Cuba se convirtió esta semana en el primer país del mundo en acometer una masiva campaña de vacunación contra el Covid-19 en niños de 2 a 11 años, al iniciarla con la totalidad de este grupo etario en la provincia de Cienfuegos.
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La iniciativa de usar sus vacunas contra el Covid para uso pediátrico está ahora –como todo cuanto hace Cuba– bajo el ataque de las bocinas contrarrevolucionarias, incluyendo CNN en español, nula profesionalmente hablando.
Otra vez mienten, calumnian y, como siempre, terminarán haciendo el ridículo. La gran verdad es que tras las vacunas cubanas hay enorme sabiduría y creatividad de los abnegados colectivos que componen sus centros de investigación biomédica, muchos de ellos mujeres y hombres jóvenes que han entregado lo mejor de sí para crearlas y tener listas las cantidades necesarias en el tiempo previsto.
Cuba está a unos dos meses de lograr la vacunación casi total de sus habitantes con biológicos propios de probada calidad y conmueve sólo imaginar cómo ha sido posible con bloqueo reforzado, sin apenas líneas de crédito internacional, con su industria turística casi en ceros desde hace 18 meses, sin poder acceder al mercado de fármacos de Estados Unidos.
El doctor Yuri Valdés Balbín, subdirector del prestigioso Instituto Finlay de Vacunas, explica: “lo hemos logrado a partir de tener un país como el que tenemos y de tener las capacidades interconectadas”. Se refiere con admiración a los trabajadores de las plantas que hace meses laboran con entrega total y añade: “nuestro instituto y la vacunología cubana han trabajado, durante muchos años, plataformas pediátricas, y cuando llega el Covid, que tenemos que hacer vacunas, entonces nos montamos en esas plataformas pediátricas. Esto es un elemento muy importante y decisivo, porque la mayoría de las vacunas que existen hoy en el mundo, de las más aplicadas internacionalmente y más avanzadas, no son basadas en plataformas pediátricas”.
Desde luego, en el caso del Covid-19 la meta de inoculación abarca también a toda la población adulta cubana. A su actual ritmo diario de inyecciones por 100 habitantes –más de cuatro veces la media mundial–, el país caribeño, que inició la vacunación el 12 de mayo de este año, debe estar muy cerca hoy de llegar a 15 millones de personas que han recibido por lo menos una de las tres dosis de sus biológicos.
Hasta el 6 de septiembre tiene 52.1 por ciento de su población con una dosis aplicada, 43.1 por ciento con dos y 37.5 por ciento con el esquema completo. “Antes del 12 de mayo habían transcurrido los ensayos clínicos con un número limitado de voluntarios, y los estudios en los trabajadores de la salud, que fueron poco más de 100 mil, pero el grueso de los más de 14 millones vacunados se concentran desde esa fecha”, afirma la doctora Ileana Morales Suárez, directora de Ciencia e Innovación Tecnológica del Ministerio de Salud Pública, lo que da una idea de la celeridad con que ha marchado la vacunación en la isla.
Cuba cuenta ya con tres vacunas: Soberana 02, Soberana 03 y Soberana Plus, aprobadas para su uso de emergencia por el Centro para el Control Estatal de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos (Cecmed). Tiene, además, dos candidatos vacunales aún en fase de ensayo clínico: Soberana 01 y Mambisa de administración por vía nasal esta última.
El cronograma de vacunación prevé concluir la inoculación de toda la población mayor de 2 años en noviembre de este año.