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Sociedad

Educación en tiempos de pandemia

Entrevista a Gabriela Verde, consejera electa del CEIP por los trabajadores.

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Entrevista a Gabriela Verde en Legítima Defensa.

¿Sentís que el trabajo en las escuelas durante la pandemia no ha sido reconocido? Por algunos sectores no fue reconocido. Consideramos desde lo que nos compete en la administración que no hubiera sido posible todo lo que sucedió en materia educativa si no hubiera estado magisterio acompañado de las familias, auxiliares, trabajadores administrativos, todos en función del Estado que era lo único que estaba en los barrios a través de las escuelas. Gracias a ello se hizo posible mantener lo que se mantuvo, que en primer momento fue la alimentación con las viandas, que fue el contacto que se tuvo con la familia para saber como estaban; como no se podía ver directamente al niño y a la niña se le preguntaba a la mamá o a quien fuera a retirar la vianda. Pasaron muchísimas cosas que quedan en la intimidad de las escuelas y para mucha gente eso desconocido, a veces capaz no es por mala voluntad, sino por desconocimiento. Las escuelas son un lugar de protección de las infancias, pasan cosas que influyen en las comunidades. Ese vínculo fue fundamental a la hora de tomar decisiones y responder y ser responsables.

¿Cuántos niños perdieron asistencia a las escuelas? No estamos en condiciones de saber cuánto afectó a los niños y las niñas esto. Pudimos hacer una comparación como si fuera un año lectivo normal de entre 180 y 186 días y tomamos algunos grupos de escuelas para ver las diferencias. Las escuelas de barrios más vulnerables, quintil 1, tuvieron en septiembre un 36% de asistencia si lo comparamos con un año lectivo normal. En el quintil 5 un 46% sí dijo presente. En octubre eso cambia con la obligatoriedad, sube. Comparamos también con escuelas de tiempo extendido que tuvieron a partir de octubre mayor posibilidad de presencialidad porque tenían dos turnos y podían diseñar una estrategia de ir días a la mañana y días a la tarde y cumplir todos los días. Es difícil consolidar un número porque la variabilidad que hay en las escuelas es tremenda. Una escuela que puso el foco en sexto año y dijo «lo que queda del trimestre sexto año viene todos los días» lo hizo en detrimento de otras clases porque se necesitaba el espacio; en una misma escuela tenés niños que van los cinco días todo el horario y otros no. En el mismo grupo quizás algún niño esté invalidado por alguna situación de la pandemia y ese niño no iba a estar todos los días en la clase, o las faltas comunes de variadas razones.

En las escuelas rurales empezaron en abril y como tienen muchos menos alumnos pudieron ir todos los días y fueron 148 días; en escuelas de tiempo completo en un departamento como Flores que tiene menos matrícula fueron 119 días. Estos son los mejores números que tenemos en todo el país. En lugares donde las condiciones edilicias, materiales, los miedos, la circulación de la información no está tan buena eso cambia, los más desfavorecidos fueron menos a la escuela.

Cuando se decide la obligatoriedad, ¿cambió con respecto a la no obligatoriedad en términos de asistencia? 10% de aumento más o menos.

¿El Estado cómo enfrentó la vuelta a la presencialidad obligatoria? El Gobierno tiene el concepto de la libertad responsable y hace que en las políticas educativas se pretenda que cada escuela se gestione como pueda, lo han dicho, incluso han dicho «que terminen el año como puedan». Cuando se aplica un nuevo modelo en políticas educativas donde no es más el sistema educativo el que trabaja, el que tiene metas, lineamientos y planes es muy difícil que suceda una protección en conjunto. Se dejó librado a lo que se pudiera en cada escuela y esa soledad las compañeras la han sentido, es lo que más nos dicen. Estamos con gran incertidumbre porque no tenemos planes claros sobre cómo se inicia 2021 o cómo se cierra 2020. A partir de los anuncios de día martes estamos teniendo dificultades para cerrar el año y proyectar el Verano Educativo.

Esa era una política de los últimos años que va a sufrir algún recorte. Es un cambio de modelo de política educativa, cambió el énfasis en lo lúdico-recreativo. En el CEIP nos tocaba organizar el Verano Educativo desde 2016. El concepto es que la escuela no esté sola, que la escuela en verano pueda ser una mirada distinta donde la maestra, el maestro, profesores y talleristas puedan ver al niño en otra instancia cómo puede aprender; lo llamábamos laboratorio pedagógico porque a través del arte, de las segundas lenguas, de piscina, de informática, campamentos, actividades al aire libre, ajedrez niños de distintas escuelas comunes, de tiempo completo, especiales todos confluían en un mismo proyecto con un fuerte trabajo en sexualidad y género, podías ver el aprendizaje y el desarrollo de los niños en ese mes y poco. Los aprendizajes se podían lograr con el niño concebido en una forma integral, desde otras áreas y disciplinas. Ese concepto cambió. Pasó a ser Escuela de Verano, ya con ese nombre es ir a la escuela a seguir haciendo lo que se venía haciendo de forma curricular en el año. No tenemos muchos más datos porque no estuvimos en la organización de esa política. Tenemos datos generales, de 136 escuelas que logramos tener en activas en Verano Educativo pasamos a 120 que no sabemos si es el número final. De casi 13.000 niños que se inscribieron y quedando 12.600 en este año, el que viene no sabemos cuántos pueden haber a esta altura y sumado a eso por el COVID hay recorte en piscinas, campamentos con pernocte, salidas a otros departamentos, pero la orientación cambió.

¿Qué pasó educativamente en los niños este año? Esperamos que no se vulneren derechos; el derecho a la educación para todas y todos debe ser garantizado por el Estado en un sistema de educación pública donde más del 80% de los niños y niñas del país van a ese sistema, es un sistema enorme. Siempre son miles de números. Lo que esperamos para el año que viene es que haya una presencialidad mayor. No podemos decir plena quizá en este momento porque es muy complejo, pero sí ampliar, ampliar la presencialidad y hacer los mayores esfuerzos que tienen que ver con lo presupuestal para tener más cargos docentes, de auxiliares.

En este presupuesto hay un recorte importante. Exigimos para el 2021 la sensibilidad para poder generar alguna línea que indique que si sucede lo mismo, que todo indica que va a pasar lo mismo con el COVID, que se focalice en este problema, en poder paliar este problema. Se necesitan más recursos para material de higiene, para mantener la integralidad, que haya más recursos docentes para poder desdoblar clases si hay que hacerlo; eso es lo que esperamos. Pero todos estos planes no los tenemos desarrollados, no los hemos podido desarrollar en lo que queda del año y avizoramos que viene un 2021 con mucha incertidumbre, no solo por el COVID, sino por las políticas a aplicar.

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