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Política

Cayó “Satanás” el jefe del Infierno grande

El general ( r ) Mario Aguerrondo es hijo del fundador de los Tenientes de Artigas, está involucrado a varias desapariciones, es sindicado como responsable de atentados contra Sanguinetti y otros, colaboró con Lacalle Herrera, fue el jefe del batallón de Infantería 13 conocido como “300 Carlos” o “el Infierno grande”.

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Tomado de las redes sociales del periodista Carlos Peláez
La historia, y el fiscal Ricardo Perciballe, hicieron justicia. Ayer cayó un intocable, porque durante decenas de años los Aguerrondo padre e hijo fueron protagonistas de algunos de los sucesos más espantosos de nuestro tiempo y hasta ahora habían tenido impunidad. Se les terminó.
Ayer la justicia procesó y envió a prisión a 7 terroristas de Estado por las torturas infligidas a centenares de detenidos en el Batallón 13 de Infantería, ubicado en las avenida de Las Instrucciones contiguo a la virgen de Lourdes. Uno de ellos fue el general ( r ) Mario Aguerrondo Montecoral, quién se desempeñó como jefe de esa unidad cuando fueron desaparecidos allí Carlos Arévalo, Eduardo Bleier, Juan Manuel Brieba, Julio Correa, Julio Escudero, Fernando Miranda,  Otermin Montes de Oca y Elena Quinteros.
Entre noviembre de 1975 y enero de 1977 unas 500 personas fueron secuestradas, salvajemente torturadas, muchas mujeres violadas, en ese Batallón conocido como “El infierno grande”, “300 Carlos” o “La Fábrica”.
El padre golpista
De extracción nacionalista y católica, el general Oscar Mario Aguerrondo  se proclamaba herrerista. Fue Jefe de Policía de Montevideo entre 1959 y 1963, En 1964 fue ascendido a general. Fundó la Logia de los Tenientes de Artigas. Siendo general, comandó la región militar número 1 entre 1966-1967.  En esa época, había dos grandes corrientes ideológicas en las fuerzas armadas uruguayas, una de izquierda y otra «ultranacionalista». Aguerrondo estaba claramente alineado con la última.
En las elecciones de 1971 se postuló a la Presidencia de la República por el Herrerismo, acompañado en la fórmula por Alberto Héber Usher. Presidió el Centro Militar en el período entre 1972 y 1977. También presidió la comisión que dirigió la construcción de la represa de Palmar.
La logia Tenientes de Artigas nació  el 25 de agosto de 1965, según dijo a la revista Posdata uno de sus fundadores,  Alberto Ballestrino. “Ese día se reunieron el general  Mario Oscar Aguerrondo, el teniente coronel Luis Vicente Queirolo y yo. Se hicieron a lápiz los fundamentos de la logia y justamente yo fui el que los pasé a máquina”, agregó Ballestrino.
Pero  aunque no lo menciona, el ideólogo de la logia Tenientes de Artigas, fue el general Julio Tanco hombre de confianza de Luis Alberto de Herrera y Jefe de la Casa Militar.
Ballestrino dijo que “a partir de ese momento se empezó a invitar a los amigos que pensaban igual. Entonces ingresan Abdón Raymúndez, Amauri Prantl, Esteban Cristi; Eduardo Zubía. Era la gente más allegada a Aguerrondo.
Él era Jefe de la División I; yo era Jefe de la Guardia Metropolitana, Queirolo era segundo o tercer Jefe de Bomberos, el general Eduardo Zubía era Jefe de Bomberos (…) Raymúndez estaba en la Brigada de Infantería 1. Prantl… era Teniente Coronel también. Debía estar en el 13 de Infantería, una unidad de nuestro ejército. Es decir que había una cantidad de gente que tenía mando» . Los futuros generales Julio César Vadora, Boscán Hontou; Hugo Medina; Julio C. Rapela; Iván Paulós; Holmes Coitiño también eran miembros de los Tenientes de Artigas, dice Ballestrino.
Agregó que Aguerrondo «era esencialmente un militar, un militar un poco distinto a lo que estábamos acostumbrados. Era un tipo de mentalidad germánica en los aspectos militares. Aunque él rechazaba, por ejemplo, el concepto de tropas políticas, propio de las SS… Aguerrondo siempre dijo: nosotros no somos nazis ni fascistas: somos orientales y nacionalistas doctrinarios»
Las ideas de Aguerrondo seguían los lineamientos de la Unión Militar Española (UME), integrada por Francisco Franco, y de una organización peronista contemporánea.
Ballestrino indicó que «… en todos los Ejércitos se crearon grupos de oficiales de tendencia nacionalista para enfrentar lo que se temía como una gran subversión, es decir, un total vuelco de una modalidad histórica de un país… Los oficiales de los tenientes de Artigas eran fundamentalmente nacionalistas, con un gran porcentaje de oficiales creyentes en Dios, vamos a decir así… porque había algunos que no practicaban ir a la Iglesia, pero eran creyentes. Y de origen político, en su mayoría blancos herreristas, pero también había algunos colorados”.
Otras fuentes definieron a «Aguerrondo como  un militar ultranacionalista y anticomunista que ejercía liderazgo sobre parte de la oficialidad. Su figura había estado asociada desde siempre a los rumores de golpe de Estado. Dentro y fuera del gobierno, mucha gente dudaba de sus convicciones democráticas (…)
Era un militar de línea dura y un hombre inclinado a los pronósticos agoreros. Su prédica tremendista y su influencia sobre muchos oficiales crearon tensiones inútiles y muchos problemas al gobierno de la época. Pero nunca parece haber ido más allá de las palabras. Nada de lo que ocurrió durante la crisis de 1964, ni antes ni después de ella, le impidió ser candidato a presidente en las elecciones de 1971″ en las que obtuvo 228.569 votos (un 13,7% del total de votos), poco más de la mitad de los obtenidos por Wilson Ferreira Aldunate (439.649, un 26,4%).
El general Oscar Mario Aguerrondo falleció el 13 de setiembre de 1977.
Aparte de anticomunista, la logia se caracterizaba por una dura crítica a la clase política y a su corrupción, pero también por su posición de enfrentamiento contra los tupamaros. Todos los miembros deseaban una mayor incidencia en la conducción política del Estado. El hecho de que Aguerrondo pasase a liderar una parte del Partido Nacional junto con Alberto Héber Usher (tio del actual ministro de Interior)  luego de consultar a los miembros de la Logia indica sin embargo que en sus primeras épocas los Tenientes de Artigas no pensaban en la posibilidad de un golpe de estado” afirmó Ballestrino
Sin embargo el 27 de junio de 1973 lo encabezaron. Nada mejor para ejemplificarlo que una de las más recordadas fotografías de ese noche  en la que se ve a un grupo de militares ingresando al Palacio Legislativo.
Salvo Gregorio Alvarez, todos los otros militares de esa foto eran Tenientes de Artigas.
El anticomunismo, el reconocerse como “militares” y otros asuntos que la historia no ha develado aún, llevó a los integrantes de la Logia Tenientes de Artigas y a la dirección del MLN-Tupamaros, a mantener estrechos vínculos por lo menos hasta marzo del 2015 cuando terminó su mandato José Mujica.
Alcanza con recordar el discurso del  entonces Comandante en Jefe, general Guido Manini Rios integrante de la Logia, en el sepelio del ministro de Defensa Eleuterio Fernández Huidobro.
El hijo torturador
La trayectoria del general Mario Aguerrondo, hijo de Oscar, fue menos visible pero más violenta. Como jefe del Batallón 13, definido como la cárcel secreta más grande de la dictadura, el militar torturó en persona a muchísimas de las personas que tenían secuestradas. Participó en las tareas de desaparición y enterramiento de por lo menos siete detenidos.
Los cuerpos de Fernando Miranda y Eduardo Bleier fueron encontrados en las excavaciones realizadas en esa unidad.
Mario Julio Aguerrondo Montecoral nació el 8 de octubre de 1938. Ingresó a la Escuela Mlitar el 16 de marzo de 1955. En 1967 como oficial superior estuvo a cargo del IMES, en el 69 cumplió tareas en la División 1 del Ejército, Entre 1972 y 73 se desempeñó como subjefe del Batallón 13 y a partir de 1975 y hasta 1978 fue el Jefe. En 1979 pasó como Jefe interino de Inteligencia militar y en 1982 en el ESEDENA (Escuela de Seguridad Nacional) se retiró en 1990 con el grado de general. Uno de sus hijos es actualmente Teniente Coronel.
 Al regreso  de la democracia a partir de 1985, los Tenientes de Artigas fueron protagonistas de más de una docena de atentados con bomba, algunas contra el estudio de Julio María Sanguinetti, quién nunca ocultó sus sospechas, y dos veces contra el dirigente del PVP, Hugo Cores. En ese tiempo perdieron parte de su poder.
Pero lo recuperaron cuando asumió Luis Lacalle Herrera, porque el presidente no respetó el orden de “derechas” para el nombramiento de las jerarquías militares.
El general Aguerrondo, hijo del fundador de la logia y jefe de la Inteligencia militar, ordenó colocar micrófonos en el despacho del general Fernán Amado. Estalló una crisis interna, que se saldó con la renuncia al cargo de Agregado Militar en la embajada uruguaya en EE.UU adónde recién había sido nombrado.
La crisis se llevó al entonces Comandante en Jefe del Ejército, general Juan Rebollo y también al ministro de Defensa, Mariano Brito. Comenzó un tiempo de persecución a militares colorados entre ellos los generales Fernan Amado, Raúl Mermot y Juan Curuchet.
Los atentados con bombas llevaban las pistas de la Policía siempre al mismo lugar: la sede de la compañía de Contrainformación del Ejército ubicada entonces en la calle Dante. Pero recibían una orden: no avanzar.
Una circunstancia concreta llevó a los Tenientes de Artigas a recurrir a los Tupamaros. La relación con Lacalle (padre) eran cada vez peores. Entonces hubo una reunión  de legisladores blancos con el ministro del Interior, Angel María Gianola, donde se habló de la intención del gobierno para transformar al Ejército en una Guardia Nacional, proyecto que alentaba el Departamento de Estado para los países más pequeños de América del Sur.
Miembros de la Logia obtuvieron una grabación de esa reunión y se la entregaron al MLN quién la publicó entera en el semanario Tupamaros.
Al comienzo de su segunda presidencia  Sanguinetti, tuvo que enfrentar otra crisis que se resolvió una madrugada del sábado aceptando la renuncia del Comandante en Jefe, Raúl Mermot.
La crisis se originó tras la decisión presidencial de rehabilitar a 41 oficiales que fueron habían sido sancionados por razones políticas durante la dictadura.
Mermot manifestó su desacuerdo con la decisión de Sanguinetti y anunció su retiro anticipado. Tras una larga reunión con el militar, Sanguinetti aceptó su renuncia y nombró nuevo jefe militar al general Néstor Bertrin, quien se desempeño interinamente hasta que poco después se nombró a Fernán Amado.
Fue entonces cuando se descubrió una operación interna contra Amado. Militares vinculados a Inteligencia y relacionados con Aguerrondo (hijo) y los Tenientes de Artigas habían instalado micrófonos en una oficina privada que el Comandante en Jefe del Ejército tenía en la Galería Caubarrere.
En el 2017 el general (r ) Raúl Mermot fue denunciado ante la justicia  por “apología del delito” y fiscalía solicitó dos años de prisión. En un discurso pronunciado “el Día de los Caídos”, el militar había justificado la tortura pero la jueza Blanca Riero lo absolvió.
La logia recién volvió a recuperar poder con el acceso de la izquierda a la presidencia cuando se convirtieron en “referentes” para la política hacia las FF.AA. y algunos de sus integrantes llegaron a ser secretarios y asesores del ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro.
En febrero del 2015, antes de abandonar su cargo, el presidente José Mujica nombró a uno de los más importante integrante de los “Tenientes” como Comandante en Jefe del Ejército. De ahí hasta hoy la historia de Guido Manini Ríos es por todos conocida.
Involucrados en varios atentados
La Logia Tenientes de Artigas estuvo involucrada en varios atentados con bomba, entre ellos: el estudio Jurídico de Julio María Sanguinetti y Edison Rijo, dos veces contra Hugo Cores, comités de base del FA y el empresario Walter Zeinal entre otros.
Pero además tuvieron un papel protagónico en el secuestro y asesinato del químico chileno Eugenio Berrios. Mario Aguerrondo supo desde el principio, protegió a los coroneles Tomas Casella y Eduardo Radaelli y colaboró para fraguar la coartada de la foto con el diario del día, junto a una carta de Berríos, con la que se pretendió probar que el agente chileno estaba en Italia. En realidad quién estaba en ese país, justo en ese momento, era Aguerrondo quién acompañaba a Lacalle en una gira europea.
Fueron los Tenientes de Artigas quienes desde Inteligencia militar organizaron una red de espionaje sobre políticos, civiles, sindicatos y organizaciones barriales, que comenzó a funcionar apenas recuperada la democracia y duró por lo menos hasta el 2002, según lo probaron los denominados “archivos Berrutti”.

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