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Conflicto salarial en el Poder Judicial: Todo tiene un final, todo sigue igual

El extenso conflicto salarial en el Poder Judicial parece llegar a su final. Tras seis años de idas y vueltas, el grueso de los funcionarios judiciales aceptó la propuesta del Poder Ejecutivo de firmar un acuerdo transaccional, pero eso no garantiza que el acuerdo se concrete.

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En 2010, el Parlamento aprobó la Ley 18.719, Ley de Presupuesto 2010, que, entre otras cosas, estableció la equiparación de los salarios de los ministros de Estado con los senadores. Pero esa norma no consideró la vigencia de otras leyes que consagran la equidad salarial de secretarios de Estado y los jerarcas de los organismos de contralor. De esta forma, la ley implicó un aumento lateral, que nunca fue reclamado. El problema se agravó en el Poder Judicial, ya que casi la totalidad de los trabajadores tienen sus sueldos “enganchados” con el de los ministros de la Suprema Corte de Justicia. Y ahí se desató el conflicto, que derivó en varias sentencias favorables a los trabajadores y la declaración de inconstitucionalidad de todas las normas con las cuales el gobierno pretendió subsanar el problema. Y también derivó en un largo conflicto que involucró a todos los sectores del Poder Judicial. Sobre fines de diciembre, el Poder Ejecutivo depósito dinero en favor de unos 60 funcionarios del Poder Judicial. El depósito implicaba cumplir con juicio civil “por daños y perjuicios” que estos trabajadores le ganaron al Estado, en relación al “desenganche” de sus salarios. El pago abarcó todo el período previsto en la sentencia judicial favorable a estos trabajadores, entre abril de 2011 y marzo de 2016. La decisión generó la inmediata reacción de la Asociación de Funcionarios Judiciales del Uruguay (AFJU). El gremio alegó que esa medida implicaba una discriminación a los 3.700 trabajadores que, al igual que esos 60 funcionarios, tenían una sentencia judicial firme a su favor -en este caso para el período diciembre de 2012-marzo de 2016- que el gobierno se negaba a contemplar. Al mismo tiempo se alegó que esto suponía un desconocimiento de la herramienta sindical por parte del gobierno, ya que los trabajadores beneficiados eran quienes litigaron por fuera del gremio. Por este motivo, la AFJU decretó un paro total de actividades y se convocó a una asamblea. En medio de ese clima de tensión que amenazaba con reavivar el conflicto de los judiciales, el Poder Ejecutivo elevó una nueva propuesta de acuerdo transaccional para la totalidad de los trabajadores. La propuesta no fue una sorpresa; desde hacía varios meses representantes del gobierno y del gremio de judiciales negociaban la posibilidad de lograr un acuerdo que destrabara la situación y pusiera fin al largo conflicto. Por eso, el pago a esos 60 funcionarios generó malestar en los representantes de AFJU y el gobierno decidió presentar los lineamientos para un acuerdo. La propuesta era inferior al aumento de 21,6% previsto en la sentencia, pero mejoraba la que se realizó en febrero de 2017 y que fue rechazada por la amplia mayoría de los integrantes de AFJU. Un rechazo que derivó en la renuncia de buena parte de los integrantes de la comisión directiva que había encabezado la frustrada negociación. Ahora, al igual que en aquella propuesta de principios de 2017, la oferta se dividía en dos partes: un ajuste al salario mensual y el reconocimiento de la deuda generada entre diciembre de 2012 y diciembre de 2017. En el primer caso, se estipula un aumento de 18,8% de los salarios -que contabilizaba el reajuste de 7,76% que ya se otorgó en 2015 por medio de la Ley 19.310- dividido en dos correctivos: un aumento de 5% en enero de 2018 y otro aumento de 5% en enero de 2019. En relación a la deuda, se propuso pagar un equivalente a 14% del aumento salarial previsto para ese período de cinco años (los funcionarios reclaman 21,6%) en dos cuotas iguales y consecutivas para 2018 y 2019. Según las estimaciones del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el costo de la propuesta será de unos 61 millones de dólares, lo que aliviaría el desembolso de las arcas estatales. Al mismo tiempo contemplaba la idea esgrimida en febrero por un grupo de judiciales que pretendían recibir el aumento de 21,6% en sus salarios y, posteriormente, negociar una quita en la deuda contraída. El planteo del gobierno no llegaba a ese 21,6%, pero en cierta forma se acercaba, por lo que los representantes gremiales firmaron el acta en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social y se comprometieron a presentarla ante la asamblea para que esta decidiera aceptarla o no.

El Poder Ejecutivo logró acuerdos transaccionales con jueces, fiscales y defensores públicos. Ahora existe una oferta para los funcionarios judiciales que pasó la primera prueba. Los únicos trabajadores que aún no alcanzaron un acuerdo son los actuarios, quienes tienen una sentencia a su favor que establece un reajuste de sus salarios de 21,6%.

La oferta generó un intenso debate en la interna gremial entre aquellos que pretendían aceptarla y aquellos que se inclinaban por rechazarla, insistir con el cobro del total de la sentencia y profundizar las medidas de lucha con paros y movilizaciones. Por este motivo, se decidió convocar a un plebiscito con voto secreto para definir una postura común. Así se estableció un sistema de voto presencial en los juzgados -en particular en Montevideo- y un sistema de voto epistolar para habilitar la participación de la mayor cantidad de afiliados posibles. La votación culminó el jueves 28 para los funcionarios de Montevideo y el viernes 29 para los trabajadores del interior. Participaron unos 2.500 afiliados. El miércoles 3 se conocieron los resultados: el SÍ obtuvo 1.470 votos (60%) contra los 1.018 votos por el NO. Además, hubo 37 votos anulados y tres en blanco. De esta forma, la AFJU aceptó la oferta del Poder Ejecutivo y decidió firmar el acuerdo transaccional que permita una solución definitiva. Pero, en los hechos, el conflicto salarial aún no está resuelto. Al presentar la propuesta, el Poder Ejecutivo fijó una cláusula de adhesión: “La eficacia del convenio colectivo quedará sujeta a la ratificación personal por el 80% de los funcionarios representados por AFJU, así como a la aprobación por el Parlamento Nacional de la norma habilitante que el Poder Ejecutivo se compromete a elevar antes de los 30 días posteriores al cumplimiento de dicho 80%”. Esto incluye a los funcionarios agremiados a AFJU, los trabajadores no agremiados al sindicato y aquellos que se jubilaron en estos seis años. Para alcanzar ese 80% se requiere, por tanto, que los 1.018 afiliados que votaron por el NO, los trabajadores no agremiados y los jubilados se adhieran a la mayoría y acepten firmar el acuerdo salarial. Una decisión exclusiva de cada trabajador, ya que los créditos laborales son individuales. La cláusula es similar a la que el Poder Ejecutivo acordó con los jueces -representados por la Asociación de Magistrados del Uruguay-, los fiscales -por la Asociación de Magistrados Fiscales del Uruguay- y los defensores públicos -por la Asociación de Defensores Públicos del Uruguay-. En el caso de jueces y fiscales la adhesión fue muy importante, ya que superó el 90%. Pero en el caso de los defensores públicos, el acuerdo estuvo a punto de frustrarse; el acuerdo se firmó, ya que varios profesionales no afiliados a Adepu decidieron adherir al mismo. Por eso, desde la Comisión Directiva de AFJU se pretendió ser cautelosos con el significado del plebiscito y se insiste que es la primera etapa del acuerdo. Ahora falta lo más importante: refrendarlo con la firma.

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