El flamante canciller de la República, Francisco Bustillo, ya metió mano en el ministerio de Relaciones Exteriores. El jerarca relevó al jefe de gabinete, José Luis Rivas y colocó a un hombre de su total confianza, Fernando López Fabregat.
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Él había asumido en la academia diplomática, y antes estaba designado como embajador uruguayo en el Reino Unido, durante el gobierno de José Mujica.
Ese no será el único cambio que implemente el nuevo canciller en las autoridades. También está decidido el cambio en la Dirección General para Asuntos Técnico Administrativos. Allí estaba Pablo Scheiner, y Bustillo resolvió que ocupe ese lugar Hugo Caussade.
En el gobierno confían en la experiencia de Bustillo en relaciones exteriores, y los lazos diplomáticos, y de amistad que ha construido. Por ejemplo con el el presidente argentino, Alberto Fernández, quien hasta ahora no ha tenido un encuentro formal con el presidente, Luis Lacalle Pou.