Hacete socio para acceder a este contenido

Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.

ASOCIARME

En la mitad de la historia

Cien años de soledad cumple cincuenta años

Este año se cumplen cincuenta años de la primera edición de Cien años de soledad, la novela de Gabriel García Márquez que marcó un antes y un después en la literatura de América Latina.

Suscribite

Caras y Caretas Diario

En tu email todos los días

Por Belén Riguetti

“Úrsula, ya casi ciega, fue la única que tuvo la serenidad para identificar la naturaleza de aquel viento irreparable, y dejó las sábanas a merced de la luz, viendo a Remedios, la bella, que le decía adiós con la mano, entre el deslumbrante aleteo de las sábanas que subían con ella, que abandonaban con ella el aire de los escarabajos y las dalias, y que pasaban con ella a través del aire donde terminaban las cuatro de la tarde, y se perdieron con ella para siempre en los altos aires donde no podían alcanzarla ni los más altos pájaros de la memoria.”

Cien años de soledad

A principios de agosto de 1966 una pareja llegó a una oficina de correos en Ciudad de México para enviar a Buenos Aires el manuscrito de una novela. El costo del envío era de 82 pesos y el paquete consistía en 590 cuartillas escritas a doble espacio y en papel ordinario. La mujer empezó a rebuscar en su cartera y, entre billetes y monedas, llegó a juntar 53 pesos. Para poder enviar la obra abrieron el paquete y lo dividieron en dos partes iguales. Ya tarde se dieron cuenta que habían mandado la segunda parte de la novela y no el inicio. Así fue como llegó a manos de Francisco Paco Porrúa, de editorial Sudamericana, el final de Cien años de soledad. El propio Gabriel García Márquez lo contó: Porrúa no pudo esperar para leer el principio y le adelantó a la pareja el dinero del envío. Hacía 18 meses que Gabo se dedicaba exclusivamente a escribir la novela que lo catapultaría como un referente literario mundial. Durante esos meses la familia no percibió ingresos por parte del escritor. García Márquez nunca comprendió cómo su mujer, Mercedes, se las pudo arreglar para poner todos los días un plato de comida sobre la mesa. Para ese entonces la pareja ya tenía dos hijos: Rodrigo y Gonzalo. En los meses de mayor pobreza la familia decidió vender las joyas de la familia. “Hubo que apelar a las joyas que Mercedes había recibido de sus familiares a lo largo de los años. El experto que las examinó, con un rigor de cirujano, pasó y revisó con su ojo mágico los diamantes de los aretes, las esmeraldas del collar, los rubíes de las sortijas y al final [dijo:] todo esto es puro vidrio”. García Márquez relató en una oportunidad que otra penuria por la que debió pasar la familia fue el pago del alquiler. Un día la mujer del autor le dijo al casero sin temblarle la voz: “Podemos pagarle todo junto dentro de seis meses”. “Perdone señora”, le contestó el propietario. “¿Se da cuenta de que entonces será una suma enorme?”. “Me doy cuenta”, dijo Mercedes. Al buen licenciado, que era un alto funcionario del Estado y uno de los hombres más elegantes y pacientes que habían conocido, tampoco le tembló la voz para contestar: “Muy bien señora, con su palabra me basta”. Sacó sus cuentas mortales: “La espero el 7 de setiembre’”. La leyenda dice que durante los meses de creación García Márquez fumó 60 cigarros diarios. Un día Mercedes le dijo: “¿Y si resulta ser una novela mala después de haberte fumado tantos cigarrillos y de haber gastado 120.000 pesos [10.000 dólares de la época]?”. Cuando Cien años de soledad cayó en las manos de Porrúa el destino de la familia ya estaba marcado. Con los años llegarían más novelas, el éxito mundial y el Premio Nobel de Literatura en 1982. En 2017 se cumplen 50 años de la primera edición de Cien años de soledad y, como en cada aniversario importante, se esperan nuevas ediciones y un repunte en las ventas de la obra. Caras y Caretas habló con el escritor, crítico y periodista uruguayo Alejandro Michelena sobre la vigencia de la obra del colombiano. “Cien años de soledad es una gran novela, marcó un antes y un después. Sigue siendo la obra fundamental de García Márquez. Lo que sí perdió vigencia es el modelo de narrativa”. García Márquez generó un tipo de escritura que autores posteriores continuaron y agotaron. Según Michelena las nuevas generaciones no van por el camino del realismo mágico. “La literatura está relacionada con su tiempo y con una etapa determinada. Hoy no se podría escribir como lo hacía García Márquez. Está agotada esa forma de encarar la novela. Ahora la literatura va por otro lado, ha tomado otros caminos”, dijo. Según el escritor uruguayo Cien años de soledad y otras novelas influyentes de la época, como La casa verde de Mario Vargas Llosa y La región más transparente de Carlos Fuentes, fueron publicadas en un momento muy especial en el que había centros de irradiación como Barcelona y Buenos Aires. Además, había una conciencia latinoamericana generada, por ejemplo, por la Revolución Cubana. “Fue un momento propicio para difundir a estos autores. Hoy por hoy estamos en una situación más compartimentada. Es paradójico porque, con internet, hay más formas de comunicación, pero no nos conocemos ni nos conocen, por lo menos al nivel de aquel momento”. En los sesenta los autores contemporáneos y los lectores tenían una idea acabada de las obras que circulaban. “En la actualidad el conocimiento de los escritores se circunscribe a lo regional; a Uruguay, por ejemplo, llegan obras de escritores argentinos, pero no va más allá. Lo que también cambió fue la relación con las editoriales”. Según Michelena, las editoriales no tienen proyección continental. Muchas de las empresas de antaño fueron absorbidas por multinacionales, lo que no fue beneficioso para los escritores latinoamericanos. También cambió el tipo de literatura que se produce: “Los escritores no se sienten identificados con García Márquez o Vargas Llosa. No sienten que sea ese el camino a seguir. No hay una ambición experimental”. Lo que pasó con obras como Cien años de soledad, lo que la hizo un novela tan influyente fue que se comprometía con la realidad de una forma moderna. En especial la narrativa vivió un boom mundial que no se veía desde el modernismo. 100 años soledad “Hicieron notar al mundo, a los medios literarios, la existencia de una literatura renovadora que cambió la forma de expresión y transmitió la realidad latinoamericana de una manera como nunca antes se se había hecho”. Michelena dijo que antes de la aparición de estos autores la narrativa era más pintoresca. Los escritores de la generación anterior, aunque fueron grandes novelistas, componían una literatura en la que las problemáticas sociales estaban muy hundidas en lo local. “Cien años de soledad cumple todas las condiciones para generar un cambio, porque toma el barroquismo, la música, los colores y los paisajes, pero con una metáfora como es Macondo, que no es sólo la metáfora histórica de Colombia, sino también el reflejo de la gran peripecia latinoamericana”, señaló Michelena. En la novela de García Márquez se cuestionan las injusticias sociales, pero “hay una búsqueda experimental de un lenguaje nuevo”. Los escritores de esa generación toman lo mejor del Ulises de James Joyce y de William Faulkner. Sin embargo, en el Río de la Plata el derrotero de los autores fue distinto. Estaban el uruguayo Juan Carlos Onetti y el argentino Julio Cortázar. De hecho en la década de los años cuarenta hubo mucha experimentación en ambos márgenes del Río de la Plata.

Curiosidades
Cien años de soledad salió dos días antes de que se lanzara el álbum Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band, de The Beatles. La editorial uruguaya Arca publicó, antes de Cien años de soledad, El coronel no tiene quien le escriba. Macondo era el nombre de una finca bananera cercana a Aracataca, pueblo natal del escritor. Si se juntara a todas las personas que leyeron la novela en un mismo territorio, sería uno de los 20 países más poblados del mundo. El diario francés Le Monde ubica la novela entre los 100 mejores libros de todos los tiempos. La primera edición fue de 8.000 ejemplares, hasta la actualidad se han vendido más de 30 millones de copias y ha sido traducida a 35 idiomas.

Dejá tu comentario

Forma parte de los que luchamos por la libertad de información.

Hacete socio de Caras y Caretas y ayudanos a seguir mostrando lo que nadie te muestra.

HACETE SOCIO