El artículo se basa en criticar al gobierno con frases como “La manifestación de ayer en Durazno (…) se transformó en la expresión de todo el país productivo que sufre a un gobierno que lo desprecia” Según se afirma en el editorial, se ha fundido al país productivo por el desmesurado crecimiento del Estado para favorecerse a sí mismos y a sus amigos. Habla de traición al país productivo que se mencionaba por parte del FA antes de tomar el gobierno y menciona de manera un tanto burda que “han dado la espalda desde sus sillones confortables y despachos con aire acondicionado en la Torre Ejecutiva, los Ministerios o las empresas públicas y no pueden mirar a los ojos a las personas a quienes defraudaron” Lo peor no es solo lo que se toma en cuenta a la hora de enfatizar la crítica, si no las referencias que se plantean como alternativas de cambio, citando textos de una escritora Ruso-Américana a la cual se vincula ideológicamente con la ultra derecha de EEUU y el presidente Donald Trump. Dicha escritora, Ayn Rand (1905-1982), desarrolló un odio visceral por el bien común y, muy particularmente, por el Estado como garante de la igualdad. La ideología de Rand censura el altruismo, eleva el individualismo a la categoría de fe religiosa y concede licencia moral al egoísmo más crudo. Rand fue durante mucho tiempo la autora preferida de la derecha estadounidense, y ahora varios de sus devotos seguidores están en el Gobierno de Trump. Su filosofía destacaba el «objetivismo», como lo llamaba, su creencia de que el hombre vive para sí mismo, de que la búsqueda de la felicidad es el más alto de los objetivos morales y de que no debe ni sacrificarse por otros ni sacrificar a otros por él. Rand adoraba a los emprendedores capitalistas, a los machos alfa y hombres de acción que se alzan entre los seres pequeños . Fue denominada la heroína de los rupturistas, de los inversores de riesgo, de los que se ven a sí mismos como personas que dan un paso adelante y van a contracorriente. Durante mucho tiempo, fue la “abogada” de una filosofía particularmente dura del fundamentalismo capitalista, que ella llamaba “la virtud del egoísmo”, y siempre tuvo seguidores entre las élites políticas conservadoras de EEUU. El mero hecho de referenciar a Rand en el artículo, no es menor, se podría seguir enumerando decenas de lineamientos que tienen en común la ultra derecha norteamericana, los fundamentalistas del capitalismo “salvaje” y los magnates avaro-poderosos, con esta controversial escritora.
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