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Sociedad

¿Cómo racionalizar el uso de agua en el hogar?

El agua es un recurso limitado, aunque se suela pensar lo contrario. Por tal motivo, es cada vez más necesario generar conciencia sobre la importancia de cuidar el recurso generando acciones responsables para su aprovechamiento.

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Las personas podemos llegar a utilizar al menos 500 litros de agua potable por día al realizar acciones básicas cotidianas como beber, higienizarnos, limpiar el hogar, cocinar alimentos o regar las plantas.

Muchos de los usos mencionados los realizamos con agua potable, que representa una ínfima proporción con respecto al total de agua del planeta. En tal sentido, debemos tomar conciencia de lo fundamental que es para nuestras vidas y de la necesidad de cuidarla en pos de un objetivo común: contribuir con la protección y la correcta distribución del recurso.

Una vez que tomemos conciencia, notaremos que son muchas las formas de contribuir con la causa desde nuestros hogares y que solo requiere cambiar algunos hábitos.

 

Agua que no has de beber, no la dejes correr

Para comenzar el uso racional y buen aprovechamiento del agua, es un buen ejercicio leer las cifras del contador de agua, anotarlas al inicio y al fin de cierto período para poder calcular y llevar un control del uso mensual que hay en el hogar. Eso nos ayuda a saber si hacemos un uso excesivo del recurso.

Otra buena costumbre es cerrar la llave de paso cuando nos vamos a ausentar del hogar por más de un día. Esto evita que una gotera o canilla mal cerrada desperdicien entre 30 y 80 litros por día.

Es importante reparar las fugas de agua, ya que una canilla o colilla que gotea puede llegar a gastar 11.000 litros de agua en un año. Lo mismo sucede con las fugas en la cisterna del inodoro, que pueden llegar a gastar 100 litros de agua al día.

Cuando llueve, podemos aprovechar para juntar el agua que cae del cielo, y que la madre naturaleza nos regala, y utilizarla para algunas actividades del hogar que no necesariamente requieren el uso de agua tratada, como regar plantas o limpiar los pisos.

Además, al aprovechar el agua de lluvia contribuimos a reducir el gasto energético para el tratamiento de agua potable.

Con respecto al baño, posiblemente donde más agua utilizamos (30% del agua doméstica), sería bueno que prestemos atención e intentemos ahorrar reduciendo el tiempo que tenemos las canillas abiertas. En una ducha se van entre 80 y 150 litros de agua y se consume el doble al llenar una bañera, por lo cual siempre es preferible la ducha.

También racionalizando las descargas de la cisterna, que consumen de 2 a 20 litros de agua, podemos hacer un buen ahorro. Esto significa, por ejemplo, no usar el inodoro como basurero y tirar la cadena solo para que se lleve un papel, un cotonete o una colilla de cigarro. Usemos la papelera para esas cosas.

La cocina es otro de los lugares donde se nos va mucha agua, pero también hay algunos cuidados que podemos poner en marcha. Uno de ellos es graduar la apertura de la canilla de acuerdo a las necesidades. No siempre es necesario abrirla al máximo.

Para beber agua fría o conseguir agua caliente, muchas veces dejamos correr bastante agua sin tener en cuenta que se gastan de 6 a 10 litros de agua por minuto. Si queremos agua fría, podemos acostumbrarnos a poner una jarra en la heladera y cuando queremos caliente, calentarla o esperar que salga caliente, pero colocando un recipiente para juntar el agua que sale antes y dejarla para otro uso.

Al cocinar, es buena práctica utilizar solo el agua necesaria para cubrir los alimentos. También hacer una elección criteriosa del tamaño de las ollas según lo que vayamos a cocinar.

Cuando lavamos los platos, es recomendable abrir la canilla solo durante el enjuague, en lugar de dejarla correr todo el tiempo que dure la acción de lavar. Esta práctica es aplicable cuando nos lavamos los dientes, nos afeitamos o nos enjabonamos las manos. Por ejemplo, si nos lavamos los dientes con la canilla abierta gastamos alrededor de 6 litros, mientras que al abrirla solo cuando lo necesitamos, gastaremos menos de medio litro.

Lavar la ropa implica aproximadamente el 20% de consumo de agua del hogar. Para cada lavado se utilizan entre 60 y 90 litros de agua, por lo cual sería prudente no realizar lavados con poca ropa, sino juntar una cantidad justificada. Otra opción interesante es utilizar el agua del remojo para regar plantas, o la del enjuague, que suele tener jabón, para lavar pisos del hogar.

En la elección de electrodomésticos, también se puede ahorrar agua y dinero. Al momento de cambiar los electrodomésticos, siempre es mejor optar por los que son más eficientes energéticamente. Por lo general son más caros, pero consumen menos energía y menos agua, por lo cual, en el largo plazo, también se ahorra. La eficiencia de los electrodomésticos está regulada por la Unión Europea en una calificación de la A a la G, siendo la A la más eficiente y la G la que se utiliza para los que tienen prestaciones energéticas inferiores.

Con respecto a la utilización de agua en el exterior del hogar, por ejemplo para regar el pasto o las plantas, siempre es recomendable hacerlo durante la noche, ya que al regar durante el día podemos perder hasta el 30% debido a la evaporación.

Muchas de estas sugerencias nos podrán parecer «poca cosa», pero realmente ponerlas en práctica y cambiar nuestros hábitos y actitudes en relación al uso diario de un recurso que, aunque no parezca, es limitado contribuirá mucho a la protección del agua. Estas acciones no solo tienen como beneficio el uso eficiente y sostenible del recurso, sino que también nos ayudan a ahorrar energía y dinero.

 

Consumo de agua en el hogar

Lavado de manos: 2 a 18 litros

Lavado de dientes: 2 a 12 litros

Ducha: 80 a 12 litros

Utilización de bañera: 200 a 300 litros

Lavarropas: 60 a 90 litros

Lavado de platos: 15 a 30 litros

Descarga de cisterna: 6 a 10 litros

Hidratación personal y cocina: 10 litros por día

Limpieza de la casa: 10 litros por día

Lavado de auto: 400 litros

Riego: 1000 litros cada 100 metros cuadrados de jardín

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