Con el aumento de casos de coronavirus, con una economía sumamente frágil y con un gobierno que aporta poco o nada, la situación de las ollas populares y merenderos atraviesa uno de sus peores momentos desde que se instaló la pandemia.
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La gente a perdido el trabajo. Es difícil conseguir el «mango» para poner la mesa y si le sumamos que escasean los recursos para los que comían en las ollas populares, la situación es cada vez más compleja para los uruguayos y las uruguayas.
El Instituto Nacional de Alimentación (INDA), aportaba arroz, fideos harina de maíz, lentejas, cocoa entre otros productos para las ollas populares y merenderos. Sin embargo, desde fines de febrero no otorga ayuda en Montevideo.
Quienes llevan adelante las ollas en la capital desconocen las razones de esta paralización y pidieron una reunión con el Mides que se realizará la semana próxima.
Pero esa no es la única falla del gobierno en este tema. Tampoco tienen novedades de la ayuda prometida por el presidente Luis Lacalle Pou, quien aseguró que «va a haber una inversión adicional de 200 millones de pesos en apoyo a ollas, a comedores y a merenderos».
Esa promesa parece haber quedado por el camino. Hace unos días, Paula Beltrán, integrante de la coordinadora, entrevistada en M24 aseguró que las ollas «no han visto un peso» de ese dinero.
Beltrán informó que, actualmente hay 296 ollas funcionando en Montevideo y 44.000 personas que acuden a ellas, aproximadamente. Los principales aportantes son los vecinos y los almacenes de la zona, y también un convenio con la Intendencia de Montevideo.