El juez Letrado de Maldonado de 10º Turno, Marcelo Souto, dispuso el procesamiento con prisión del empresario y diputado –suplente- Francisco Sanabria por diversos ilícitos en la gestión de Cambio Nelson. Sanabria fue procesado por los delitos de libramiento de cheques sin fondo, apropiación indebida y falsificación ideológica. Además, en línea con la requisitoria del fiscal Rodrigo Morosoli, el magistrado resolvió el enjuiciamiento con prisión del gerente y operador del cambio, Nelson Calvette y de la oficial de cumplimiento de Cambio Nelson, la contadora Soledad Ubilla, por su responsabilidad en las maniobras ilícitas. También fue procesada –sin prisión- una contadora que operaba en la institución por un delito de falsificación ideológica. Sin embargo, el juez Souto aún no resolvió la situación procesal del contador Humberto Capote (ex presidente del Banco Central del Uruguay), quien fue imputado por la Fiscalía como couator de un delito continuado de apropiación indebida. El magistrado resolverá en las próximas horas si acepta o no el pedido de procesamiento en su contra. Cambio Nelson (Camvirey SA) cerró sorpresivamente sus puertas el miércoles 22 de febrero. Un día después, su propietario, Francisco Sanabria, salió de Uruguay rumbo a Miami (Estados Unidos), por esas horas se presentó la primera denuncia penal en su contra por el libramiento de un cheque sin fondos. Tras permanecer más de un mes con paradero desconocido –residiendo en la casa de su suegro en Boca Ratón-, Sanabria volvió a Uruguay, fue detenido y trasladado ante la Justicia. En este marco, la extensa investigación judicial dejó al descubierto la existencia de un cúmulo de maniobras ilícitas en la gestión de la entidad financiera. Así lo dejó establecido el fiscal Morosoli en su dictamen: “En esta investigación surge acreditado que, además de la operativa natural de una casa de cambio, esta recibía fondos de clientes, los que eran mantenidos en la institución para ser posteriormente aplicados en el pago de gastos de los depositantes, funcionando como una suerte de ‘cuenta corriente’, en contravención con la reglamentación vigente para las casas de cambio”. El fiscal estableció que esta actividad se desarrolló desde el inicio de la operativa del cambio en 1998. Y señaló que “algunos clientes” fueron captados por el dirigente colorado Wilson Sanabria, padre de Francisco, hoy fallecido. Pero también por Calvette “quien los exhortaba a dejar sus dineros en el cambio, para su mayor comodidad y para agilizar la operativa comercial o personal de los depositantes”. A las personas que dejaban depositado montos elevados, Cambio Nelson les pagaba intereses “superior al brindado en plaza por las entidades de intermediación financiera”. La investigación detectó tres cuentas de estas características. “Al fallecer Wilson Sanabria (y como se dijo anteriormente) Francisco Sanabria devino en director de la empresa, realizando el trabajo operativo, manejando las cuentas, confeccionando los cheques, efectuando depósitos, y en general, dirigiendo la disponibilidad de la empresa. Por su parte, Calvette se mantuvo en la gerencia de la casa cambiaria y sus sucursales, a la par que continuó captando depósitos de la clientela fidelizada por la larga trayectoria pública y empresarial del fallecido Wilson Sanabria”, señaló el fiscal. En el caso de Humberto Capote, la Fiscalía valoró que fungía como “contador externo”. Esa función la cumplía desde la época que el control del cambio estaba en manos de Wilson Sanabria, “a quien asesoraba y aconsejaba sobre la operativa del cambio”. Capote era presidente del BCU cuando se le concedió a Cambio Nelson la autorización para operar. La otra imputada por la Fiscalía fue Ubilla, quien ejercía tareas de oficial de cumplimiento, pero en los hechos operaba como tesorera del cambio y “mano derecha” de Francisco Sanabria. La calesita La investigación determinó que era propietario de otras empresas, todas las cuales “poseían ‘cuentas corrientes’ en el cambio, y operaban a través de ellas”. Incluso, una de esas empresas mantiene un saldo deudor con Cambio Nelson por 1,2 millones de dólares, señala. Además, surge probado que Sanabria mantenía “un tren de vida fastuoso”. “En este escenario, la investigación ha demostrado que Francisco Sanabria empleó a Camvirey S.A. como un medio para captar capital a través de los depósitos de su clientela, el que posteriormente era desviado hacia las cuentas de sus sociedades comerciales. Estos dineros se empleaban en pagar los gastos corrientes y operativa de dichas empresas, no siendo posteriormente reembolsados a la cuenta de Camvirey S.A.”, señaló el fiscal. Y fundó su postura en un informe del Banco Central sobre esta operativa ilegal. De esta manera, el fiscal consideró probado que Sanabria “invirtió el título por el cual detentaba las sumas confiadas por sus clientes, empleándolas en su provecho”. Sin embargo, no podía realizar estas operaciones financieras y contables por sí mismo, ya que –cómo declaró ante la Sede- no tenía conocimiento como operaba el sistema paralelo que tenía el cambio y que desconocía “el corazón del negocio”. Para esto, fue importante la participación de Capote. El ex presidente del BCU –sobre quien el juez Souto aún no se expedió- participaba en “reuniones relativas al funcionamiento del cambio y sus controles”, llevaba las actas de la sociedad anónima y tenía un rol de consejero de Wilson Sanabria, primero, y de su hijo después. Así lo afirmó el propio Sanabria ante la Sede: “Yo nunca hubiera aceptado la responsabilidad de seguir adelante con la empresa si no hubiera tenido la seguridad de que ellos (Capote y Calvette) estaban ahí, que me hubieran explicado lo que me explicaron… él tenía una amistad muy grande con mi padre”. Por su parte, Ubilla también señaló que Capote “está al tanto de todo esto y hace años que sabe”. “Queda entonces probado que merced a los oficios de Capote, el cambio pudo continuar con su actividad irregular sin ser controlada por el Banco Central. En este punto es dable destacar que una eventual omisión en los controles estatales no enerva la ilicitud del accionar relatado”. “Repetimos, no estamos ante el accionar de un contador bisoño, sino ante un profesional de extensa trayectoria y que supo ocupar cargos de máxima jerarquía en el sistema financiero”. Por su parte, el fiscal consideró que “la conducta de Calvette también fue convergente con el accionar delictivo de Sanabria”. “Si bien hasta ahora no se ha podido comprobar que se haya beneficiado del desvío de los depósitos, resulta indudable que desempeñó un papel preponderante en tal actividad, en tanto y cuanto era la cara visible de la empresa, captaba clientela y ‘depósitos’ y dirigía la operativa cotidiana, extremo que ocurría desde los tiempos de Wilson Sanabria, y que permaneció inalterado cuando Francisco Sanabria asumió sus responsabilidades en el cambio”. Incluso, en un momento fungió como oficial de cumplimiento ante el BCU. Acceda al dictamen del fiscal Rodrigo Morosoli: Dictamen Fiscal – Cambio Nelson
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