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Comunidades amazónicas en peligro; la OEA y el Mercosur no se enteraron

Por Isabel Prieto Fernández.

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Caras y Caretas Diario

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Es el colmo de la desfachatez. Indigna que se pueda ser tan caradura. No me refiero a Michel Temer, que si está donde está con los antecedentes que tiene, no extraña a nadie. Lo digo por Luis Almagro, que en su cruzada anti Venezuela se olvidó del resto, y de los cancilleres del Mercosur, que legitiman a Temer y, con sus declaraciones tibias, desligitiman a Nicolás Maduro, que guste o no, es un presidente electo. Resulta que Almagro va por la vida pidiendo liberación para algunos y enterrando en el abandono a los olvidados de siempre. Pero vamos a ver por qué tanto enojo: El 40% del territorio sudamericano está ocupado por la Amazonia. Allí se concentra el 10% de las especies vegetales del planta, hay animales que sólo se encuentran en ese hábitat -como el perezoso, el mono tití o la anguila eléctrica, pez del río Amazonas que emite descargas de hasta 600 voltios, o la anaconda verde- y viven más de 30 millones de personas. Si bien es cierto que el saqueo de los bosques amazónicos no es nuevo, también es verdad que en los últimos años los ambientalistas junto a una posición más firme del resto de la sociedad civil y “porciones” políticas lograron frenarla un tanto. Al fin y al cabo, no es tan difícil entender que junto con cada árbol, morimos un poco todos, porque esa vegetación absorbe millones de toneladas de carbono al año, limpiando de dióxido de carbono a la atmósfera del planeta. En mayo, la Fiscalía General prohibió los proyectos de exploración petrolera en el Estado de Amapá, por poner en peligro una barrera de coral descubierta en el año 2016. Ahora, cuando todo indica que Michel Temer tiene los días contados, este hombre que se hace llamar “presidente”, se esconde entre los latifundistas, pretendiendo legalizar áreas protegidas, enormes reservas ecológicas y reduciendo el tamaño de santuarios naturales, para que estos feudales del siglo XXI realicen sus agronegocios, a cambio del apoyo político. Conjuntamente con la entrega del territorio a esta mafia, congeló la cesión de títulos de propiedad para indígenas y descendientes de esclavos. Una verdadera catástrofe. Para que se tenga una mínima idea del peso que tiene esta mafia, este año, la Comisión Pastoral de la Tierra, contabilizó 37 ecologistas asesinados involucrados con la defensa de la Amazonia. La OEA, el Mercosur, la Unasur, y todos los sures se olvidaron de denunciar esto. Demasiada verdad para quienes viven de fantasías.

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