En la constelación de Telescopium, a 1.000 años luz de la Tierra, astrónomos del Observatorio Europeo Austral (ESO) encontraron un agujero negro que tiene una masa al menos cuatro veces mayor que la del Sol y unos 25 o 30 kilómetros de diámetro. Es tan cercana la distancia que mantiene con la Tierra que desde acá es posible ver las dos estrellas que lo acompañan.
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Este agujero negro fue localizado desde La Silla, Chile. En un principio el equipo mirar el sistema de doble estremma HR 6819, pero notaron un tercer cuerpo invisible hasta ahora desconocido para las personas.
Las observaciones también mostraron que una de las dos estrellas orbita el agujero cada 40 días a casi unos 70 millones de kilómetros, lo que representa el 45% de la distancia entre el Sol y la Tierra, mientras que la segunda estrella está mucho más lejos. Sin embargo, los científicos no pueden precisar cuánto (quizás de 20 a 50 veces más lejos), ya que en cinco años de observaciones no detectaron cambios en su velocidad.
Estas estrellas que podemos ver desde el hemisferio sur tienen una temperatura de 15.000ºC a 17.000ºC, que es casi tres veces más alta que la del Sol.
«La estrella exterior podría acabar siendo devorada por el agujero negro en el futuro, pero para la estrella interior, los roles cambian: se expandirá tanto que puede engullir y devorar al agujero negro», explicó Dietrich Baade, astrónomo de ESO en Garching y coautor del estudio.
Vení con los muchachos
Los astrónomos han visto solo un par de docenas de agujeros negros en nuestra galaxia hasta la fecha. Casi todos interactúan fuertemente con su entorno y dan a conocer su presencia al liberar potentes rayos X. Pero los científicos estiman que, desde la formación de la Vía Láctea, muchas más estrellas han colapsado en agujeros negros cuando terminaron sus vidas.
El descubrimiento de uno silencioso e invisible entre estas estrellas proporciona pistas sobre dónde podrían estar los muchos ocultos en nuestra galaxia. «Debe haber cientos de millones de agujeros negros por ahí, pero sabemos de muy pocos. Saber qué buscar debería ponernos en una mejor posición para encontrarlos», dijo el astrónomo Thomas Rivinius, que dirigió la investigación.
Tranquilos todos
Baade cree que este hallazgo es «la punta de un iceberg emocionante». Además, sostiene que es posible que existan otros agujeros cercanos: «Nada lo impide, pero por razones puramente estadísticas, actualmente no esperamos uno más cercano que, digamos, 100 años luz».
Además, sostuvo que esto no entraña un peligro para la Tierra. Como explica, «la estrella luminosa más cercana a nosotros es Proxima Centauri, a aproximadamente 4,2 años luz. Y esta estrella de 0,1 masas solares no es realmente menos peligrosa de lo que sería un agujero negro de cinco masas solares en su lugar». Por esto, sostiene que un agujero negro «no es realmente más peligroso que una estrella normal».
Mientras que las estrellas son calientes y también emiten radiación de partículas peligrosas, un agujero negro no acreciente sería perfectamente pasivo e inofensivo.» No hay ninguna diferencia práctica si una nave espacial se quema por una estrella o interrumpida por un agujero negro» explica.
Entonces, el peligro no es tanto ser tragado por un agujero negro, ya que para esto necesitarías estar muy, muy cerca. En cambio, una estrella normal que pasa cerca o a través del sistema solar, perturbaría bastante las órbitas planetarias, lo que podría hacer que la Tierra dejara de ser habitable. Sin embargo, hay muchas más estrellas en la Vía Láctea que agujeros negros, y no ha sucedido en los últimos 4.700 millones de años, por lo que no es muy probable. De esta manera, buscan restarle preocupación al asunto.