Cuando el expresidente Lula da Silva fue condenado a 12 años y 1 mes de prisión en la 8ª Sala del Tribunal Regional Federal de la 4ª Región (TRF4), también se especificó que debía ejecutarse la pena una vez analizados todos los recursos por esa corte. Por eso, la defensa de Lula presentó un recurso de ‘habeas corpus’ para ir un poco más lejos: que la ejecución de la condena no se diera hasta que se pronuncien el Tribunal Superior de Justicia (TSJ) y el Tribunal Supremo Federal (TSF), ambos por encima del TRF4. Sin embargo, la medida para evitar que Lula pudiera ir a prisión antes de eso, fue denegada.
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