado respecto a las licencias [por los permisos de ingreso de lácteos]; entonces no es posible adelantarse a esas medidas y tener un antídoto contra ellas. Esto se zanja únicamente en base a diálogo, a diplomacia, y si de algún lado ha faltado eso, no ha sido del lado uruguayo”. Aguerre volvió a la consulta realizada por Caras y Caretas sobre por qué no se tomaron medidas cuando fueron advertidos en una comisión parlamentaria de que podrían tener problemas con la exportación de lácteos a Brasil: “A mí me invitaron de la Comisión de Asuntos Internacionales de la Cámara de Diputados y comuniqué lo mismo que a la población a través de ustedes. Lo que está en la versión taquigráfica es la aprobación a lo actuado por el ministerio en su momento. Preferiría no tener que pensar que, de una situación tan preocupante para los productores y trabajadores, alguien pretende tener protagonismo o sacar un rédito político. Creo que debe encontrarnos a todos los uruguayos, de todos los sectores políticos, de todas las bancadas, en una posición firme como país para tratar de recobrar las oportunidades de trabajo y desarrollo de nuestros conciudadanos”, expresó.   Lo obvio Sin dudas que los tiempos han cambiado. Hoy, el gobierno de un país toma una medida comercial que perjudica a una nación vecina, el afectado se entera a través de un tuit y debe ser el que llama para que le den explicaciones. Lo que no se puede hacer es negar lo obvio porque internet no sólo existe para hacer uso de las redes, sino también para no darnos de bruces contra la realidad. Aguerre dijo que su colega brasileño Maggi le había propuesto la cuotificación y que él se había negado porque, entre otras cosas, los productores uruguayos no la querían. Y está bien, la normativa del Mercosur lo habilita a hacerlo. Lo que no se puede es decir que el bloqueo del puente Barón de Mauá no fue una advertencia de que las cosas se estaban complicando demasiado. La medida fue tomada después de que Maggi le pidiera a Aguerre la cuotificación, conjuntamente con una presión inusitada para que Brasil frene las importaciones de productos lácteos uruguayos. Lo de la triangulación es un argumento que vienen utilizando desde tiempo atrás. Maggi asumió en mayo de 2016. Apenas ocupó el cargo, comenzó una investigación sobre la posibilidad de que productos lácteos neozelandeses ingresaran a través de Uruguay. El resultado fue negativo. Hubo otros estudios con el mismo fin: ¿Triangula Uruguay? No, no y no. Entonces, ¿por qué Brasil insiste con lo mismo? Las respuestas más básicas no son difíciles: primero, es mejor decir que al sector lechero brasileño le va mal por las importaciones uruguayas y obviar que el consumo interno se retrae cada vez más porque, en ese caso, el gobierno de Michel Temer debería dar otras explicaciones que pasan por su política económica; segundo, la calidad de la lechería no es buena; tercero, cuotificar el ingreso de leche argentina es mucho más sencillo que hacerlo con Uruguay, debido a que Argentina vende mayor cantidad de productos agrícolas y, por lo tanto, tiene mayor margen para la negociación, mientras que a Uruguay sólo le queda mantenerse firme y muy bien agarrado a la normativa. Quizá el error haya pasado por no haber denunciado tanta presión. Quien bloqueó el puente fronterizo no era parte de “un movimiento aislado” como dijo Nin Novoa, sino miembros de la Fetag, una federación de pequeños y medianos agricultores de Río Grande del Sur, con un poder tal como para ser el brazo ruralista que dio el apoyo para que Dilma Rousseff fuera destituida y Temer llegara a Planalto. Aunque vivan de la leche, no son niños de pecho. Saben que la fortaleza de su gobierno no se basa precisamente en la legalidad. Que no nos engañen, Temer tiene un gran problema: su gente no puede consumir lácteos. El último dato registrado dice que el volumen de leche en polvo uruguaya ingresada al mercado brasileño en setiembre de 2017 cayó 75% en comparación al mismo período del año anterior. Es por eso que los anuncios llegan vía Twitter, las comunicaciones se escuchan mal y hay poca gente para atender reclamos.

Así funciona el espejo
Para explicar la estrategia primera de Uruguay para enfrentar la suspensión de compra de lácteos por parte de Brasil, el ministro Tabaré Aguerre dijo: “Pensaba que las bananas que venían de Brasil eran de Brasil. Y esta mañana, frente al enlentecimiento de dos camiones de leche, me entró la duda y por unos momentos se me ocurrió averiguar de dónde vienen las bananas que vienen de Brasil. Afortunadamente, se destrabó el tránsito de los lácteos y recobré la esperanza de que las bananas que vienen de Brasil sean de Brasil”.

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