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Centros MEC cumplieron diez años: construcción de ciudadanía

Los centros son considerados como representaciones del Ministerio de Educación y Cultura en el territorio. Hay 127 distribuidos en los 18 departamentos del interior. Por sus actividades pasaron unas 80.000 personas.

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Los Centros MEC cumplieron diez años ofreciendo a la población del interior el acceso a bienes culturales hasta hace poco inimaginables. La fecha no pasó inadvertida y fue motivo de celebración por parte del Poder Ejecutivo. Estos centros constituyen un ejemplo de descentralización, ya que desde ellos se pueden realizar desde talleres y actividades culturales hasta informarse sobre trámites del Estado. Hay 127 Centros MEC distribuidos por todo el país y por sus cursos y talleres han pasado ya unas 80.000 personas. Caras y Caretas dialogó con Glenda Rondán, directora de los centros, y lo que sigue es un resumen de esa entrevista.   ¿Cómo definiría los Centros MEC? Si tuviera que bautizarlos, diría que son centros de construcción de ciudadanía. Los Centros MEC tienen que ver con el espíritu descentralizador del presidente [Tabaré] Vázquez. Cuando fue intendente, ¿qué fue lo primero que hizo? Generar de alguna manera lo que hace ahora en el gobierno: el gobierno de cercanía. En 2007 él descentraliza la cultura. Y si uno mira la historia de la República, se encuentra con José Batlle y Ordóñez, que descentralizó todo lo que pudo, pero nunca nadie lo había hecho con la cultura. Los Centros MEC son la descentralización de la cultura. Trabajan con la comunidad toda, y sus socios son, en primera instancia, las intendencias, porque esta es la que nos da un local, nos da un animador, que es la persona que recibe, que atiende, que hace un trabajo administrativo. Además nos paga el agua, la luz, y nosotros ponemos los docentes, el parque de computación. Ese es uno de nuestros socios. Tenemos a Antel como gran socio. Tenemos a la ANEP. Por ejemplo vamos a inaugurar en José Pedro Varela un nuevo Centro MEC que está en un local de UTU. También tenemos acuerdos con la sociedad civil, como puede ser alguna ONG o un grupo de vecinos en un centro comunal. Tenemos como socios al tercer nivel de gobierno. Trabajamos mucho con las alcaldías. Muchas veces el Centro MEC está en el local del municipio. Como dice la ministra [de Educación y Cultura], los Centros MEC son el ministerio en el territorio.   ¿Cómo funcionan los Centros MEC? Es muy amplio porque tiene que ver con la sociedad misma. El Centro MEC se sostiene por la gente. Su gran desafío es que la gente se apropie del centro, que decida qué cosas quiere hacer. Eso no quiere decir que desde la central no vayan propuestas o proyectos, que tienen que ver con el programa de gobierno del Frente Amplio [FA]. Hay cosas que tienen que ver con la impronta del equipo de dirección. Yo siempre reconozco la obra, primero del presidente Vázquez. Su idea revolucionaria respecto a la cultura. Porque hay un antes y un después de los Centros MEC: cambió la cultura para siempre. Pero también hay otras personas que estuvieron antes, que levantaron los cimientos, las paredes de este edificio, como Luis Mardones, Andrés Recalde y Roberto Elizalde. Lo mío siempre va a tener una impronta de género, porque creo que todas las políticas públicas tienen que estar atravesadas por las políticas de genero. Todos los que tenemos cargos en el Estado debemos mandar todos los años a la OPP los gastos en inversión en políticas de género. En los Centros MEC no hay ninguna política que no esté atravesada por cuestiones de género. La gente tiende a confundir lo que es descentralización con desconcentración. Y no es lo mismo. Desconcentrar es, por ejemplo, enviar espectáculos, exposiciones, al interior, lo que no me parece mal, pero descentralizar va mucho más allá. Se trata de transferir recursos. Transferimos presupuestos a los 18 departamentos y ahí los coordinadores -que son los que conocen a fondo el territorio – deciden qué hacer conjuntamente con la comunidad. Tuvimos un proyecto, que en algunos departamentos sigue funcionando, que se llama “Yo elijo”. Todo surgió durante un viaje a Artigas. Fuimos de Tomás Gomensoro a Yacaré, que realmente no se llama así; la gente quiere que su pueblo se llame Yacaré, no Bernabé Rivera. Es un tema de la comunidad. Entonces dijimos: tenemos 127 Centros MEC, ¿por qué no les ponemos nombre? Empezamos a trabajar, la gente votó y hoy, por ejemplo, tienen diversos nombres; casi ninguno tiene nombre de persona. Y a continuación de ese proyecto viene “Rebuscados”. Significa que hay que seguir buscando más. Buscar más es hacer que la gente piense su comunidad y la pinte, y eso se está haciendo a través de la arquitecta Gabriela Sebasti Lussich. Estamos en continuo cambio porque la comunidad así lo exige.   ¿En que temas están trabajando en este momento? Uno de los temas al que le estamos dando un giro es al de la alfabetización digital [AD]. Los Centros MEC al principio nacen en torno a este tema. Hay que tener presente que cumplen diez años el Plan Ceibal, los Centros MEC y la Agencia Nacional de Innovación [ANII]. Todo eso tiene que ver con el espíritu innovador del presidente. Tabaré, además de ser un gran descentralizador, es un gran innovador que está en la búsqueda permanente de lo mejor para la gente. Cuando el Plan Ceibal aparece, los niños van con la ceibalita a la casa. ¿Qué pasa con los padres? No saben manejarla. Entonces desde los Centros MEC se empieza a alfabetizar a la gente y hay una gran afluencia de adultos mayores en esa primera etapa. Lo que pasó es que la ceibalita, además de ser de utilidad para el niño, fue de utilidad para el papá y para la mamá. Tenemos ahora dos programas que se llaman “Uruguay escribe” y “Uruguay actúa”; estamos pensando ahora con Silvia Novarese y con la gente de AD en hacer la escenografía con ellos. Con respecto a “Uruguay escribe”, el 23 de diciembre es el último día de la feria Ideas+, en el Parque Rodó, y se va a presentar un libro de Andrés Tulipano. En realidad él escribe una introducción y después vienen 100 cuentos cortos que surgieron en los talleres de “Uruguay escribe”. Ahí uno se va a encontrar con un ama de casa, un carpintero, un profesional, y eso muestra cómo la gente motivada puede sacar de adentro todo eso que si no se motiva, es difícil que lo pueda hacer. Y no hay Consejo de Ministros al que vayamos en el cual la gente no le pida a la ministra “Uruguay escribe” y “Uruguay actúa”.   Cuando un ciudadano entra a un Centro MEC, ¿con qué se encuentra? ¿Puede proponer sus ideas? El ciudadano se acerca a preguntar lo más diverso. Puede preguntar, si es jubilado o jubilada, cómo accede a una vivienda. Pero el centro si no tiene la respuesta, averigua cómo puede hacer. Esa es también una función del Centro MEC. También el ciudadano puede proponer. Ahora, si yo propongo que quiero zumba, tengo que conseguir más gente. Se encuentra también con iniciativas culturales. Todos sabemos que vivimos tiempos violentos. La violencia de género es un pandemia a nivel mundial. Si tratamos de ocupar los espacios comunes como las plazas, si juntamos a la gente para desarrollar actividades, logramos que se genere empatía, que en definitiva la gente se comprometa con algunas cosas. Eso lo estamos trabajando en los Centros MEC. Por eso estamos trabajando en violencia de género. Los centros MEC existen porque la gente los sostiene, porque se ha puesto la camiseta. Porque sabe que el Centro MEC es suyo, que no es del presidente de la República, que les pertenece enteramente y que ellos pueden hacer cosas por sí mismos. La gente tiene que aprender a autogestionarse. Y es eso lo que hacemos: fomentamos el desarrollo personal, pero también fomentamos lo que Batlle y Ordóñez definió como el ocio creativo. Ocho horas para trabajar, ocho para descansar y ocho para el ocio creativo. Ir a los Centros MEC, para las personas de la tercera edad, por ejemplo, es cumplir con aquellas cosas que uno siente que todavía tiene pendientes.   ¿Qué se viene para 2018? La renovación de AD para trabajar con escenografía; se viene una actualización de “Uruguay escribe” y “Uruguay actúa”; se continuará con “Rebuscando” y otras cosas. Y los proyectos que la ciudadanía proponga.

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