La esperanza de vida de los seres humanos ha aumentado más del doble en los dos últimos siglos. Si bien existen oscilaciones a lo largo del tiempo, la esperanza de vida ha venido creciendo de forma constante y ya no es raro festejar el cumpleaños número 100.
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Al disminuir la mortalidad infantil erradicando muchas enfermedades que en otro tiempo no podían ser controladas, el aumento de la esperanza de vida empezó a notarse, pero desde los años 50 en el siglo XX la baja de mortalidad en edades más avanzadas se ha convertido en el motivo principal que ha logrado aumentar nuestras expectativas de vida. Esta prolongación se ha observado en varios lugares como Japón, Europa Occidental y Norteamérica, así como en otros lugares del mundo.
Debido a esto hoy vemos como aumenta el número de personas con 100 años o más.
La primera persona que superó los 110 años (supercentenario) fue Geert ADrians-Boomgaard, que murió con 110 años y cuatro meses en 1899 .El récord fue superado por Margaret Ann neve quien murió en 1903 con 110 años y 10 meses. El récord de Margaret Ann se mantuvo imbatible por casi 23 años hasta que fue superado por Delina Filkins que falleciera en 1928 con 113 años y siete meses. Este récord no pudo ser superado por nadie durante 52 años.
En este momento el récord lo tiene la francesa Jeanne Calment que muriera el 4 de agosto de 1997 a los 122 años y 5 meses.
Desde los años 70 el aumento de personas supercentenarias ha sido grande pero Jeanne Calment mantiene imbatible el récord el cual seguramente será superado en poco tiempo.
La longevidad es multifactorial. Sin descuidar el factor genético, los avances en los diferentes sistemas de salud y la manera en que se aplican en diferentes países tiene incidencia, así como la medicina preventiva, la concientización social, hábitos de vida saludable y en especial la actividad física, la que se mantiene de forma sostenida aún a edades avanzadas.
Los supercentenarios tienen en común una fisiología particular, una capacidad de resiliencia importante y más posibilidades de beneficiarse de las múltiples mejoras en la calidad de vida así como de la tecnología. Estudios comparativos entre diferentes países, en especial aquellos con economías emergentes o en desarrollo demuestran que se puede alargar la vida, así como de enriquecerla atendiendo la mejoría en la salud en edades más altas siempre que se disponga de un sistema de cuidados de calidad.
No desatendiendo la franja social compuesta por las personas mayores la longevidad humana logrará superar todas nuestras expectativas, no solamente agregando días en el almanaque sino proporcionando vida que valga la pena ser vivida.