La guerra económica entre China y Estados Unidos pasa por un nuevo episodio; el gigante asiático ha dejado de comprarle petróleo a su contraparte. Sanciones económicas impuestas desde la Casa Blanca, aumentos arancelarios en productos importados de lado y lado han hecho que las relaciones comerciales entre estos dos países se encuentren en su peor momento.
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La decisión tomada por el gobierno de Beijing, golpea duramente la balanza comercial norteamericana, pues China es un gran consumidor de crudo.
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