El parlamento danés reformó la ley de asilo para que los posibles migrantes se abstengan de probar suerte en ese país escandinavo. Para eso, la normativa incluye medidas como la confiscación de haberes, recorte de los derechos sociales de los inmigrantes, prolonga los plazos tanto para recibir la residencia permanente como para permitir la reagrupación familiar. El objetivo de semejantes medidas es una forma de expulsión para quienes ven a la tierra danesa como una posibilidad para establecerse. La ley, presentada por el primer ministro Lars Løkke Rasmussen, fue votada por 81 votos en 109, recibiendo el apoyo de los partidos de derecha. Martin Henriksen, del Partido Popular Danés, de derecha cerrada y aliado al partido oficialista, dijo sin rubor: “Si alguien quiere venir a Europa, más le vale evitar Dinamarca”. La izquierda acusó a sus oponentes de “perjudicar la reputación del país con esa ley que algunos no dudaron en calificar de “fascista”, llamándola “la ley de las joyas”, ya que la policía podrá confiscar los objetos de valor que superen las 10 mil coronas. Jacob Ellemann-Jensen, vocero del Ejecutivo, dijo que “el gobierno no quiere quitarle sus joyas a los solicitantes de asilo”. Sin embargo, la oposición sigue afirmando lo contrario.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARME