Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME
Editorial

Brujas, brujos y profecías sobre Lacalle II

Por Enrique Ortega Salinas.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

El pasado

En febrero de 2019 (en el programa Quién es quién, de Televisión Nacional) la exministra de Educación y Cultura María Julia Muñoz expresó con respecto al candidato presidencial que lideraba las encuestas: “Lacalle Pou es una persona que en el Parlamento no se ha destacado por ideas o proyectos”. “Tampoco es un hombre que tenga una vida política propia. Entró al Parlamento por los votos de su mamá”. “Es un hombre que estudió en una universidad privada, que nunca tomó un ómnibus ni sabe sacar un boleto, no conoce la vida diaria de la mayoría de los uruguayos y eso es un problema a la hora de gobernar”.

De remate, fue lapidaria y profética: “Si gana la oposición, los salarios bajarán, las jubilaciones se pauperizarán, las políticas sociales de vivienda no existirán y se recortará el Ministerio de Desarrollo Social”.

Otra bruja fue Graciela Villar, quien, como candidata a la vicepresidencia por el Frente Amplio, advirtió a la ciudadanía que la contienda electoral era entre oligarquía y pueblo, provocando espanto entre varios pseudoizquierdistas.

El 14 de julio de 2019, Alberto Grille escribió lo que sucedería bajo un gobierno de Lacalle Pou: “Los que nos espera es el ajuste fiscal, como lo pide Ignacio de Posadas, la reforma laboral y la de la previsión social. Lo que nos espera es el aumento del IVA. Lo que nos espera es el recorte de las jubilaciones y el aumento de la edad jubilatoria. Lo que nos espera es la privatización de áreas enteras de las empresas públicas y los monopolios estatales. Lo que nos espera es la devaluación de la moneda, como piden las corporaciones agropecuarias, la inflación, el hambre, la miseria, la pobreza y la carestía”.

El 17 de noviembre de 2019, Leandro Grille escribió: “No hay que ser genio para proyectar lo que sucederá en Uruguay si Luis Lacalle Pou alcanza la presidencia de la República. Es evidente que su programa es un programa de ajuste o austeridad, como le llaman en Europa, enfocado en la disminución del gasto público y el retiro progresivo del Estado de algunas tareas que hoy desempeña. En la historia de la economía mundial, ningún programa basado en el ajuste benefició a las grandes mayorías. Un programa de austeridad siempre conlleva un deterioro de la calidad de vida de la población, una caída inevitable del consumo y, por consiguiente, un enfriamiento global de la actividad económica que redunda en pérdida de fuentes de trabajo y descenso del salario real”.

Refiriéndose a cómo Lacalle Pou haría el ajuste, agregó: “O bien se aumenta la recaudación o bien se disminuye el gasto”.  Grille auguró recortes “en seguridad social, desdibujando los Consejos de Salarios para que caiga el salario real, y con ello las jubilaciones, que por la Constitución están atadas al Índice Medio de Salarios; mediante una reducción concreta del gasto por vía presupuestaria, sobre todo en educación y salud porque a la Policía y a los militares es difícil que los toquen y, paralelamente, una variación al alza del tipo de cambio que haga que se diluyan salarios, jubilaciones, prestaciones sociales y el gasto público en relación con el dólar”.

 

El presente

A casi tres años del fúnebre augurio de María Julia y un poco menos de los de Leandro y Alberto y la sentencia de Graciela, nadie puede discutirles ni un punto ni una coma.

Veamos.

Antes de la pandemia se aumentaron los impuestos al rebajar el descuento del IVA del 4% al 2% para quienes compren con tarjeta de débito, con lo que el Estado aumentó la recaudación aumentando al pueblo uruguayo lo que paga del impuesto.

En cuanto al dólar, la tasa promedio en marzo de 2019 (cuando asumió el actual presidente) apenas sobrepasaba los 33 pesos. En enero de 2021, al momento de escribir esta nota, se encuentra en 44,57 pesos.

Comenzando 2022, y por segundo año consecutivo, caen el salario real y las pasividades al ajustarse por debajo de la inflación, lo que nunca sucedió durante los 15 años de gobierno frenteamplista. El gobierno se jacta de ahorrar 100 millones de dólares, pero a costa de reducir jubilaciones y pensiones.

Los trabajadores que crean que son más pobres porque a los de arriba les va mal por la pandemia, están siendo engañados descaradamente. La faena de ganado, por citar un caso, fue récord histórico en 2021 (30,5% más que en 2020) y, encima, el precio de exportación pasó de 4.000 dólares por tonelada a 5.000 dólares. Sin embargo, los trabajadores de este sector son más pobres y sus patrones más ricos.

Es más, en diciembre se registró una caída del consumo interno, con relación a diciembre de 2020, en autoservicios y supermercados, según el monitor de consumo de Scanntech. No obstante, la facturación creció 2%, lo que se explica por la inflación y significa que la gente compró menos y gastó más.

Conclusión: los productores de alimentos ganan como nunca exportando y la gente común de nuestro país se alimenta menos. Lo del derrame ha sido la mentira más brutal de este gobierno.

De continuar con este esquema, Lacalle estará provocando más conflictos laborales, sobre todo en el sector público y con sobradas razones. ¿Hasta cuándo le durará la paciencia A COFE (Confederación de Funcionarios del Estado)? Si el ajuste es lo anunciado, o sea 7%, (5,8%y un correctivo adicional de 1,2%), y la inflación fue de 8%, la diferencia se sumará a la rebaja de 5% de enero de 2021. Al bajar el Índice Medio de Salarios nominal, también se perjudican jubilaciones y pensiones, cuyos ajustes se regulan por el mismo.

Los representantes de los trabajadores han explicado que “la pérdida salarial es mucho mayor aún a la caída de poder adquisitivo porque al ajuste de enero se le agrega en forma acumulativa la inflación mensual. En el mes de enero de 2021 cada trabajador perdió 5% por el ajuste por debajo de la inflación, más el aumento de IPC de enero que fue 1,6%. En un salario de $ 30.000, la pérdida de enero 2021 fue de $1.956. En el mes de diciembre de 2021 la inflación acumulada fue de 7,96% y la pérdida total de poder adquisitivo para ese mes fue $ 3.769. La pérdida de poder adquisitivo en todo el año 2021 fue de $ 35.530. La política de ajuste del gobierno generó para el año 2021 que cada trabajador pierda más de un mes de sueldo. Esto se repetirá para todo el año 2022”.

A Lacalle Pou no le importa; es más, lo satisface, porque este fue el principal reclamo de los grandes empresarios y los representantes de Un Solo Uruguay. Ellos ganan más y sus empleados menos. Ellos venden como nunca y gastan menos en salarios.

A los recortes de salarios se suma el recorte de personal. Lo que no se recorta ni un milímetro es la extensa lista de privilegios de la casta gobernante. Para colmo, las mentiras quedan al descubierto de manera descarada. El 16 de setiembre de 2019, Pablo Mieres decía en el programa Todo pasa (Océano FM): «Si hay un gobierno que se vuelca a la derecha, que no cuenten con nosotros». Pues bien, Pablo… ¿Cuánto más a la derecha puede estar este gobierno para que cumplas tu promesa y renuncies a tu cargo como Ministro de Trabajo y Seguridad Social? ¿O es que las comodidades del poder valen más que tu palabra? Eres la cara visible de la opresión a los trabajadores y pensionistas. ¿Es así como quieres ser recordado en el futuro? Si es que alguien te recuerda… En las rondas de salarios, en el 85% de las mesas el Poder Ejecutivo votó la propuesta de los empresarios para la política salarial.

No le busquen otro nombre; esto se llama neoliberalismo.

Graciela y María Julia tenían razón, y los Grille también; pero no había que ser una bruja o un brujo ni oír voces del más allá para saber lo que sucedería. Bastaba con recordar lo que fue el gobierno de los herreristas entre 1990 y 1995.

 

El futuro

En fin, de nada sirve lamentarnos o recriminar a los que pecaron de crédulos ante las promesas de los demagogos de siempre. Ahora hay que luchar con uñas y dientes para derribar 135 artículos de la LUC porque si esta sigue íntegramente en pie luego del 27 de marzo, el gobierno se creerá legitimado para continuar arrasando derechos y multiplicando la concentración de la riqueza a costa de la multiplicación de la pobreza. Si los dejamos, venderán todo lo que puedan del sector púbico. Peor aún: lo regalarán.

No dejemos que nos distraigan con sus acusaciones cruzadas de tener torturadores en sus filas. El diputado cabildante Eduardo Lust reconoció lo que nadie ignora en este país. El punto es que todos, absolutamente todos los torturadores, violadores y secuestradores de niños, todos, sin excepción, votaron a la coalición derechista.

No dejemos que los delirios macartistas de Graciela Bianchi nos distraigan de lo esencial, que es defender los avances sociales logrados con el Frente Amplio, los derechos humanos y las empresas públicas, todo ello amenazado por la LUC y la obsesión neoliberal de Lacalle Pou.

Hay que ponerle un freno y evitar el desastre absoluto al que nos conduce este irresponsable. Y dejo constancia en 2022 de algo que, si estoy vivo, les recordaré en 2025: que nada venga luego a exigir al Frente Amplio, cuando esté nuevamente gobernando, que arregle este desastre de la noche a la mañana.

No soy brujo ni clarividente. Simplemente conozco a los blancos. Perdón, Wilson. A estos blancos.

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO