Donald Trump, que asumió la presidencia de Estados Unidos hace apenas unos días, ya mandó a bombardear a Yemen. Para hacerlo utilizó drones, helicópteros y soldados especialmente entrenados. Las bombas, lanzadas en la provincia de Bayda para dar muerte a miembros de Al Qaeda, terminó con la vida de 57 personas, entre las que se encuentran ocho niños y ocho mujeres. Los artefactos explosivos, tirados desde helicópteros Apache, cayeron sobre una escuela, una mezquita y una cárcel. En la masacre, murió un militar estadounidense y cuatro resultaron heridos.
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