El famoso festival de cine DocMontevideo este año cambió su dinámica debido a la pandemia por el coronavirus. Desde inicios de julio se han realizado diversas actividades en línea como charlas, lecturas y relajaciones guiadas.
Hacete socio para acceder a este contenido
Para continuar, hacete socio de Caras y Caretas. Si ya formas parte de la comunidad, inicia sesión.
ASOCIARMECaras y Caretas Diario
En tu email todos los días
Desde el 20 de julio y hasta el 31 se proyectarán documentales nacionales e internacionales y habrá charlas con los equipos en el marco de la Semana del Documental, el espacio de exhibiciones del DocMontevideo. Esta vez las películas se verán #AUnaPantallaDeDistancia, el hashtag que están impulsando desde la organización para promover las actividades, ya que quienes compren el abono accederán al material para verlo en sus hogares.

Foto: Facebook DocMontevideo
Las próximas proyecciones son:
- Silencio radio, de Juliana Fancul (Suiza/México, 2017). Carmen Aristegui, periodista incorruptible, ha sido despedida de la estación de radio donde ha trabajado durante años. Apoyada por más de 18 millones de oyentes, Carmen continúa su lucha. Su objetivo: crear conciencia y luchar contra la desinformación. La película cuenta la historia de esta búsqueda, difícil y peligrosa, pero esencial para la salud de la democracia. Una historia en la que la resistencia se convierte en una forma de supervivencia.
- Niña mamá, de Andrea Testa (Argentina, 2019). En los consultorios de un hospital público argentino, trabajadoras sociales dialogan con jóvenes embarazadas, que acaban de parir o que están internadas a causa de abortos inseguros. De contextos de extrema pobreza y vulnerabilidad, muchas sufren violencias de género. Así, sus embarazos las condicionan aún más a imaginar un presente o un futuro esperanzador. Niña mamá retrata los deseos, tensiones y miedos en torno a la maternidad forzada y los abortos clandestinos.
-
Suspensión, de Simón Uribe (Colombia, 2019). En las selvas del sur de Colombia hay un gran puente de concreto abandonado. El puente choca contra la montaña y ese es el fin de una carretera que va a ninguna parte. Esta obra de infraestructura simboliza la obsesión de generaciones de ingenieros que han intentado dominar las imponentes montañas del Piedemonte amazónico. Tras casi un siglo de intentos, las promesas de una carretera moderna se desdibujan y el puente se convierte en el escenario de las situaciones más absurdas.
Obreros, ingenieros y turistas transitan por el teatro ilusorio de la infraestructura. Todos parecen varados en el tiempo, hasta que ocurre un desastre insospechado. -
Un filme de verano, de Jo Sefarty (Brasil, 2019). Está terminando el año escolar, llega el calor, y con él, los cortes frecuentes de electricidad en los suburbios de Río de Janeiro. Karol, Junior, Ronaldo y Caio tienen un duro verano por delante. En un país en el que las condiciones de vida son crecientemente precarias, estos
cuatro jóvenes se enfrentarán a las incertidumbres de la adultez, inventando nuevas formas, quizás impensables, de continuar creciendo y soñando. - Cosas que no hacemos, de Bruno Santamaría (México, 2020). Arturo es un adolescente que baila, corre y juega con el espíritu libre de un niño chiquitito, como con los que hace vagancias en su pequeño pueblo de la costa del Pacífico. Cuando una situación violenta irrumpe la aparente idílica atmósfera, en el marco de unos tintes de un machismo corrosivo, Arturo se llena de valor para salir del closet con sus padres, pidiéndoles permiso para vestirse de mujer.
-
Mi querido supermercado, de Tali Yankelevich (Brasil/Dinamarca, 2019). Mientras realizan actividades extremadamente repetitivas, los trabajadores de un supermercado encuentran espacio para expresar
sus dudas y sus afectos, sus miedos y sus sueños improbables. Humor, drama, misterio, romance y física cuántica conviven con cajas de leche, cortes de carne, códigos de barras y cámaras de seguridad. en el espacio confinado de un supermercado, los trabajadores no permiten que una rutina encierre su espíritu. - El otro, de Francisco Bermejo (Chile, 2020). Dos hombres viven aislados en una choza junto al mar. Mientras uno pasa el día buceando y cazando, el otro solo quiere dedicar su tiempo a leer. La apacible convivencia de ambos se ve alterada por discusiones, que conforme avanza el tiempo son cada vez más violentas. Este es un documental que cuenta la historia de la relación entre un hombre y su otro yo imaginario.
- Érase una vez en Venezuela, congo mirador; de Anabel Rodríguez Ríos (Venezuela/Reino Unido/Austria/Brasil, 2020). Bajo el relámpago silente del Catatumbo, hay un pueblo de agua llamado Congo Mirador, al sur del lago de Maracaibo, el mayor yacimiento de petróleo en Venezuela. Allí, la gente se prepara para elecciones parlamentarias. Para la líder chavista del pueblo, Tamara, cada voto cuenta y hace todo lo posible para obtenerlos. Para Natalie, tímidamente de oposición, la política es un arma para sacarla de su trabajo de maestra. Mientras la pequeña Yoaini ve cómo su comunidad se enloda en la creciente sedimentación y así su niñez se disuelve. ¿Cómo un pueblito de pescadores puede sobrevivir a la corrupción, la contaminación y la devastación política?
- 1982, de Lucas Gallo (Argentina/Brasil, 2019). Mediante el uso de fragmentos de los programas de TV 60 Minutos y 24 Horas por Malvinas, entre otros materiales originales, 1982 resume la campaña mediática que impulsó la Junta Militar Argentina durante los 74 días que duró la Guerra de las Malvinas. El material de archivo, antes que el conflicto militar, es el objeto de estudio. La estética y el aire de época no ocultan, sin embargo, la actualidad que tiene la manipulación mediática con fines políticos.
- Una de nosotras, de Soledad Castro (Uruguay/Argentina, 2019). Durante 40 años, una mujer menuda enfrentó gigantes. Hace más de cuarenta años, Belela Herrera dedica su vida a salvar la de otros. Los perseguidos políticos, los desplazados por guerras civiles, los refugiados son su preocupación y vocación. Su historia es también la de una mujer que se inventó a sí misma y torció el destino reservado para ella.
Las películas están disponibles por 24 horas luego de comprado el bono. El costo total es de $ 500 y se puede pagar por transferencia bancaria, giro, o PayPal (en dólares).