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Descentralización

CPP: Fiscalía apuesta a extender sus oficinas en todo el territorio

El fiscal de Corte señaló la necesidad de descentralizar la Fiscalía General de la Nación mediante la instalación de sedes en los distintos barrios de Montevideo y las localidades del interior.

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El fiscal de Corte, Jorge Díaz, consideró “absolutamente necesario” que la Fiscalía General de la Nación “comience desde ya un proceso de descentralización territorial que, de alguna manera, la acerque a la gente”. “De nada vale tener normas modelo si no contamos con la posibilidad de que el sistema de administración de justicia llegue a todo el territorio nacional”, afirmó Díaz ante la Comisión de Hacienda de la Cámara de Senadores. Díaz señaló que hasta ahora la Fiscalía tuvo a lo largo de su historia “una estructura espejo con el Poder Judicial”, ya que trabaja a demanda o a requerimiento de este. “Son expedientes que vienen desde el Poder Judicial y nuestra actuación se limita a dar satisfacción a esa demanda. En el marco del nuevo sistema, nosotros seremos los que recibamos la demanda de la población y los que transmitamos al Poder Judicial. Es decir, cambia sustantivamente nuestra misión y nuestra forma de ejercerla”, por lo que es “absolutamente necesario” iniciar un proceso de descentralización del servicio. Actualmente, “tenemos un sistema de administración de justicia que en Montevideo funciona en Ciudad Vieja. No hay una sola dependencia del sistema de administración de justicia en general que esté fuera de la Ciudad Vieja o del Centro. Llevar la Fiscalía a los barrios es todo un desafío”. Sin embargo, “también es costoso”, por lo que en esta primera etapa “optamos por no ir a los barrios porque teníamos dificultades; no teníamos plata, para decirlo claramente”. Pero esta situación no ocurre sólo en Montevideo. “En el interior del país, hay un conjunto muy importante de poblaciones de más de 10.000 habitantes en donde la Fiscalía no tiene dependencias y un número mucho más grande de localidades de más de 5.000 habitantes en donde tampoco las tenemos. En estos casos tendremos que funcionar, en principio, con desplazamientos territoriales”, dijo Díaz.Esta realidad de ciudades de más de 5.000 y 10.000 habitantes se da más bien del Río Negro al sur y fundamentalmente en los departamentos de Canelones, Colonia y Maldonado. Pero del Río Negro al norte, tenemos otro tipo de dificultades, que son las distancias. Por ejemplo, Vichadero está dentro del departamento de Rivera, pero queda a más de 100 kilómetros de la capital. Dentro de los departamentos de Paysandú y Salto hay localidades que quedan a distancias muy importantes de sus capitales”, ejemplificó. El jerarca afirmó que se debe buscar una respuesta a esta situación porque, hoy en estas ciudades hay dependencias policiales y, en algunos lugares, Juzgados de Paz, pero en la nueva estructura del proceso penal “prácticamente quedan sin ningún tipo de competencia o cometido”. “Somos conscientes de que ese proceso de descentralización territorial no se puede hacer de un día para otro, sino que va a llevar tiempo. Año a año iremos tratando de conseguir una, dos o tres Fiscalías”. La descentralización Ante los legisladores, Díaz planteó algunas de las ideas que se manejan en la Fiscalía para impulsar este proceso. “En primer lugar, en Montevideo hemos evaluado la posibilidad de llevar la Fiscalía a las cuatro zonas policiales. Incluso, siguiendo uno de los modelos, hemos evaluado la posibilidad de construir en edificios que están pegados a donde estaban los edificios de las zonas policiales”, dijo. Díaz explicó que se estudiaron varios modelos de funcionamiento de las Fiscalías del mundo en un sistema acusatorio. “En el modelo escandinavo todas las Fiscalías comparten edificios con las dependencias policiales dedicadas a la investigación. De hecho, cada uno de los edificios tiene una doble entrada, pero tienen zonas comunes, porque tienen funcionarios que se dedican a la misma función: a investigar los delitos”. “Nosotros evaluamos esa posibilidad y no la descartamos, pero no la seguimos en una primera instancia porque teníamos varias dificultades”, afirmó. Entre ellas, problemas de tiempos y de recursos económicos, pero también ciertas resistencias internas a los cambios que se procesan en la Fiscalía. “Los seres humanos somos animales conservadores y de costumbres y todo lo que nos saque de la zona de confort, aun cuando esta no sea confortable, nos genera resistencia. Entonces, dada la magnitud y la profundidad de los cambios que se están implementando en la Fiscalía, en esta primera instancia optamos por no seguir ese modelo dentro de Montevideo. Sin perjuicio de ello […] creo que es el más adecuado, porque estoy absolutamente convencido de que el modelo escandinavo es el mejor”. En tanto, para el interior se tenía una propuesta originaria de “cubrir todas las ciudades de 10.000 habitantes o más”, lo que implicaba crear varias Fiscalías en Colonia y algunas en Maldonado y en Canelones. “El problema con Canelones es que tiene localidades que se mezclan unas con otras. Por ejemplo, cuando uno va por la ruta 6 o la ruta 7, no sabe dónde empieza Toledo ni dónde termina”. Por tanto, la idea es que “determinados fiscales se trasladen en el territorio”. “Probablemente, ellos terminen desempeñando sus funciones en una dependencia policial o en una dependencia del Poder Judicial. También es claro que, por lo menos en algunos sectores, existe cierta desconfianza a ese vínculo entre la Fiscalía y la Policía. Incluso, en algunos aspectos, ese vínculo se maneja hasta despectivamente, pero la realidad es que vamos a cumplir la misma función. La Policía va a ser nuestro auxiliar en el desarrollo de la función de investigación criminal. Por lo tanto, por lo menos para mí, no tiene absolutamente nada de despectivo”, enfatizó. El fiscal de Corte dijo que si fuera por él, seguía “con la aplanadora para adelante” para imponer este sistema, pero “hay momentos en que uno tiene que sofrenar un poco el caballo porque los procesos se hacen con la gente y no a costa de la gente”. “El modelo ideal, para nosotros, es el escandinavo, en el que, repito, la Fiscalía y la Policía comparten el mismo edificio. Además, eso facilita la comunicación, las reuniones, etcétera, pero, por el momento, aspiramos solo a plantar la semilla. Otro vendrá que bueno me hará y seguramente hará ese proceso, que es absolutamente necesario, pero las cosas deben hacerse piano piano”, expresó Díaz.

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