La denuncia penal la presentó el abogado Óscar López Goldarracena hace más de un año con base en información obtenida por el antropólogo José López Mazz, que ya había participado en la búsqueda de detenidos desaparecidos durante la dictadura en trabajos encargados por el gobierno desde el 2005.
Después de un año y medio de investigación “reservada”, se llegó a la conclusión de que debajo del piso de la piscina de ese viejo hotel abandonado estarían los restos de Sena.
Según los datos obtenidos en la investigación que comenzó con la nueva denuncia del hijo del pescador, la piscina habría sido construida sobre la tumba clandestina de Sena con la intención de ocultar su enterramiento.
La Justicia acaba de ordenar las excavaciones y por eso el equipo de López Mazz comenzó con los trabajos en el fondo de la piscina.
Funcionarios del uerpo de Bomberos debieron desmalezar la piscina que estaba cubierta de juncos y arbustos, tarea que demandó varios días..
Las tareas de excavación fueron precedidas por el escaneo del terreno con un georradar proporcionado por la Universidad de la República operado por el ingeniero Gonzalo Cetrángolo.
Los técnicos detectaron anomalías en el terreno a partir de lo cual la jueza Letrado del Chuy de primer turno, Alma Susana Matto, autorizó la excavación.
El predio ahora bajo custodia judicial está en el kilómetro 294,500 de la ruta 9, en Rocha.
Olivar Sena era un albañil y pescador de Punta del Diablo que desapareció el 2 de diciembre de su casa. Estaba en pareja y tenía dos hijos.
Su pareja llegó a la casa ese 2 de diciembre y encontró comida servida en un plato, un farol encendido y colillas de cigarrillo en un cenicero. Sena nunca más fue visto ni sus restos encontrados.